lunes, 16 de enero de 2012

¿Pena de muerte por no ingerir sangre?

Una de las ideas que ronda la mente de muchos testigos es que los cristianos primitivos eran amenazados con pena de muerte en las arenas del Coliseo Romano, si no bebían la sangre de los gladiadores. Pues bien, parece un argumento impresionante, pero que analizaremos bajo el rigor histórico. En primer lugar, observemos la publicación ¿Cómo puede salvarle la vida la sangre?:

"¿Se usaba como medicina la sangre en los tiempos de Roma? El naturalista Plinio (contemporáneo de los apóstoles) y el médico Areteo (del segundo siglo) informan que la sangre humana era un tratamiento para la epilepsia. Después Tertuliano escribió: “Algunos, para remedio [de la epilepsia], bebieron con ardiente anhelo la sangre caliente del degüello de los gladiadores”. Él puso a estos en contraste con los cristianos, quienes “no comemos sangre de animales [...] Entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley”. Así, los cristianos primitivos se arriesgaban a morir más bien que ingerir sangre".-Fin de la cita del folleto.

He recurrido a la cita de Tertuliano tomada de su obra El Apologético, capítulo 9. Lo que más me sorprendió de dicho capítulo es que Tertuliano está defendiendo a los cristianos de un rumor que circulaba en Roma. El rumor que se le imputaba a los cristianos era que comían la sangre de niños. Él dice:

"Que en la nocturna congregación sacrificamos y nos comemos un niño. Que en la sangre del niño degollado mojamos el pan y empapado en la sangre comemos un pedazo cada uno. Que unos perros que están atados a los candeleros los derriban forcejeando para alcanzar el pan que les arrojamos bañado en sangre del niño. Que en las tinieblas que ocasiona el forcejeo de los perros, alcahuetes de la torpeza, nos mezclamos impíamente con las hermanas o las madres. De estos delitos nos pregona reos la voz clamorosa popular, y aunque ha tiempo que la fama los imputa, hasta hoy no ha tratado el Senado de averiguarlos"-El Apologético cap7.

¡Pues bien se estaba persiguiendo a los cristianos por una acusación de beber sangre de niños en ritos secretos en sus reuniones! ¡No se les perseguía por no beber sangre!

Entonces Tertuliano pretende hacerlos razonar (a los perseguidores de los cristianos) con que los ritos y costumbres paganas romanas si incluían a veces cosas asquerosas que la sociedad romana había efectuado y procede a decir:

"De la comida de la sangre y de las otras viandas trágicas se refiere no sé dónde (creo que en Herodoto) , que algunas naciones se confederaban bebiendo recíprocamente la sangre  de sus brazos. Algo de esto hizo Catilina con sus conjurados. Entre algunos gentiles de los scitas (así se dice), cada familia se comía sus difuntos. De lejos tomo el corriente. Hoy los sacerdotes de la diosa Belona beben ó lamen en la palma de la mano la sangre que se sacaron del muslo en obsequio de la fe que prometen á su diosa.

Algunos  para remedio del corazón  bebieron con  ardiente anhelo la sangre caliente del degüello de los gladiadores. ¿Dónde viven aquellos que cenan de las fieras que en la arena pelearon? ¿Aquellos que apetecen el venado y jabalí que mataron hombres en la plaza? ¿Qué se hizo el jabalí que lamió la sangre del que ensangrentó en la lucha?

¿Dónde está aquel venado que con las ansias de la muerte se revolcaba en la balsa de la sangre que salió de los gladiadores? Estas fieras en vuestras mesas se hallan, que por rociadas con sangre humana y más manidas, las cenáis por más sabrosas. Apetecéis entrañas de osos, en donde la carne humana sin digerirse está cruda. Regüelda el hombre carne de una fiera que con carne humanase engordó. Los que comen estas cosas, viandas más execrables cenan que las que se imputan á las mesas de los cristianos.

