jueves, 22 de mayo de 2014

¿Matrimonio Celestial?


La Iglesia Mormona tiene en sus creencias más atractivas la enseñanza sobre que los matrimonios pueden tener una duración celestial. Las personas contraen el matrimonio celestial con el entendimiento supuesto de que Dios y el Espíritu Santo son testigos de él. El matrimonio celestial se refiere para los mormones a un matrimonio que dura más allá de la muerte. Los fieles religiosos que creen en el matrimonio celestial creen que Dios te reunirá con tu cónyuge celestial en el cielo, después de la muerte.

Los seguidores  mormones conectan dicha práctica a las palabras de Cristo en Mateo 16:19, donde Cristo dio a sus discípulos el derecho a "atar cosas en la tierra" que serían reconocidas "en el cielo".

Estas uniones incluyen a toda la familia, incluyendo a los hijos de matrimonios anteriores. Los  mormones creen que después de la unión, una pareja y sus hijos vivirán eternamente en el cielo, juntos. Es más, algunos líderes de la Iglesia han hablado hasta de una procreación en los cielos.

Mientras que los estados no aceptan la poligamia como un matrimonio legal, los fundamentalistas mormones ofrecen un matrimonio celestial como un método para el matrimonio plural, una especie de "poligamia celestial".

Este tipo de creencias parece ser atractiva para "la carne", para el creyente masivo que desea mantener un estado en forma perpetua. 

Sin embargo, ¿armonizan realmente las ideas mormonas con la lógica y la misma evidencia bíblica que ellos a veces utilizan?

Mateo 16:9 habla de "llaves de Pedro" que fueron asignadas al apóstol para que las personas entrasen en el reino, no para realizar matrimonios religiosos. Asimismo Mateo 18:18 claramente habla de "atar" en el sentido de los pleitos que son llevados a la Iglesia y como ésta puede disciplinar como último de los pasos. Esto queda corroborado con Juan 20:23 que lo aclara con la retención de pecados y de ninguna forma con las uniones matrimoniales.

La Biblia presenta al matrimonio como un acuerdo o convenio para esta vida:

"La esposa está atada durante todo el tiempo que su esposo vive. Pero si su esposo se durmiera [en la muerte], está libre para casarse con quien quiera, [pero] solo en [el] Señor" (1 Corintios 7:39)

"Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio" - Lucas 20:34,35.

En ninguna parte se habla de que la unión sea sempiterna o trascienda la esfera terrestre. Es más, los textos citados son claros al explicar la persona esta casada solo durante esta vida, y podría casarse otra vez sin ninguna sanción o desacato al orden divino.

Si el matrimonio celestial fuera real aquello traería problemas de poligamia celestial (que al parecer aparece en algunas ideas Mormonas), lo que sin embargo, ni siquiera es aceptado en el cristianismo del siglo I.

Pues una religión puede creer lo que quiera y aceptarlo como dogma, otra cosa es que sea real, lógico y sensato.

El matrimonio es para los seres de carne y sangre que se reproducen según sus géneros. De ahí que 1 Corintios 15:50 y los otros pasajes citados sean claros al hablar de la disolución del cuerpo y no de la resurrección con un cuerpo otra vez con espermatozoides y óvulos, testosterona y estrógenos. Ciertamente "carne y sangre" no pueden heredar el Reino de Dios.

Es más, el matrimonio es un arreglo humano legítimo que tiene su justificación en este mundo. Y digo humano, porque tampoco el matrimonio es  una institución realmente divina. ¿Por qué lo decimos? 

