martes, 12 de mayo de 2015

Nuestro escape a la Eternidad

Todos los días a cada instante experimentamos la sensación del paso del tiempo. Somos seres espacio – temporales. En este momento te encuentras leyendo éstas líneas. Luego estarás en otro momento presente realizando otra actividad y en otro lugar espacial. No nos hemos dado cuenta que la realidad, nuestra realidad, es una auténtica película en movimiento. El atardecer todos los días nos recuerda este ciclo inexorable de los movimientos del espacio y el tiempo. La vida eterna en sentido cronológico es imposible en esta realidad de movimiento y tiempo. Solo el hombre abraza la eternidad cuando gradualmente va ingresando en las etapas ascendentes universales que lo llevan al abrazo del no-tiempo y eternidad.

Esto es esencial comprenderlo (aunque tardemos) porque puede modificar el sentido de nuestra vida y como estamos contemplando y viviendo esta vida fugaz espacio-temporal.

Una gran parte de los Documentos de Urantia nos hablan del universo perfecto de Havona y la Isla Paraíso, lugar de habitación del Padre Universal. Antes de la creación de los Siete Superuniversos espacio-temporales existía solamente el Paraíso y Havona. Los Documentos hablan de esta Era como "los albores de la eternidad" (351.4) 31:9.3. La Primera Era Universal, como el Universo Central, es eterna en el pasado; no tiene un comienzo en el tiempo. Esta Era es única en otros aspectos: es presuprema y preúltima, y por tanto preexperiencial  0:9.5 Al ser preexperiencial, la Primera Era es totalmente existencial  0:7.2 Es la única era que lo es.

La Primera Era del Universo también parece ser precreativa y preevolutiva. Por ejemplo: los nativos de Havona son mencionados como que "descienden todos de la Trinidad del Paraíso". Pero, en el mismo párrafo, son designados como "seres que nunca fueron creados"  14:4.10 Puesto que los asuntos del Havona de la Primera Era eran completamente existenciales, tenían que ser preevolutivos. En algún “momento” del tiempo sin tiempo (Los Documentos presentan esta dificultad para la mente lineal humana), la Deidad expresa el mandato de la creación de los universos espacio - temporales externos.

La Deidad se convierte también en experiencial y se actualiza en las épocas pos-Havona del universo maestro  0:7.1 Estas eras parecen estar caracterizadas por una procesión en dos direcciones de ascendentes y descendentes. En la era actual del universo, los Creadores Supremos y sus asociados descienden desde el Paraíso hacia las creaciones espaciotemporales, y las criaturas evolutivas ascienden desde esas mismas creaciones hacia el Paraíso  115:6.5 En la siguiente edad, los finalitarios se asociarán con otros, que servirán en el espacio exterior 31:10.11, y se anticipa que los habitantes del espacio exterior ascenderán al Paraíso a través de los superuniversos perfeccionados  56:7.9

Actualmente estamos en la segunda Era. Esta es la era actual, la era de los superuniversos evolutivos. Las eras sucesivas expanden el destino; proporcionan las técnicas para invalidar los límites de crecimiento anteriores. Por ejemplo: el Havona de la Primera Era es un universo perfecto y "limitado de perfección". En la Segunda Era, la era actual, la perfección de Havona se expande hacia fuera, hacia los superuniversos imperfectos, para lograr un nuevo destino experiencial.

Los nativos de Havona son seres que podríamos definir como Absonitos. Seres sin principio ni fin que trascienden al tiempo y al espacio. Nuestra mente encuentra difícil de asimilar ese concepto de realidad. En cambio, se nos recuerda que nosotros somos seres que existen en un cuerpo que se desplaza de un lado a otro, y que en el trayecto hay un tiempo, referencias, etc. A diferencia de nosotros que estamos en un esquema de tres dimensiones, ellos existen en un orden superior a siete dimensiones. Los nativos de Havona son perfectos y existenciales. Son completos y son simultáneos.. 

La idea de la Deidad era crear ahora en los universos exteriores la gradualidad, el crecimiento paciente en el tiempo hasta adquirir la perfección. Y la referencia de relación espacial entre los diferentes individuos. Por esta razón, el espacio y el tiempo comienzan a existir en los universos exteriores.

