domingo, 26 de julio de 2015

El regreso de Nibiru

He vuelto a estudiar la información sobre Nibiru, Hercobolus, Planeta X, Ra666, etc. Ahora he llegado a algunas conclusiones asombrosas que lamentablemente anteriormente estaban contaminadas con información distorsionada que nos hizo prejuzgar erróneamente el asunto, ya que intencionadamente muchos lo vincularon al 21 de diciembre 2012 con el fin de intoxicar la información.

Es interesante que el descubridor de Plutón lo hizo porque buscaba al responsable de las "perturbaciones" de las orbitas de Urano y Neptuno. Pero Plutón era demasiado pequeño para la explicación. La misma órbita de Plutón es excéntrica y extraña. 

Órbita excéntrica de Plutón.

El debate sobre la posibilidad de un cuerpo grande incógnito en el sistema solar también ha sido alimentado por la inusual y alargada orbita del Objeto Transneptuniano Sedna, descubierto en el 2003. Sedna está mucho más lejos del sistema solar y Plutón. Como notamos su órbita es muy alargada:


¿Pudiera ser que el pequeño planetoide Sedna orbite alrededor de otro cuerpo que aún no ha sido descubierto oficialmente? También se ha descubierto otro pequeño planeta, el VP 113. Parece que estos planetoides mucho más pequeños que nuestra Luna fueran precisamente eso: lunas de otro cuerpo más grande aún no descubierto.

Ya hay algunos modelos que postulan un hipotético planeta gigante que relaciona su órbita con la de los cuerpos más pequeños descubiertos:



Al leer y releer bien el Documento alusivo al origen de Monmatia (nuestro Sistema Solar en Urantia Book) encontré algo sorprendente:


(655.9) 57:5.4 Hace 4.500.000.000 de años el enorme sistema Angona comenzó a aproximarse a este sol solitario. El centro de este gran sistema era un gigante oscuro del espacio, sólido, altamente cargado, y poseedor de una tremenda atracción de gravedad.

Notamos como se describe a una especie de estrella gigante que es oscura y que es el centro de gravedad de un sistema solar vecino llamado Angona. Lo interesante es que ese "gigante oscuro" es "sólido" y con una tremenda atracción de gravedad.

De forma increíble y paralela otros han intuido a ese astro misterioso que precisamente tiene que ser oscuro, puesto que la estrella visible está a unos 4 años luz. En cambio, este gigante debería estar más cerca.

En los años 70 y 80 el astrónomo chileno Carlos Muñoz Ferrada declaró que Hercólubus (Planeta X o Nibiru) órbita "entre nuestro Sol y un Sol Negro" que se encuentra 32 billones de kilómetros. El detalle del Sol Negro o Estrella Negra y el Gigante Oscuro de Urantia Book es asombroso. 


En 1984  R. A. Muller (físico, Universidad de California en Berkeley), Piet Hut (físico, Instituto de Estudios Avanzados de Princeton) y Marc Davis (Princeton) en la revista Nature hablaron de ese cuerpo gigante oscuro al que llamaron Némesis y que sería, según este artículo, una estrella oscura y pequeña, tal vez una enana marrón, con una órbita decenas, centenas o hasta millares de veces más distante que la de Plutón. Esto crea la hipótesis astronómica que declara la posibilidad de que nuestro Sol forme parte de un sistema binario. En este sistema, la estrella compañera del Sol —aún no descubierta— se llamaría Némesis (la diosa griega de la retribución y la venganza) por los efectos catastróficos que produciría al perturbar periódicamente la Nube de Oort.


Y es notable que en los Documentos de los años treinta se hablase de este astro “gigante oscuro” como el centro del vecino sistema de Angona, el cual se acercó al nuestro (Monmatia) hace mucho tiempo. Ahora bien, este “gigante oscuro” que aún no ha sido descubierto oficialmente no sería Nibiru ni el planeta X. Veamos por qué…

(656.1) 57:5.5 A medida que Angona se iba acercando más al sol, en los momentos de máxima expansión durante las pulsaciones solares, se precipitaban al espacio chorros de material gaseoso, a manera de gigantescas lenguas solares. En un principio estas llameantes lenguas de gas invariablemente volvían a caer en el sol; sin embargo, al acercarse Angona cada vez más, la atracción de la gravedad del descomunal visitante se hizo tan fuerte que estas lenguas de gas se desprendían en ciertos puntos. Las raices volvían a caer en el sol, en tanto que las secciones exteriores se separaban para formar cuerpos independientes de materia, meteoritos solares, los cuales de inmediato comenzaban a girar en torno al sol en sus propias órbitas elípticas.

Notamos que la atracción del gigante oscuro y el sistema Angona provocó inmensas llamaradas solares en los orígenes del sistema solar. Tenemos la observación que nuestro sol puede incrementar su actividad solar por la influencia gravitatoria externa que "arranca" material de él.

(656.2) 57:5.6 Mientras el sistema Angona se acercaba, las expulsiones solares se hacían cada vez más grandes; el sol arrojaba cada vez más materia, que se convertía en cuerpos independientes que circulaban por el espacio circundante. Esta situación se desarrolló durante quinientos mil años, hasta que Angona realizó su acercamiento más próximo al sol; después de lo cual el sol, conjuntamente con una de sus convulsiones internas periódicas, experimentó un quebrantamiento parcial; y en ese momento enormes volúmenes de materia se vertieron simultáneamente y desde lados opuestos. Del lado de Angona iba siendo atraída una vasta columna de gases solares, más bien puntiaguda hacia los dos extremos y marcadamente protuberante por el centro, que se desprendió permanentemente del control inmediato de la gravedad del sol.

