martes, 3 de febrero de 2015

Telepatía y Videncia


(834.8) 74:6.6 Adán y Eva podían comunicarse uno con otro y con sus hijos inmediatos hasta una distancia de unos ochenta kilómetros. Se efectuaba este intercambio de pensamientos mediante delicadas cámaras de gas ubicadas muy cerca de sus estructuras cerebrales. Por este mecanismo podían trasmitir y recibir las ondas del pensamiento. Pero se suspendió este poder inmediatamente en cuanto se rindió la mente a la discordia y el trastorno del mal.

Es posible que de forma muy limitada, nos hayan quedado residuos de esa capacidad genética de los hijos inmediatos de Adán y Eva. A menudo, es común que con demasiada casualidad (?) cuando pensamos en un ser querido, nos comuniquemos con él por teléfono, etc. Los Documentos señalan que efectivamente los pensamientos son “ondas”.

De hecho, se han realizado experimentos con la transmisión de palabras cortas, y la primera conversación “telepática”, científicamente documentada, ocurrió el pasado 28 de marzo de 2014. Sin embargo, las distancias deben ser relativamente cortas, y también hay muchos fallos y caídas. Esto debe ser que la capacidad está alterada (y la vuelve errática) por la mezcla de genes adánicos con genes más primitivos.

(851.3) 76:4.5 La vista física así como la espiritual de Adán y Eva era muy superior a la de los pueblos de hoy en día. Sus sentidos especiales eran mucho más agudos, y podían ver los seres intermedios, las huestes angélicas, los Melquisedek y el Príncipe caído Caligastia, quien vino a conferenciar varias veces con su noble sucesor. Retuvieron la capacidad de ver estos seres celestiales durante más de cien años después de la falta. Estos sentidos especiales fueron menos aguzados en sus hijos y tendieron a menguar con cada generación sucesiva.

Sin embargo, puede que cada ciertas decenas de generaciones, estos sentidos reaparezcan a grado muy limitado y distorsionado en los humanos modernos. Sin bien, la inmensa mayoría de los llamados videntes o mediums son charlatanes fraudulentos, quizás un grupo reducido haya despertado en ciertas épocas humanas, la herencia de Adán y sus hijos inmediatos, aunque a grado limitado, errático y esporádico.