jueves, 25 de diciembre de 2014

Una evolución de la comprensión sobre una Parábola del Reino

"Y de nuevo dijo: “¿A qué compararé el reino de Dios?  Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas grandes de harina hasta que toda la masa quedó fermentada” - Lucas 17:20,21

"Otra ilustración les habló: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada” - Mateo 13:33

En los años setenta del siglo XX la Sociedad Watchtower había comentado sobre la expresión de Jesús sobre el Reino de Dios:

   "Hoy, ¿qué satura a la entera masa de las iglesias de la cristiandad? ¿La enseñanza y estructura y procedimiento y observancia bíblicos verdaderos? ¡No! Es la religión fusionada que promovió aquel pontífice máximo Constantino, en la cual las cosas fundamentales son las doctrinas y procedimientos babilónicos en vez de las enseñanzas de la Santa Palabra inspirada de Dios. Constantino fue quien, como oficial presidente del Concilio de Nicea, resolvió la disputa sobre la personalidad y atributos de Jehová Dios con un fallo a favor de la doctrina babilónica de la Trinidad. Jesucristo predijo este proceso de corromper la doctrina y la práctica cristiana al dar la parábola de la levadura. Dijo: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada.”—Mat. 13:33.

   La fermentación de toda la masa de la cristiandad ha tenido ahora dieciséis siglos de tiempo en los cuales efectuarse. ¿Quién puede negar que la cristiandad está completamente leudada hoy por la influencia corruptora de la doctrina babilónica y la mundanalidad y el desafío como el de Nemrod a la soberanía universal de Jehová Dios? Este corromper de la tremenda masa de los “hijos del reino” de imitación de la cristiandad ha hecho del falso “reino de Dios” terrestre un lugar excelente en el cual refugiarse los agentes de Satanás el Diablo, como las “aves del cielo” que se albergan entre las ramas del árbol plenamente desarrollado de la semilla de mostaza.—Mat. 13:31, 32.  - La Atalaya 15 de marzo de 1976

    Cómo notamos, existía una gran connotación negativista (incluso satánica) sobre la "levadura en la masa". Se creía que esta era la influencia corruptora de Babilonia la Grande como masa expansiva. La misma revista era detractora de un punto de vista "transformador positivo" del Reino sobre la Humanidad:

  "Allá en el número de Zion’s Watch Tower con fecha de abril de 1881, en la página 5, se publicó una contribución de J. H. Paton, sobre la parábola de la levadura. En el curso de su consideración dijo:

  Esta obra de progresión y éxito glorioso, parece estar ilustrada por la parábola del Salvador, en la cual Él comparó el reino del cielo a levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que la totalidad quedó leudada. Mat. 13:33. Una objeción muy plausible y, agregaremos, de peso a esta aplicación de la parábola, se basa en el hecho de que en la Biblia a la levadura del pan y a la de la doctrina se les menciona como elementos de impureza y de corrupción. ¿Representaría el Salvador al reino del cielo mediante un elemento y proceso de corrupción? Entendemos que aquí el Salvador usa solo un aspecto de la levadura, en Su ilustración, que es la potencia difusiva de ésta. No cesa hasta que la obra queda hecha, de modo que el reino de Dios no cesará de operar hasta que la maldición sea quitada.

   Sin embargo, Zion’s Watch Tower, con fecha del 15 de mayo de 1900, página 154, se opuso a ese punto de vista. Bajo el subtítulo “La parábola de la levadura,” dijo: “Por todas las Escrituras la levadura representa corrupción: En todo otro caso de su uso bíblico se le representa como un mal, una impureza, algo que contamina. . . . No parecería razonable que nuestro Señor usara la palabra levadura aquí como la gente cristiana supone por lo general, en sentido bueno, como dando a entender alguna gracia del espíritu santo. Al contrario, reconocemos consistencia en todas sus enseñanzas, y podemos estar tan seguros de que él no usaría la levadura como símbolo de justicia como de que no usaría la lepra como símbolo de santidad.”

