domingo, 10 de mayo de 2015

Preguntas de los lectores (Mayo 2015) - 5

Pregunta: ¿Qué dicen los Documentos sobre la Astrología?

Respuesta: Es curioso como algunos recién conocedores de los Documentos se precipitan a creer que están relacionados con algunos pilares de la Nueva Era. La asociación prematura con "ángeles" y "seres celestes" a menudo crea esta idea preconcebida que la información de los mismos esta relacionada con los típicos mensajes de los "canalizadores". Incluso algunos de forma atrevida han llegado a crear grupos como la "Escuela de Astrología Urantia" y movimientos místicos que también usan la palabra "Urantia" para sus clases esotéricas. Muchas de éstas personas han escuchado superficialmente sobre el Libro, y no han profundizado en el mismo. Conozco un astrólogo que decepcionado del Libro (después de averiguar lo que decía sobre su oficio), lo eliminó de su lista de "favoritos". La razón es que se había precipitado, y finalmente había quedado desconcertado ya que el Libro no calzaba con sus creencias astrológicas.

El Libro es implacable con la Astrología:

(1680.5) 150:3.3 1. El curso de las estrellas en los cielos nada tiene que ver con los acontecimientos de la vida humana en la tierra. La astronomía es un interés apropiado de la ciencia, pero la astrología es una masa de errores supersticiosos que no tiene lugar en el evangelio del reino.

Cómo notamos, los Reveladores tienen duras palabras hacia la astrología llamándola una "masa de errores supersticiosos que no tiene lugar en el evangelio del reino".

También se comenta que la astronomía moderna tuvo su origen en la astrología:

(972.5) 88:6.5 La magia fue la rama del árbol religioso evolucionario que finalmente dio el fruto de la era científica. La creencia en la astrología llevó al desarrollo de la astronomía; la creencia en la piedra filosofal llevó al conocimiento de los metales, mientras que la creencia en los números mágicos fundó la ciencia de las matemáticas.

Los Documentos insisten en muchas partes que el Libre Albedrío es inviolable y tampoco puede ser influido por las estrellas. 

Hay aún una parte primitiva en el hombre que lo atrae hacia la superstición y a los fenómenos que son asociaciones (una especie de pareidolia mental) de hechos. Esto aún lo ata a la creencia en lo mágico y esotérico:

 (972.7) 88:6.7 Gradualmente la ciencia está eliminando de la vida el elemento del juego de azar. Pero si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la mente de muchos pueblos así llamados civilizados. El idioma contiene muchos fósiles que atestiguan que la raza por mucho tiempo ha estado impregnada de la superstición mágica, palabras como hechizado, malaventurado, posesiones, inspiración, quitarle a uno el espíritu, ingenio, embelesador, estupefacto y asombrado. Los seres humanos inteligentes aún creen en la buena suerte, el mal de ojo y la astrología.

Los Documentos señalan el peligro de permanecer retrasados bajo las creencias supersticiosas de los hombres primitivos. Aún sigue el duro lastre sobre muchas mentes humanas. Aún no encontramos el balance suficiente para despojarnos de éstos fetiches mentales.

(973.1) 88:6.8 La magia antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero ya no útil. Así los fantasmas de la superstición ignorante agitaron las mentes primitivas de los hombres hasta que pudieran nacer los conceptos de la ciencia. Hoy en día, Urantia está en los albores de su evolución intelectual. Una mitad del mundo busca ansiosamente la luz de la verdad y los hechos del descubrimiento científico, mientras que la otra mitad languidece en los brazos de la superstición antigua y de la magia sólo ligeramente disfrazada.

Se nos dice que Jesús se esforzó por hacer desaparecer de la mente de sus apóstoles algunas de estas ideas paganas y helénicas que estaban penetrando en la cultura judía (recordemos que algunos de ellos creían en fantasmas):

(1680.4) 150:3.2 Tarde esa noche Jesús pronunció ante el grupo reunido un memorable discurso sobre «La magia y la superstición». En aquellos días, la aparición de una estrella brillante y supuestamente nueva era considerada un signo del nacimiento de un gran hombre en la tierra. Como se había observado recientemente una estrella semejante, Andrés preguntó a Jesús si estas creencias tenían fundamento. En la larga respuesta a la pregunta de Andrés, el Maestro habló en forma extensa sobre el tema de la superstición humana. La declaración de Jesús en esa ocasión puede ser resumida en fraseología moderna como sigue:

(1680.5) 150:3.3 1. El curso de las estrellas en los cielos nada tiene que ver con los acontecimientos de la vida humana en la tierra. La astronomía es un interés apropiado de la ciencia, pero la astrología es una masa de errores supersticiosos que no tiene lugar en el evangelio del reino.

(1681.3) 150:3.8 6. La adivinación, la hechicería y la brujería son supersticiones de mentes ignorantes, lo mismo que la ilusión de la magia. La creencia en números mágicos, en signos de buena suerte y presagios de mala suerte, es pura superstición y sin ningún fundamento.

