viernes, 6 de diciembre de 2013

El propósito eterno para el hombre - parte 7

Se ha Revelado el propósito para el hombre

"que por vía de una revelación se me dio a conocer el secreto sagrado, así como escribí antes con brevedad.  En vista de esto, ustedes, cuando lean esto, pueden darse cuenta de la comprensión que tengo del secreto sagrado del Cristo. En otras generaciones este [secreto] no fue dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por espíritu, a saber, que gente de las naciones hubieran de ser coherederos y miembros del cuerpo y participantes con nosotros de la promesa en unión con Cristo Jesús mediante las buenas nuevas".  (Efesios 3:2-6)

Pablo aclara que este secreto sagrado incluye la Revelación de que no solos los profetas hebreos, patriarcas y el pueblo judío está en un programa de salvación y ascensión espiritual. "Gente de las naciones" también es parte de ese propósito ampliado en su entendimiento en la época de Pablo.

"A mí, hombre que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta bondad inmerecida, de declarar a las naciones las buenas nuevas acerca de las riquezas insondables del Cristo,  y de hacer ver a los hombres cómo se administra el secreto sagrado que desde el pasado indefinido ha estado escondido en Dios, que creó todas las cosas". (Efesios 3:8,9)

Pablo aclara que las buenas nuevas a todos los hombres tiene que ver con estas noticias. Y como veremos es tan antiguo como la misma creación.

"según el propósito eterno que él formó con relación al Cristo, Jesús nuestro Señor" (Efesios 3:11)

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en unión con Cristo, así como nos escogió en unión con él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin tacha delante de él en amor. Pues nos predeterminó a la adopción mediante Jesucristo como hijos para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa bondad inmerecida que él nos confirió bondadosamente por medio de [su] amado". (Efesios 1:3-6).

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Pablo muestra que este propósito existe "antes" de la fundación del mundo, antes de la llegada de los hijos de Adán. No hay razón para creer que este propósito era parte de un plan B de emergencia que hizo que Dios alterara su propósito. En realidad la expresión "mundo" puede significar humanidad como también existir en referencia al Cosmos. "Echar simiente" no significa necesariamente prole, aunque puede ser una variable. Por lo tanto, la expresión "antes de la fundación del mundo" puede referirse a una época previa a la llegada de los primeros humanos.

Pablo arroja luz de que la vida celestial es parte del propósito de Dios para los hombres, aclarando que no solo era para los hebreos, sino para todos los humanos que mediante la Fe pudiesen avanzar en la supervivencia eterna.


Hay muchos otros pasajes y textos de las Escrituras Griegas Cristianas que vienen ampliar el cuadro en torno a la resurrección  celestial, el anhelo de los cristianos por la vida eterna en los cielos, etc.

La Vida Eterna

Con respecto a la Vida Eterna las mismas Escrituras explican lo que significa dicha expresión. Esta nunca se refiere a una vida imperecedera en la materia tal como se ha mencionado antes en este sitio.

 A menudo cuando se lee Juan 17:3 se da a entender que la Vida Eterna es consecuencia de primero adquirir conocimiento de Dios. Se dice a las personas que para vivir para siempre en una Tierra paradisíaca han de obtener conocimiento. Se explica que la Vida Eterna es posterior o consecuencia futura de adquirir ese Conocimiento.  Sin embargo, las palabras de Jesús encierran un significado más trascendental y profundo.

En oración a su Padre, Jesucristo dijo: "Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a quien tú has enviado, Jesucristo." (Juan 17:3, NBJ). La Traducción del Nuevo Mundo también dice:
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"Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo".


Jesús mismo explica lo que es o significa la Vida Eterna. Jesús no está diciendo cómo se obtiene la Vida Eterna, más bien nos está dando una definición de lo que es la Vida Eterna en sentido auténtico y superlativo.

Estas palabras muestran que vida eterna no es simplemente lo mismo que existencia perpetua o sin fin. La cualidad distintiva de esa vida es una constante relación con Dios, de modo que es algo mucho más grande y enriquecedor que la simple existencia sin fin.