   The Watch Tower, con fecha del 15 de junio de 1910, página 205, siguió esa misma línea de pensamiento. Dijo, bajo el encabezamiento “Levadura escondida en la harina,” lo siguiente: “La parábola de la ‘levadura’ (v. 33) ilustra el proceso mediante el cual, como se había predicho, la iglesia llegaría a estar en la condición incorrecta. Tal como una mujer tomaba la harina que iba a hornear y ponía en ella levadura (fermento) y el resultado era que la masa se leudaba, así sucedería con la iglesia de Cristo; el alimento de la casa entera se leudaría o corrompería. Toda porción llegaría a estar más o menos viciada con la levadura de doctrinas falsas que se difundiría por toda la masa. Así, hoy casi toda doctrina inculcada por Jesús y sus apóstoles ha llegado a estar más o menos pervertida o torcida por los errores de la edad del oscurantismo.”—Vea también The Watch Tower del 15 de junio de 1912, páginas 198, 199, bajo el encabezamiento “Parábola de la levadura.” La Atalaya 15 de marzo de 1976 

    Notamos un gran esfuerzo por desacreditar la creencia (para algunos un poco hippie) de que el Reino lograría cambiar el mundo.

    Sin embargo, de forma notable la Atalaya en años recientes ha modificado positivamente el punto de vista anterior:

    "El crecimiento no siempre es visible a los ojos humanos. Esa es la idea que destacó Jesús en su siguiente parábola, que dice: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada” (Mat. 13:33). ¿Qué representa esta levadura, y qué relación guarda con el crecimiento del Reino?

    En la Biblia, la levadura a menudo representa el pecado. Por ejemplo, el apóstol Pablo la utiliza para referirse a la influencia corruptora que ejercía cierto pecador en la congregación de Corinto (1 Cor. 5:6-8). ¿Quiere decir eso que Jesús estaba utilizando aquí la levadura para simbolizar el crecimiento de algo malo?

    Antes de contestar esa pregunta, hemos de tener en cuenta tres factores básicos. En primer lugar, aunque Jehová no permitía el uso de levadura en el período de la Pascua, en otras ocasiones sí lo aceptaba. Los israelitas utilizaban levadura en las ofrendas de comunión por acción de gracias, que presentaban voluntariamente para agradecer las muchas bendiciones de Jehová. Las comidas que acompañaban a dichas ofrendas eran ocasiones alegres (Lev. 7:11-15).
   
   En segundo lugar, aunque en las Escrituras a veces un elemento represente algo negativo, en otras ocasiones puede representar algo positivo. Por ejemplo, en 1 Pedro 5:8 se compara a Satanás con un león, lo que indica que es peligroso y feroz. Sin embargo, en Revelación 5:5 es a Jesús a quien se compara con un león, pues se le llama “el León que es de la tribu de Judá”. En este caso, el león es un símbolo de valor y justicia.

    En tercer lugar, Jesús no dijo que la levadura hubiera corrompido la masa, haciéndola inservible. Simplemente estaba hablando del método de elaboración del pan. La mujer de la parábola agregó levadura a la masa a propósito, y los resultados fueron positivos. Ahora bien, como la levadura estaba escondida en la masa, el proceso de fermentación quedó oculto a sus ojos. Esto nos recuerda la parábola del hombre que siembra la semilla y duerme de noche. Jesús dijo que “la semilla brota y crece alta —precisamente cómo, [el hombre] no lo sabe—” (Mar. 4:27). ¡Qué forma tan sencilla de ilustrar que el proceso de crecimiento espiritual no es visible! Sin embargo, aunque al principio no podamos verlo, al final los resultados son obvios.