¿Comen menos aquellos que con lujuria de brutos insertant in os membra virilia puberum?

Esto no es comer muertos, sino vivos; no escomer niños, sino hombres. ¿Beben menos aquellos qui puden dam mamillam sugunt,humani seminis perversi irrumatores?

Esto no es beber sangre, sino impaciencias de la sed, que no espera á que lo sea, pues antes que llegue á ser sangre se la beben sucia. Los gentiles con esta sangre se consagran. Avergüéncese vuestro error si pensó comían sangre humana los que no pueden comer sangre de reses. Los cristianos no comemos sangre de animales, ni morticinios, que un morticinio podrido en cierta manera inficióna la sepultura del estómago. Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses? Si ya no sea que, como experimentados, sepáis  que la sangre humana es más sabrosa. El que examina al cristiano, como lleva á la cárcel el brasero y la navecilla del incienso para probar si lo es, había de llevar también sangre humana; que como el examinador conoce que es cristiano el que no sacrifica, conocería que lo es el que la come, y así igualmente se ha de dar por no cristiano el que no come como el que no sacrifica, y no faltaría al juez sangre humana para la prueba donde hay tantos gentiles malhechores-El Apologético, capítulo 9.

Tertuliano dice en primer lugar que el asunto de la sangre era para fines medicinales (se señalan dolencias del corazón interpretadas por algunos como Epilepsia), lo cual muestra que nunca existió como una arma de persecusión en el mundo romano (a la sociedad romana le repugnaba el ver a ciudadanos bebiendo sangre, salvo con fines medicinales puntuales o para ritos paganos) . Por eso Tertuliano señala algunos ritos religiosos que involucraban sangre. Finalmente muestra que la carne animal que los romanos se servían en la mesa estaba más revolcada con sangre que la supuesta acusación de que los cristianos bebían sangre de niños, así que no había motivo para juzgarlos.

Luego Tertuliano muestra que algunos ofrecían morcillas con sangre para desviarlos de la fe verdadera (como para descubir si ellos no se resistirían a comerla ya que en las noches supuestamente mataban niños y se bebían su sangre,  y luego descubrirlos). Pero Tertuliano los hace razonar que si un cristiano evita comer sangre de animal, con mayor razón evitaría beber sangre de niños, así que la acusación es infundada y el rumor falso.

Así que Tertuliano desafía a los romanos a que "el que examina al cristiano, como lleva á la cárcel el brasero y la navecilla del incienso para probar si lo es, había de llevar también sangre humana". Ésto muestra que la persecusión era por el asunto de la adoración al Estado y al Emperador y por los ritos religiosos involucrados, los que incluían el brasero y la navecilla del incienso. 

De ninguna forma se utilizaba el beber sangre como prueba para ejecutar a los cristianos.

Así que la declaración del folleto está claramente distorsionada y recortada. Miremos otra vez dónde aparece la cita de Tertuliano (en rojo), y luego el redactor del folleto coloca una opinión inventada para llegar a una conclusión falsa.

 
"""Tertuliano escribió: “Algunos, para remedio [de la epilepsia], bebieron con ardiente anhelo la sangre caliente del degüello de los gladiadores”. Él puso a estos en contraste con los cristianos, quienes “no comemos sangre de animales [...] Entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley”. Así, los cristianos primitivos se arriesgaban a morir más bien que ingerir sangre"""".-Fin de la cita del folleto.
 
Ésta última frase: "Así, los cristianos primitivos se arriesgaban a morir más bien que ingerir sangre" no es real y no tiene ningún respaldo histórico.

¿Cuando Tertuliano estaba hablando de una supuesta prueba de vida o muerte en base a beber sangre? Todo lo contrario, él los defiende de que la acusación de beber sangre es infundada. ¡Toda una distorsión de los hechos!

Los cristianos fueron perseguidos muy cruelmente en razón de sus creencias y predicación, y no por una supuesta prueba de sangre.

Que cada cual saque sus propias conclusiones.