miércoles, 21 de enero de 2015

Conceptos muy avanzados sobre la Rebelión de Lucifer - Parte 3


Es importante leer las dos entradas anteriores. Ahora bien, profundizaremos un poco en uno de los elementos del “manifiesto de la libertad” de Lucifer:

(603.3) 53:3.2 1. La realidad del Padre Universal. Lucifer alegaba que el Padre Universal en realidad no existía, que la gravedad física y la energía espacial eran inherentes al universo, y que el Padre era un mito inventado por los Hijos Paradisiacos con el objeto de retener el gobierno de los universos en el nombre del Padre. Negó que la personalidad fuera un don del Padre Universal. Aun sugirió que los finalistas estaban en confabulación con los Hijos Paradisiacos para imponer el fraude sobre toda la creación, puesto que nunca volvían trayendo una idea muy clara de la personalidad auténtica del Padre tal como se la discierne en el Paraíso. Confundió reverencia por ignorancia. La acusación era enorme, terrible, y blasfema. Fue este ataque velado contra los finalistas el que sin duda influyó sobre los ciudadanos ascendentes por entonces en Jerusem para que éstos permanecieran firmes y se mantuvieran constantes en su resistencia a todas las propuestas rebeldes.

En una oportunidad los miembros del Foro que recibieron los Documentos comentaron que los Seres Intermedios estaban preocupados por la idea del avance del comunismo ateo. Esto tendría sentido en vista que la enseñanza del ateísmo tendría un remoto origen en el mismo Lucifer.

Pero no solo el ateísmo reflejaría esto sino el agnosticismo, la magia y el panteísmo del new age que habla de una “fuerza” que es carente de personalidad e individualidad pero que se manifiesta en toda la naturaleza. Lucifer alegaba que “la gravedad física y la energía espacial eran inherentes al universo” y negó “que la personalidad fuera un don del Padre Universal”.

(603.6) 53:3.5  Mantenía que la inmortalidad era inherente en las personalidades del sistema, que la resurrección era natural y automática, y que todos los seres vivirían eternamente salvo cuando se lo impidiesen acciones arbitrarias e injustas de los ejecutantes de los Ancianos de los Días.

 (604.3) 53:4.1 El manifiesto de Lucifer fue emitido en el cónclave anual de Satania en el mar de cristal, en presencia de las huestes reunidas de Jerusem, el último día del año, alrededor de doscientos mil años atrás, tiempo de Urantia. Satanás proclamó que se podrían adorar las fuerzas universales —físicas, intelectuales y espirituales— pero que tan sólo se podrá tener lealtad al gobernante presente y actual, Lucifer, el «amigo de los hombres y de los ángeles» y el «Dios de la libertad».

Notamos aquí el remoto origen de algunas doctrinas que han goteado desde los cielos a la Tierra en las ideas de la inmortalidad inherente del alma, de la adoración de la naturaleza, tan común en las religiones mágicas y de la nueva era, y la historia del Titan Prometeo, aquel ser que se vuelve el amigo de los hombres al llevar el fuego del conocimiento y libertad a los humanos (venerado por los Masones).

A propósito, una de las representaciones simbólicas de Lucifer es la de un ser con cabeza de macho cabrio, lo cual para la mente de los primitivos era una adaptación de la veneración de las fuerzas naturales, pasionales y animales. Para ello, la cabeza animal (tan común en muchos pueblos antiguos) implica que las acciones son tomadas con la fuerza del impulso nativo animal (la exaltación de la parte animal evolutiva no dominada que debía ser aceptada y liberada por el luciferista). Pero esto es un error, ya que la naturaleza no es perfecta y no debe ser adorada ni colocada en la posición equivalente a la Deidad:

(57.3) 4:2.6 La naturaleza, en vuestro mundo, es una cualificación de las leyes de la perfección por los planes evolutivos del universo local. ¡Qué farsa adorar la naturaleza porque en un sentido limitado, cualificado, está penetrada por Dios; por ser una fase del poder universal y por lo tanto divino! La naturaleza también es una manifestación inconclusa e incompleta de las elaboraciones imperfectas del desarrollo, crecimiento y progreso de un experimento universal de evolución cósmica.

(57.5) 4:2.8  No, la naturaleza no es Dios. La naturaleza no es objeto de adoración.

(57.2) 4:2.5 Dios no está personalmente presente en la naturaleza ni en cualesquiera de las fuerzas de la naturaleza, porque el fenómeno de la naturaleza es la sobreimposición de las imperfecciones de la evolución progresiva y, a veces, de las consecuencias de rebeliones insurreccionales sobre los cimientos paradisiacos de la ley universal de Dios. Tal como aparece en un mundo como Urantia, la naturaleza no puede ser nunca la expresión adecuada ni la representación verdadera ni el fiel retrato de un Dios omnisapiente e infinito.

Sin embargo, Lucifer pretendía deificar a la naturaleza, puesto que él negaba la personalidad del Padre Universal y lo colocaba en el plano de una fuerza mística. “Satanás proclamó que se podrían adorar las fuerzas universales —físicas, intelectuales y espirituales—”. Notamos que también se promovía la adoración del intelecto, algo tan común en personas orgullosas, ya sea en el campo científico, secular e incluso religioso.

(604.4) 53:4.2 Fue atrevido y persistente en advocar la «igualdad de la mente» y «la hermandad de la inteligencia».