    El crecimiento espiritual no solo es invisible a los ojos humanos, sino que también tiene lugar por toda la Tierra. Esta es otra idea que se destaca en la parábola que estamos analizando. La levadura fermenta toda la masa, las “tres medidas grandes de harina” completas (Luc. 13:21). De igual modo, la predicación del Reino que da origen al crecimiento espiritual se ha extendido hasta tal punto que hoy las buenas nuevas se predican “hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8; Mat. 24:14). ¡Qué honor es para nosotros contribuir a esta increíble expansión de la obra del Reino! - La Atalaya 2008 15/7


     Notamos como actualmente se llega a la misma conclusión acertada de J.H. Paton:

     "Entendemos que aquí el Salvador usa solo un aspecto de la levadura, en Su ilustración, que es la potencia difusiva de ésta. No cesa hasta que la obra queda hecha, de modo que el reino de Dios no cesará de operar hasta que la maldición sea quitada"

    Y en la Atalaya de 2014 (15/12) se reafirma ésta acertada posición:

   "(Lea Mateo 13:33.) ¿Qué significa la parábola de la levadura? Esta parábola también se refiere al mensaje del Reino y el efecto que produce. “La masa” representa a personas de todas las naciones, y el efecto de la levadura, a la manera como se propaga el mensaje del Reino gracias a la predicación. A diferencia del crecimiento de la semilla de mostaza, que se ve a simple vista, la acción de la levadura es imperceptible al principio. Los resultados solo se ven con el tiempo.

    ¿Por qué usó Jesús esta parábola? Con ella mostró que el mensaje del Reino tiene el poder de expandirse “hasta la parte más distante de la tierra” y de transformar la vida de las personas (Hech. 1:8). Claro, esos cambios no siempre son tan obvios al principio. Pero sabemos que ocurren, no solo porque cada vez más personas aceptan el mensaje, sino por los cambios que hacen en su personalidad (Rom. 12:2; Efes. 4:22, 23).

   ¿Cómo nos ayuda la parábola de la levadura? Al reflexionar en el significado de esta comparación de Jesús, nos damos cuenta de que no es necesario preocuparnos demasiado por cómo llegará el mensaje del Reino a millones de personas que todavía no lo han escuchado. Jehová tiene todo bajo control. Pero ¿qué nos corresponde hacer a nosotros? La Palabra de Dios responde: “Por la mañana siembra tu semilla, y hasta el atardecer no dejes descansar la mano; pues no sabes dónde tendrá éxito esto, aquí o allí, o si ambos a la par serán buenos” (Ecl. 11:6). Además, no olvidemos pedirle a Jehová que bendiga la predicación, especialmente en países donde nuestra obra está prohibida (Efes. 6:18-20).

   Tampoco debemos desanimarnos si vemos que nuestra predicación no produce fruto de inmediato. No hay que despreciar “el día de las cosas pequeñas” (Zac. 4:10). Con el tiempo, los resultados quizá sean mucho mejores de lo que pudiéramos haber imaginado (Sal. 40:5; Zac. 4:7). - Fin de la cita de la Atalaya del 15 del 12 de 2014

  Algunos no han caído en la cuenta de lo trascendental de éste cambio. Realmente es excelente la reafirmación en esta declaración positiva sobre la transformación y expansión del mensaje del Reino. Cómo comentó Esteban en una entrada pasada, en realidad con el tiempo notaremos como se evoluciona desde el concepto de una "intervención" a una "transformación" en la que el Reino (la experiencia transformadora de conocer al Padre y al prójimo como hermano) logra la transmutación de la Humanidad. Al respecto, Jesús en los Documentos de Urantia (revelados en los años treinta del siglo XX) comenta:

(1569.4) 140:1.7 «Lo que vuestros ojos contemplan, este pequeño núcleo inicial de doce hombres comunes, se multiplicará y crecerá hasta que finalmente toda la tierra se colme con alabanzas a mi Padre. Y no será tanto por las palabras que vosotros habléis, sino por la vida que vosotros viváis que los hombres conocerán que habéis estado conmigo y que habéis aprendido sobre realidades del reino.