¿Captamos? Jesús mismo dice lo que significa o es la Vida Eterna. Él dió la misma definición de lo que significa esa vida: Conocer al Padre y al Hijo.
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A los creyentes se les ha enseñado que la vida eterna es una especie de recompensa final, pero ¿nota usted lo que dijo Jesús? "Esta es (o significa) la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero". Así, comentando Juan 17:3, The Expositor’s Bible Commentary dice:

"La segunda frase define la naturaleza de la vida eterna. No describe un sentido cronológico sino más bien de relación. La vida es envolvimiento activo con el entorno. . . . tanto con el físico como con otras personas. La más elevada clase de vida está relacionada con el más elevado entorno. Para la más completa realización de nuestro ser, debemos conocer a Dios. Esto, dice Jesús, constituye la vida eterna. No solo es infinita, puesto que el conocimiento de Dios requeriría una eternidad para que se desarrollara plenamente, sino que cualitativamente debe existir en una dimensión eterna".
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Conocemos al Padre como el único Dios verdadero cuando somos exclusivamente devotos a él, le amamos, nos esforzamos por hacer lo que agrada a sus ojos, creemos en su amor profundo y tierno cuidado para con nosotros y también para otras personas. Nos esforzamos para ser como Dios al imitar sus sublimes cualidades en nuestra esfera terrestre. "Dios es amor," porque el "amor" resume todo lo que él es en su mismo ser. Por eso, conocerle significa ser cariñoso como él es cariñoso, compasivo como él es compasivo, y misericordioso como él es misericordioso. (Mateo 18:21-35; Lucas 6:36; Santiago 2:13; l Juan 4:16, 20, 21) Los que tratan a los hijos humanos de Dios de un modo lleno de resentimiento, cruel o de un modo despectivo, no le conocen a él. Esas personas quizá tengan un conocimiento intelectual de Dios adquirido por leer las Santas Escrituras, pero no tienen una relación con él. No conocen al Padre. El apóstol Juan escribe a los cristianos:
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"Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor". - 1 Juan 4:7, 8; NBJ.

Sin embargo, conocer al Padre en el sentido de tener una relación con él es imposible, sin conocer también a Jesucristo como el que el Padre envió al mundo de la humanidad para dejarnos un camino viviente y modelo inspirador. (Juan 3:16-18; 5:36-40; 6:29; 7:28, 29; 10:36; 11:42; 17:8, 20-26; 1 Juan 2:1-5; 3:23) 


Puesto que es posible para los humanos tener una relación aprobada con el Padre y su Hijo sobre la base de su fe en Cristo, en las Escrituras se habla de vida eterna como una posesión presente.
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 Las siguientes palabras fueron dirigidas a creyentes:

 "Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en el Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna." (1 Juan 5:11-13, NBJ)

11 Y este es el testimonio dado: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo. 12 El que tiene al Hijo tiene esta vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene esta vida.
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13 Les escribo estas cosas para que sepan que tienen vida eterna, ustedes los que ponen su fe en el nombre del Hijo de Dios. - 1 Juan 5:11-13 TNM


Por esa razón Jesús dijo a las personas de su día. Personas que incluso murieron:

"Muy verdaderamente les digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no entra en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida" - Juan 5:24.

Los creyentes que escucharon esas palabras murieron físicamente. La vida eterna para ellos nunca fue presentada como incorruptibilidad material, sino como el hecho de mantener por la eternidad en las sucesivas moradas esa relación eterna con Dios y el Hijo.
 

Conclusión

Algunos han señalado que esta forma de aceptar naturalmente los asuntos da a entender que Dios diseñó la muerte. Pero esa conclusión es miope y sesgada. La muerte es el vacío de la creación material incompleta sujeta al tiempo y al espacio. La Biblia no se evade de la realidad. La realidad es la realidad, y el Creador ha revelado que la resurrección es el único medio para que los habitantes de un mundo imperfecto puedan volver a vivir en las moradas celestiales.

No hay otra revelación tan clara como esta (y va más allá de la Revelación que lo comparta, sea el apóstol Pablo o el Libro de Urantia). 
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La idea de una vida eterna incorruptible en la materia puede ser la esperanza legítima y sincera de alguien,   pero es una presentación especulativa que no tiene ninguna base bíblica consistente (tal como se ha demostrado en estas siete entradas), y es diferente del propósito de Dios, que sí fue presentado y ampliado en las cartas cristianas de la misma Biblia.


La misma Biblia da abundantes pruebas de cual es el propósito para el hombre. La humanidad colectivamente seguirá naciendo y poblando la Tierra, hasta que el planeta llegue a estar lleno de una especie justa y pacífica.

Pero como individuos seguiremos un peregrinaje eterno por las moradas eternas.

Es válido aferrarse a un sentimiento o creencia. Pero aunque esto sea expresado con sinceridad y devoción (y hasta se inventen argumentos sofisticados), esto de ninguna forma significa que sea verdad, de la misma forma como las creencias en la reencarnación, María o los santos sean defendidas con total devoción.