Es interesante para nuestro estudio que los Documentos nos enseñan varias fases de la Divinidad o Deidad que ahora llamamos "Padre Universal". 

La Deidad puede ser real como una personalidad, como Dios, pero eso no es todo lo que la Deidad es. La Deidad también puede existir antes y después de la personalidad, pero los humanos no vamos a entender esto muy bien mientras estemos en la carne.

Hay un “nivel” de la realidad de la Deidad que es Estático y significa sin movimiento. Es mejor pensar acerca de la Deidad en este nivel como "siendo" mejor que como "actuando", como existiendo en cambio de estar haciendo algo. Aquí la realidad de todo lo que es y todo lo que será es conocida por la Deidad en un tiempo sin tiempo (no-tiempo) pero conceptualmente. Esto es lógico, tenemos que comenzar diciendo que la Deidad ES algo, antes que podamos decir que la Deidad HACE algo.

El segundo nivel se llama Potencial. ¿Qué significa la palabra potencial? Significa que hay espacio para algo. Una taza tiene valor porque está vacía, se puede poner algo en ella. Antes que la Deidad pueda hacer algo, tiene que haber un vacío que pueda ser llenado. En la presencia de este vacío la Deidad tiene ahora un plan y propósito. El universo (en teoría) no está aquí aún, pero los planos para él sí.

Luego está el nivel Asociativo. Tenemos la imagen de la personalidad convertida en ser. Aquí la Deidad adquiere la paternidad. Dios se convierte en el Padre Universal  del Hijo Eterno. Aquí se sugiere la Trinidad. Dios ya no está solo: se ha asociado con quien puede experimentar fraternidad.

En este cuarto nivel llamado Creativo, la Deidad comienza a actuar de la forma en que nosotros entendemos la acción. Ahora los Dioses empiezan a compartir con otros seres. Empiezan a darse a sí mismos, a distribuirse a otras personalidades, ahora comienzan a mostrarse a otros seres y a permitir que las criaturas sepan de ellos.

Luego está el nivel evolutivo. Ahora la Deidad está en expansión, creciendo fuera de los límites del Universo Central. La Deidad en este nivel se asocia con criaturas.

Luego viene el Dios o nivel Supremo. En este nivel la Deidad aprende a experimentar. Escapa de conocer siempre todo el futuro. En este nivel aprende lo que es ser una criatura, comenzar de pequeño y crecer. Une lo que el hombre obtiene de vivir y lo mezcla con lo que Dios obtiene de ser. Aquí la Deidad trabaja en el tiempo y el espacio. Aquí la Deidad no rige directamente el Universo sino que trabaja más tras bambalinas, trabaja para coordinar o dirigir a los que rigen el Gran Universo. A esto lo llamamos algunas veces la Supremacía de la Deidad.

Ultimo. Este es el último nivel de la actividad de la Deidad total. Una forma de imaginarse este nivel es pensar en la Deidad moviéndose hacia el futuro. Otra cosa que ocurre en este nivel es que la Deidad se eleva por encima  del tiempo y el espacio. Esto significa que aquí la Deidad es Todopoderosa, llena de conocimiento y esta presente en todas partes. En el nivel anterior (sexto) la Deidad coordina todo lo que puede ocurrir en el Gran Universo. Ahora en éste (séptimo) nivel, la Deidad hace el mismo tipo de trabajo de coordinación, solo que lo hace para todo el Universo Maestro. Aquí la Deidad actúa en una forma más que finita o absonita. Esto significa decir la última palabra y mantener todo  funcionando sin límite. Llamamos esta actividad del séptimo nivel, la ultimacía de la Deidad.

Y lo incomprensible para la mente humana es que el Padre Universal en simultaneidad puede existir en todos estos niveles, diluyéndose o ampliándose de simultáneamente. Hay una fase en la que trabaja Dios con nosotros, las criaturas finitas, que es la fase sexta, en la que la Deidad no conoce siempre el futuro y crece en asociación también con sus criaturas en el tiempo y en el espacio. En este nivel aprende lo que es ser una criatura, comenzar de pequeño y crecer. Une lo que el hombre obtiene de vivir y lo mezcla con lo que Dios obtiene de ser.