Si el matrimonio tuviese el carácter de que Dios casa a dos personas, ésto significaría que él se ha equivocado miles de veces con las parejas que han descubierto ser incompatibles, y tantos matrimonios arreglados y por conveniencia. Y de alguna forma, ésta falla divina también tendría que ser la responsable de los múltiples divorcios.
(929.4) 83:8.1 El matrimonio que culmina en el hogar es indudablemente la institución más excelsa del hombre, pero es esencialmente humana; no debería haber sido llamada nunca un sacramento. Los sacerdotes setitas hicieron del matrimonio un rito religioso; pero durante miles de años después de Edén, el apareamiento continuó siendo una institución puramente social y civil.
(929.5) 83:8.2 La comparación de las asociaciones humanas con las asociaciones divinas es sumamente desafortunada. La unión de marido y mujer en la relación matrimonio-hogar es una función material de los mortales de los mundos evolucionarios. En verdad es posible acumular gran cantidad de progreso espiritual mediante los sinceros esfuerzos humanos de marido y mujer por progresar, pero esto no significa que el matrimonio sea necesariamente sagrado. El progreso espiritual depende de la aplicación sincera a otras avenidas de la empresa humana.
(929.6) 83:8.3 Tampoco puede el matrimonio compararse verdaderamente con la relación del Ajustador con el hombre ni con la fraternidad de Cristo Micael con sus hermanos hombres. Casi en ningún momento son tales relaciones comparables con la asociación de marido y mujer. Y es muy triste que el erróneo concepto humano de estas relaciones haya producido tanta confusión en lo que concierne al estado del matrimonio.
(929.7) 83:8.4 También es triste que ciertos grupos de mortales hayan concebido el matrimonio como la consumación de una acción divina. Estas creencias conducen directamente al concepto de la indisolubilidad del estado marital sean cuales fueran las circunstancias o deseos de las partes contrayentes. Pero el hecho mismo de que tales uniones puedan disolverse indica que la Deidad no es parte participante de ellas. Si Dios une dos cosas o personas, éstas permanecerán unidas hasta el momento en que la voluntad divina decida su separación. Pero, en cuanto al matrimonio, que es una institución humana, ¿quién presumirá juzgarlo, para decir cuáles matrimonios son uniones que podrían haber sido aprobadas por los supervisores del universo en contraste con aquellas que son puramente humanas en su naturaleza y origen?
(930.1) 83:8.5 Sin embargo, existe un ideal matrimonial en las esferas de lo alto. En la capital de cada sistema local los Hijos e Hijas Materiales de Dios ilustran la elevación de los ideales de la unión del hombre y la mujer en los lazos del matrimonio y para el propósito de procrear y criar a los vástagos. Después de todo, el ideal mortal del matrimonio es humanamente sagrado.
¿Notamos?   Pero el hecho mismo de que tales uniones puedan disolverse indica que la Deidad no es parte participante de ellas. Si Dios une dos cosas o personas, éstas permanecerán unidas hasta el momento en que la voluntad divina decida su separación. Pero, en cuanto al matrimonio, que es una institución humana, ¿quién presumirá juzgarlo, para decir cuáles matrimonios son uniones que podrían haber sido aprobadas por los supervisores del universo en contraste con aquellas que son puramente humanas en su naturaleza y origen?
El ideal mortal del matrimonio es humanamente sagrado, pero no divinamente sagrado.
Además les lanzo este razonamiento demoledor a los miembros de las mayorías de las religiones que presumen la verdad. Por ejemplo, los testigos de Jehová al igual que otras confesiones aceptan como "sagrados" los matrimonios de nuevos miembros que antes de ser testigos se casaron en otra religión. ¿Me siguen? Hay hasta ancianos testigos que antes de serlo se casaron en la Iglesia Católica y su matrimonio se considera igualmente sagrado y no se considera necesario que se vuelvan a casar como testigos.
Pues bien, al hacer ésto esos mismos testigos están (sin pensar más allá en ello) validando a las otras religiones y entidades. Por que si alguien se casó siendo católico y adorando santos, Jehová igualmente bendijo y considera sagrada esa unión aunque haya sido realizada por el mismo Papa ("Babilonia la Grande"). ¿Me entienden? Ningún testigo medita en estas cosas, lo cual demuestra que el matrimonio es una transacción válida humana que desea tener un halo sagrado. Pero si Dios realmente casara a las personas, él también se haría parte del innumerable sectarismo de las iglesias.
(930.2) 83:8.6 El matrimonio siempre ha sido y sigue siendo el supremo sueño de idealismo temporal del hombre. Aunque este hermoso sueño pocas veces se realiza en su plenitud, perdura como ideal glorioso, atrayendo para siempre a la humanidad en progreso hacia mayores esfuerzos para la felicidad humana. Pero se ha de enseñar a los mancebos y doncellas algo sobre la realidad del matrimonio antes de que se les permita meterse de cabeza en el mar de demandas exigentes de las interasociaciones de la vida familiar; la idealización juvenil ha de mitigarse con cierto grado de desilusión premarital.

El matrimonio tiene su papel y justificación para éste mundo. En la vida moroncial el compañerismo se transforma en otro tipo de asociación más excelsa y difícil de describir en términos simples, tal como se consideró en una entrada pasada.

Los documentos señalan que los únicos "matrimonios" que existen en las otras moradas son los de los Hijos Materiales (los Adanes y Evas planetarios). Quizás José Smith o sus seguidores recibieron ciertos destellos de información de ésa índole y la distorsionaron para crear una especie de religión más amigable con una necesidad temporal humana.