sábado, 5 de noviembre de 2011

"Presencia": Razonando a partir de las Escrituras

Porque así como el relámpago sale de las partes orientales y resplandece hasta las partes occidentales, así será la presencia del Hijo del hombre. Dondequiera que esté el cadáver, allí se reunirán las águilas. Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. (Mateo 24:27, 28.)

El pasaje mencionado muestra con claridad que la "presencia" del Hijo del hombre ocurre durante "la tribulación de aquellos días", según el contexto, la "gran tribulación".  El pasaje es extremadamente claro.

Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. (1 Corintios 15:22, 23.)

"Los que pertenecen al Cristo", es decir, los santos, serán "vivificados" durante su "presencia". Aparentemente, esto se refiere al 'llegar a vivir' de los que gobernarán con Cristo por los Mil Años, según Revelación 20:4. Alude claramente a la resurrección.

Porque, ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de alborozo —pues, de hecho, ¿no lo son ustedes?— delante de nuestro Señor Jesús al tiempo de su presencia? (1 Tesalonicenses 2:19.)  

Al tiempo de la "presencia" de Jesús, los santos llegarán a ser un gozo para Pablo y sus asociados. Esto es comprensible, tomando en cuenta que durante la presencia de Jesús son sometidos a juicio quienes lo representan. Cómo notamos, la Presencia es una expectativa de los cristianos. Nunca se manifiesta como algo ya presente.

Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido [en la muerte]; porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con [el] Señor. (1 Tesalonicenses 4:15-17.) 

Durante la "presencia" de Jesús, él desciende del cielo "con voz de arcángel y con trompeta de Dios", mientras que los restantes serán "arrebatados" después. El que Jesús tenga voz de arcángel sería una alusión directa a que el se ha puesto de pie como Miguel, el príncipe del ejército de Jehová. Daniel 12:1 lo muestra con claridad: "Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo". Notamos que esto ocurre en la Gran Tribulación.  Y  la trompeta de Dios tiene que ser la última.

Que el mismo Dios de paz los santifique completamente. Y sanos en todo sentido sean conservados el espíritu y el alma y el cuerpo de ustedes [los hermanos] de manera exenta de culpa al tiempo de la presencia de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 5:23.) 
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Al tiempo de la "presencia" de Jesús, el espíritu, el alma y el cuerpo de los santos tienen que ser conservados de manera exenta de culpa. Y se les anima a ser "conservados" hasta la llegada de esa presencia. Nuevamente captamos un evento futuro y no un estado presente.

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Entonces, realmente, será revelado el desaforado, a quien el Señor Jesús eliminará por el espíritu de su boca, y reducirá a nada por la manifestación de su presencia. (2 Tesalonicenses 2:8.) 

La manifestación de la "presencia" de Jesús implica la eliminación del "desaforado". Puesto que todavía no ha sido eliminado, es evidente que  la presencia de Jesús no ha ocurrido todavía. La expresión "espíritu de su boca" parece estar enlazada a la visión de Juan sobre Jesús con una espada larga que sale de su boca. Poco antes Pablo también había dicho:

Sin embargo, hermanos, tocante a la presencia de nuestro Señor Jesucristo y el ser nosotros reunidos a él, les solicitamos que no se dejen sacudir prontamente de su razón, ni se dejen excitar tampoco mediante una expresión inspirada, ni mediante un mensaje verbal, ni mediante una carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día de Jehová esté aquí. (2 Tesalonicenses 2:1, 2.)

Este pasaje da a entender que la presencia de Jesús y la reunión de los santos con él tiene que ver con el Día de Jehová, el cual todavía no ha comenzado. Estas palabras fueron expresados por Pablo después de haberles explicado a los tesalonicenses que el Día de Jehová venía con "destrucción repentina" sobre los que están diciendo "¡Paz y seguridad!" (1 Tesalonicenses 5:2, 3.) Así que estas son pruebas contundentes sobre que la Presencia tiene que ver con sucesos futuros relacionados con la Gran Tribulación.

Además, que el Señor los haga aumentar, sí, que los haga abundar, en amor unos para con otros y para con todos, así como nosotros también lo hacemos para con ustedes; a fin de que él haga firmes sus corazones, inculpables en santidad delante de nuestro Dios y Padre al tiempo de la presencia de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. (1 Tesalonicenses 3:12, 13.)

Al tiempo de la "presencia" de Jesús los cristianos tienen que ser hallados inculpables en santidad delante de Jehová. La presencia de Jesús ocurre "con todos sus santos", lo que da a entender que los 144.000 estarían completamente sellados cuando esta ocurre. Verdaderamente estos pasajes son rotundos. 

Ejerzan paciencia, por lo tanto, hermanos, hasta la presencia del Señor. ¡Miren! El labrador sigue esperando el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la lluvia tardía. Ustedes también ejerzan paciencia; hagan firme su corazón, porque se ha acercado la presencia del Señor.(Santiago 5:7, 8.)
 
Este consejo sigue vigente, como toda la Palabra de Dios. La "presencia" de Jesús se ha acercado, razón por la cual tenemos que ejercer paciencia. Cómo notamos, para los cristianos la Presencia no es algo presente. Es una expectativa, una esperanza aún por llegar.  Si Cristo ya estuviese presente, no habría necesidad de ejercer paciencia. El texto lo muestra como una acción hasta que llegue ese día. Y remata al decir que “se ha acercado la presencia del Señor”.  No tendría sentido esto, si ya la presencia  fuera un hecho consumado.

Porque ustedes saben esto primero, que en los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron [en la muerte], todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación”. (2 Pedro 3:3, 4.)

"Esa prometida presencia de él" podría llegar después que los "burlones" han estado burlándose. En el mismo contexto, Pedro asocia esta "presencia" con el Día de Jehová que “viene como ladrón”, en el que el mundo inicuo será destruido (2 Pedro 3:10). Para completar el argumento, Pedro usa una expresión especial:

Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová, por el cual [los] cielos, estando encendidos, serán disueltos, y [los] elementos, estando intensamente calientes, se derretirán! (2 Pedro 3:11, 12.)

Ahora, pues, hijitos, permanezcan en unión con él, para que cuando él sea manifestado tengamos franqueza de expresión y no se nos haga apartarnos de él avergonzados al tiempo de su presencia. (1 Juan 2:28.)

Al tiempo de la "presencia" de Jesús algunos cristianos podrían ser apartados y avergonzados. Esto ocurrirá porque durante este día se juzgará a su pueblo. La “vergüenza” y juicio será al tiempo de su “Presencia”. Todo esto muestra que aún esa Presencia está por llegar.
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Usted saque sus propias conclusiones al razonar de acuerdo a la Escrituras.