En el nivel finito de acción de la Deidad existimos los humanos y otros tipos de criaturas. En el nivel finito las cosas ocurren una tras otra, ocurren en el tiempo. También podemos estar en un sitio a la vez. Las cosas y personas finitas puede que no tengan fin, pero siempre se puede estar seguro que siempre tuvieron un comienzo. Son creados. Recuerden lo que dijimos de las funciones en el sexto nivel. Hablamos sobre la supremacía de la Deidad. Bien, el nivel de la Supremacía de la Deidad, trabaja en este nivel finito de existencia.

La Deidad no trabaja en nuestro nivel mediante intervenciones externas, sino mediante la acción coordinada a través de sus propios hijos. Dios no está personalmente en cada átomo. Esa idea panteísta no es real, ya que la naturaleza es imperfecta y dura. Más bien, Dios penetra en el espacio y tiempo mediante los humanos poseedores de éstos fragmentos de Dios llamados Ajustadores. Es mediante este contacto como Dios opera en el espacio imperfecto para lograr la perfección. Solo el Amor derramado por nosotros materializa a Dios en nuestro entorno. ¡Nosotros contribuimos a completar la creación del universo y la manifestación de Dios mismo! Mediante tu Asociado Celestial, Dios experimenta en el espacio y tiempo, se asocia con Humanos para terminar de crear esta realidad y perfeccionarla con Amor.

Dios como Personalidad primordial solo opera en nuestro nivel mediante la personalidad, asociado con la personalidad humana, en vuestro interior. 

Ahora bien, el Actor Conjunto que es más impersonal y se encarga de las potencias, energías y fuerzas mas impersonales hacia los universos evolutivos exteriores para que se ajusten y convergan como potencias y energías gradualmente.

Este fenómeno de disonancia entre lo impersonal y duro de la naturaleza y lo personal y afectivo de los humanos lo vemos en como el hombre frente a los desastres de una naturaleza imperfecta y que da la apariencia de estar divorciada con el concepto fraternal del Padre, debe mostrar como personalidad humana el Amor, Bondad y Altruismo Afectivo del Padre a través de nosotros.

Ya que el Padre se manifiesta en nosotros y por nosotros, solo al mostrar amor y el fruto del Espíritu, estamos espiritualizando a la realidad regida por el Actor Conjunto.

¡Es mediante nosotros cuando liberamos al Ajustador que nos reside, como Dios llega a actuar en Supremacía en la creación material que no está regida por la personalidad!

El hombre como personalidad es afectivo y busca el amor. Es así porque es hijo e imagen del Padre que también es personalidad y afectivo.

La naturaleza no es imagen del Padre, y por eso a grados variables, a veces tiene ciclos desarmónicos. Es impersonal y muchas veces entra en disonancia con las personalidades humanas. No es sabía ni posee inteligencia como una personalidad. Es la búsqueda de fuerzas y potencias que evolucionan para calibrarse y equilibrarse.

Esto hace que el hombre que es personalidad cariñosa como el Padre, a veces se pregunte por que el Padre permite ciertas cosas en la naturaleza dura. Pero lo que el hombre necesita saber es que el Padre si está interviniendo. No lo hace en el dominio de la otras Deidades como el Actor Conjunto. Lo hace realmente mediante el mismo hombre que pregunta, en la misma personalidad humana, invitándolo a suavizar con amor, misericordia y bondad (lo verdaderamente real) lo que es transitorio, irreal e impersonal de su entorno. Por lo tanto, lo crucial ante un desastre o tragedia no es si Dios intervendrá milagrosamente para quitar la prueba, sino lo que nosotros como emanaciones de ese mismo Dios haremos para elegir asociarnos con él para causar la verdadera intervención, manifestado altruismo, bondad y amor ante la tragedia.

Los Documentos explican que la existencia espacio temporal genera una especie de tensión elástica que nos coloca frente a elecciones y múltiples situaciones. Ya que el Fragmento del Padre que nos habita es procedente del No-Tiempo y constituye un pedacito de la Auténtica realidad, la única forma de conseguir la Eternidad y  trascender al tiempo y al espacio consiste en Asociarnos con Dios en todas las alternativas potenciales de la vida. Esa técnica de parecernos en Amor a Dios es la única forma de lograr la verdadera vida eterna.