(1681.4) 150:3.9 7. La interpretación de los sueños es en gran parte un sistema supersticioso y sin fundamento de especulación ignorante y fantástica. El evangelio del reino no debe tener nada en común con los sacerdotes adivinos de las religiones primitivas.

(1681.5) 150:3.10 8. Los espíritus del bien o del mal no pueden habitar en símbolos materiales de arcilla, madera o metal; los ídolos no son más que la sustancia de la cual están hechos.

(1681.6) 150:3.11 9. Las prácticas de los encantadores, magos, hechiceros y brujos provienen de las supersticiones de los egipcios, los asirios, los babilonios y los antiguos cananeos. Los amuletos y toda suerte de encantamientos son fútiles tanto para ganar la protección de los buenos espíritus como para protegerse de los así llamados espíritus impuros.

(1681.7) 150:3.12 10. Desenmascaró y denunció la creencia en encantamientos, ordalías, hechicerías, maldiciones, signos, mandrágoras, cuerdas anudadas, y todas las demás formas de superstición ignorante y esclavizante.

Hay quiénes han tratado de vincular el Nacimiento de Jesús a la posición especial de los planetas durante ese momento. Cómo vimos, Jesús desalentó la creencia en que una Estrella señalaba el nacimiento de un hombre especial. Y es interesante la postura de los Documentos frente a la llamada "estrella de Belén":

(1352.3) 122:8.7 Ninguna estrella guió a estos hombres sabios a Belén. La hermosa leyenda de la estrella de Belén se originó de esta manera: Jesús nació al mediodía del 21 de agosto del año 7 a. de J.C. El 29 de mayo del año 7 a. de J.C. hubo una extraordinaria conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis. Y es un hecho astronómico notable el que conjunciones similares ocurrieran el 29 de septiembre y el 5 de diciembre del mismo año. Sobre la base de estos acontecimientos extraordinarios, pero totalmente naturales, los creyentes bien intencionados de las generaciones sucesivas construyeron la atractiva leyenda de la estrella de Belén y de los Reyes Magos adoradores conducidos por la estrella al pesebre para contemplar y adorar al recién nacido. La mente oriental y del cercano Oriente se deleita en las fábulas, e inventa constantemente bellos mitos sobre la vida de sus dirigentes religiosos y de sus héroes políticos. En la ausencia de la imprenta, cuando la mayor parte del conocimiento humano se trasmitía oralmente de una generación a la otra, era muy fácil que los mitos se tornaran tradiciones y que las tradiciones finalmente se aceptaran como hechos.

Aunque esto parece chocante para los lectores de los Evangelios, es cierto que algunos investigadores escépticos de la existencia de Jesús han descubierto que los paganos precisamente creían en el advenimiento de los profetas encarnados anunciados por estrellas o cometas, que nacían de vírgenes, etc. Y aunque Jesús trató de distanciarse, sin éxito de éstos asuntos, los escritores finales de los Evangelios tomaron éstas ideas paganas y las incorporaron como elementos residuales en los Evangelios. De hecho es interesante que efectivamente los personajes en el relato de la Estrella eran "Astrólogos" tal como declara la T.N.M porque asociaban la estrella al nacimiento de un ser importante:

“Después que Jesús hubo nacido en Belén de Judea en los días de Herodes el rey, ¡mire!, astrólogos de las partes orientales vinieron a Jerusalén,  diciendo: “¿Dónde está el que nació rey de los judíos? Porque vimos su estrella [cuando estábamos] en el Oriente, y hemos venido a rendirle homenaje”. – Mateo 2:1,2

Jesús en cambio, según los Documentos, se distanció de la creencia astrológica de asociar una estrella a él #

# Nota: Dada esta relación hay grupos que han intentado salvar la inserción de la estrella de Belén asociándola a Satanás. No obstante, hay quiénes citan a Números 24:17 indicando que la Estrella era de origen divino. Esta otra vereda argumenta que los astrólogos al preguntar "¿Dónde está el que nació rey de los judíosPorque vimos su estrella" lo hicieron porque conocían esta "profecía" de Números 24:17:

"Una estrella ciertamente saldrá de Jacob,

y un cetro verdaderamente se levantará de Israel"

También en Jueces 5:20 se indica una casi referencia astrológica residual de los Babilonios ingresada a los redactores del Pentateuco post exilio, al indicar que "las estrellas pelearon contra Sísara". Es interesante que a Daniel se le llame el "jefe de los astrólogos" (Daniel 5:11). En Job 38:33 se habla de la "autoridad de los cielos sobre la Tierra". Todas estas creencias orientales sin duda tienen salpicaduras de cierta "astrología" o "astronomía" en pañales a mayor o menor grado.

Es cierto que poseemos material molecular estelar y que la Luna y las manchas solares influyen sobre nuestra biología, así como lo hace el clima o la alimentación. Pero ninguno de éstos asuntos puede "marcar a fuego" un destino o inclinación personal. Esto queda demostrado con los Gemelos que nacen con diferencias de segundos y que a veces tienen gustos muy diferentes.