lunes, 27 de abril de 2015

Un contrasentido


Observemos la cita:

“En el estudio anterior aprendimos que Jehová conservó sus aguas de la verdad en un depósito de documentos escritos... las Escrituras Hebreas, producidas por inspiración. Sin embargo, ¿qué se puede decir de las Escrituras que escribieron los apóstoles y otros discípulos de Jesucristo? ¿Se han conservado estas para nosotros con un cuidado como aquel? Un examen del inmenso depósito de manuscritos conservados en griego y en otros idiomas muestra que fue así. Como ya se ha explicado, esta parte del canon bíblico consta de 27 libros. Considere las líneas de transmisión textual de estos 27 libros, que muestran cómo se ha conservado el texto griego original hasta la actualidad”. – Toda Escritura es Inspirada de Dios.

Como notamos, a menudo los mismos JW afirman que no hay variación sustancial del texto griego y que podemos confiar en la transmisión desde los primeros manuscritos hasta nuestros tiempos. Esta línea de argumentación se repite mucho. "Jehová protegió la transmisión de su palabra" se argumenta.

Sin embargo, de forma sorprendente, hay un detalle muy importante que los contradice:

“En cuanto a las Escrituras Griegas Cristianas, el “Nuevo Testamento”, la situación es diferente. Manuscritos del libro de Revelación o Apocalipsis (el último libro de la Biblia) tienen el nombre de Dios en su forma abreviada, “Yah” o “Jah” (en la palabra “Aleluya”). Pero, aparte de eso, ningún manuscrito griego antiguo que poseemos hoy de los libros desde Mateo hasta Revelación contiene el nombre de Dios en pleno. ¿Significa eso que el nombre no debería estar allí? Eso sería sorprendente, en vista del hecho de que los seguidores de Jesús reconocían la importancia del nombre de Dios, y Jesús nos enseñó a orar para que ese nombre fuera santificado. Por eso, ¿qué sucedió?

Para entender esto, recuérdese que los manuscritos de las Escrituras Griegas Cristianas que poseemos hoy día no son los originales. Los libros originales escritos por Mateo, Lucas y otros escritores de la Biblia recibieron mucho uso y rápidamente se desgastaron. Por eso, se hicieron copias, y cuando éstas se desgastaron, se hicieron otras copias de esas copias. Esto es lo que hubiéramos de esperar, puesto que las copias por lo general se hacían para ser utilizadas, no para ser conservadas.

Hoy día hay miles de copias de las Escrituras Griegas Cristianas en existencia, pero la mayoría de estas copias se hicieron durante el cuarto siglo de nuestra era común, o más tarde. Esto sugiere una posibilidad: Antes del cuarto siglo, ¿sucedió algo con relación al texto de las Escrituras Griegas Cristianas que resultara en que el nombre de Dios fuera omitido? Los hechos prueban que algo sucedió”. – Folleto “El Nombre Divino”

Cómo notamos, cuando se trata el asunto del Nombre Divino, la argumentación que defiende una confiabilidad del texto griego o Nuevo Testamento desaparece y se desploma.  Miremos ahora la sorprendente declaración:

“Por eso, mientras los judíos rehusaban pronunciar el nombre de Dios, la iglesia cristiana apóstata se las arregló para quitarlo por completo de los manuscritos en griego de ambas partes de la Biblia, así como de versiones en otros idiomas”. – Folleto “El Nombre Divino”

Jamás en una misma publicación los JW han confrontado estos argumentos contradictorios. ¿Acaso Jehová pudo proteger la integridad del texto griego, pero olvidó proteger en este mismo su propio Nombre?

Mientras se comenta que podemos confiar en los manuscritos griegos que nos han transmitido el mensaje de los evangelios y cartas cristianas, ¡no podemos confiar en los mismos porque supuestamente la iglesia apóstata los manipuló para quitar el nombre Divino!

En total el Nombre es insertado por la T.N.M unas 237 veces. Esto significaría una manipulación mínima de unas 237 veces en el texto griego en algo tan supuestamente importante como el Nombre Divino. ¿Cómo con esta argumentación se puede resaltar una infalibilidad textual de las Escrituras Griegas Cristianas?