(605.1) 53:4.4 Opinaba que «el gobierno pertenece a las mayorías», que «la mente es infalible».

Pero la mente si es falible, ya que ninguna mente a excepción del Padre Universal es verdaderamente completa y perfecta. Pero esta auto adoración de la propia criatura, del propio orgullo e inteligencia ha sido nefasta en el universo ya que las mentes son falibles e incompletas. No disponen del cuadro enorme de la realidad universal. Por esa razón, a menudo los paradigmas mentales religiosos o científicos solo están basados en realidades parciales. La mente es imperfecta y evolutiva.

Cuando Lucifer inició esa rebelión hace miles de años (200.000 años), sintió que tenía mucho tiempo para sembrar sus ideas a sus anchas:

(605.2) 53:4.5 Todas las demoras misericordiosas de la justicia, las señaló Lucifer como prueba de la incapacidad de los Hijos Paradisiacos para detener la rebelión. Él desafiaba abiertamente y en forma arrogante a Micael, a Emanuel, a los Ancianos de los Días y luego señalaba el hecho de que no se había producido acción alguna, como prueba positiva de la impotencia de los gobiernos universales y superuniversales.

El hecho de que el conjunto de todas estas ideas estén tan arraigadas en la humanidad no se debe a posesiones diabólicas, sino al goteo de estas enseñanzas que libremente han circulado por decenas de miles de años desde el cielo a la tierra, a diferencia del mensaje crístico que tan solo lleva dos mil años con una distorsionada publicidad.

(605.4) 53:4.7 Se le permitió a Lucifer establecer completamente y organizar totalmente su gobierno rebelde, antes de que Gabriel hiciera esfuerzo alguno por disputar su derecho a la secesión ni por contrarrestar la propaganda rebelde. Pero los Padres de la Constelación inmediatamente confinaron la acción de estas personalidades desleales al sistema de Satania. Sin embargo, esta demora fue un período de gran prueba y comprueba para los seres leales de toda Satania. Durante varios años todo fue caótico, y hubo gran confusión en los mundos de estancia.

(605.3) 53:4.6 Gabriel estaba presente personalmente a lo largo de todos estos procedimientos desleales y tan sólo anunció que él, a su debido tiempo, hablaría por Micael, y que todos los seres tendrían libertad y no serían molestados en su elección; que el «gobierno de los Hijos en nombre del Padre tan sólo deseaba lealtad y devoción voluntarias, sinceras y a prueba de sofismas».

En el Anfiteatro Celestial
Y eso es precisamente el problema de la rebelión. Esta no puede terminarse por métodos sumarios y repentinos, por intervenciones violentas, por que cada criatura tiene que manifestar una posición con conocimiento de causa ante esta rebelión. Por lo tanto, la “guerra” es de una naturaleza superior a las guerras "cuerpo a cuerpo".

(606.2) 53:5.6 «Había guerra en los cielos; el comandante de Micael y sus ángeles lucharon contra el dragón (Lucifer, Satanás y los príncipes apóstatas); y el dragón y sus ángeles rebeldes lucharon pero no prevalecieron». Esta «guerra en los cielos» no fue una batalla física tal como se la puede concebir en Urantia. En los primeros días de la lucha Lucifer permaneció continuamente en el anfiteatro planetario. Gabriel condujo una exposición incesante de los sofismas rebeldes desde su sede central situada en las cercanías. Las varias personalidades presentes en la esfera que tuvieran duda en cuanto a su actitud se trasladaban de uno a otro sitio, escuchando las disertaciones hasta llegar a una decisión final.

(606.3) 53:5.7 Pero esta guerra en los cielos fue muy terrible y muy real. Aunque no exhibía ninguna de las barbaridades tan características de la guerra física en los mundos inmaduros, este conflicto era mucho más mortífero; la vida material corre peligro en el combate material, pero la guerra en los cielos se peleó en términos de vida eterna.

Las ideas luciferninas volvieron a hacer mella en las mentes humanas cuando hombres como Nietzsche habló del ideal inspirador del hombre. Este ideal no cree en las cosas que prometen las religiones después de la muerte, él sólo cree en lo real y en lo que puede ver. Este hombre se deja llevar por sus pasiones e inteligencia. Para Nietzsche los valores tradicionales representados por el cristianismo someten a las personas más débiles a una "moralidad esclava", el "espíritu gregario", que no provocan en ellos más que un estado de resignación y conformismo hacia todo lo que sucede a su alrededor. Para él, esos valores tienen que desaparecer para que aparezcan otros nuevos que representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó Übermensch.

 Y este filósofo está vinculado como un inspirador de Hitler. Sus conceptos filosóficos eje predican nociones tales como “la voluntad de poder”, el advenimiento del “superhombre” y su célebre frase: “Dios ha muerto” prepara un terreno ideal para la eclosión de “hombres fuertes y crueles”. 

Y sabemos como estas ideas se adaptaron en los humanos como guerras terribles y crueles. En un mundo atrasado y primitivo era inevitable que las ideas de Lucifer se implementaran de forma nefasta y terrible como guerras literales. 

El colocar a la humanidad en una posición tan precaria, ha sido condenado en el universo porque solo ha causado caos y un mayor retraso. 

(604.2) 53:3.7 Y fue con una Declaración de Libertad de este tipo que Lucifer lanzó su orgía de oscuridad y muerte.