Estamos presenciando la formación de los planetas que se deben a la influencia del sistema Angona que atravesó el nuestro y "arrancó" material del Sol para la formación de los planetas.


(656.3) 57:5.7 Esta gran columna de gases solares que de este modo se separó del sol posteriormente evolucionó para convertirse en los doce planetas del sistema solar. Los gases expulsados repercusionalmente del lado opuesto del sol en una compatibilidad mareomotriz con la extrusión de este gigantesco antepasado del sistema solar, se han condensado desde entonces para formar los meteoros y el polvo espacial del sistema solar; si bien buena parte de esta materia fue recobrada posteriormente por la gravedad solar a medida que el sistema Angona retrocedía al espacio remoto.

Los 12 planetas del sistema solar tienen su origen en estos "pedazos" del Sol arrancados gracias al "tirón" gravitacional de Angona. Este dato que los 12 planetas tienen su origen en la masa de nuestro Sol es vital al seguir analizando los Documentos:

Cinturón de Kuiper un "poco" más allá de Plutón
(656.4) 57:5.8 Aunque Angona acertó en alejar el material atávico de los planetas del sistema solar y el enorme volumen de materia que actualmente anda circulando alrededor del sol, como asteroides y meteoros, no captó para sí nada de esta materia solar. El sistema visitante no llegó a acercarse lo bastante como para robar efectivamente nada de la sustancia del sol, pero sí pasó suficientemente cerca para atraer al espacio intermedio todo el material que hoy en día comprende el sistema solar.

La parte que he remarcado en negrita en relación a los asteroides y meteoros arrancados hacia el exterior como partículas sobrantes no ocupadas en la formación de los planetas debe corresponder sin duda al  cinturón de Kuiper que está más allá de Plutón. No lo confundamos con el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter ya que ese es producto de la destrucción de unos de los planetas de antaño. El dato del cinturón de Kuiper como veremos más adelante es interesante.

(656.5) 57:5.9 Los cinco planetas interiores y los cinco exteriores muy pronto se formaron en miniatura a partir de los núcleos que se enfriaban y condensaban en los extremos menos masivos y de forma ahusada de la inmensa protuberancia producida por la gravedad, la cual Angona había acertado en separar del sol; mientras que Saturno y Júpiter se formaron de las porciones centrales más masivas y protuberantes. La potente atracción de gravedad de Júpiter y Saturno desde un principio capturó la mayor parte del material que se le había robado a Angona tal como de ello da fe el movimiento retrógrado de ciertos satélites suyos.

Aquí tenemos varios datos interesantes que se nos revelan. Cómo se vio antes, hay en total 12 planetas "hijos" de nuestro Sol. Este nuevo párrafo complementa el anterior. En el centro o medio están Saturno y Júpiter provenientes de las porciones más masivas de la expulsión solar. Luego están (como dice este párrafo) los cinco interiores y los cinco exteriores con núcleos menos masivos. Entonces, el sistema solar estaría formado así.

Sol

Mercurio

Venus

Tierra 

Marte

Planeta destruido (que veremos más adelante)

Jupíter

Saturno

Urano 

Neptuno 

Plutón  (?)

Indeterminado con claridad

Indeterminado con claridad

Cómo notamos tenemos a 5 planetas exteriores. Tengo dudas sobre los otros dos cuerpos posteriores a Plutón. Pudiera ser que Sedna y Eris fueran realmente lunas que orbitan a los que mencionaremos después. Esto nos hace pensar que aún hay dos planetas más después de Plutón no identificados con claridad. Sin embargo, éstos no son Nibiru....

 "La potente atracción de gravedad de Júpiter y Saturno desde un principio capturó la mayor parte del material que se le había robado a Angona tal como de ello da fe el movimiento retrógrado de ciertos satélites suyos".

Sorprendentemente mucho después de éstas declaraciones se descubrieron numerosos satélites de Júpiter (hasta ahora son 67). Los Documentos no se referían a las grandes lunas de Júpiter sino a estos cuerpos ahora descubiertos:

"Ocho de las lunas de Júpiter son satélites regulares con órbitas directas y casi circulares que no están muy inclinadas con respecto al plano ecuatorial del planeta. Los satélites galileanos son de forma elipsoidal debido a que tienen masa planetaria, por lo que serían considerados planetas enanos si estuvieran en órbita directa alrededor del Sol.

El resto de los satélites de Júpiter son satélites irregulares, cuyas órbitas directas y retrógradas están mucho más lejos del planeta y tienen altas inclinaciones y excentricidades. Estas lunas fueron probablemente capturadas por Júpiter de órbitas solares. Hay 16 satélites irregulares recientemente descubiertos que aún no han sido nombrados." - Wikipedia.

Notamos lo asombroso de los Documentos ya que no se refieren a los antiguos satélites galileanos con órbitas directas y circulares que eran los más conocidos en la fecha de publicación de Urantia Book, sino a estos recientes satélites descubiertos con movimientos retrógrados y excéntricos. Estos cuerpos erráticos serían la captura de cuerpos de Angona en la formación del sistema solar.

(657.1) 57:5.12 Los planetas no giran alrededor del sol por el plano ecuatorial de su madre solar, lo cual harían si hubieran sido arrojados por la revolución solar. Más bien, se desplazan por el plano de la extrusión solar de Angona, que existió a un ángulo apreciable respecto del plano del ecuador solar.

Durante mucho se ha creído que los planetas están en el mismo ángulo ecuatorial, sin embargo, simulaciones más precisas han demostrado el referido ángulo orbital en torno al Sol. 



Cómo se observa la idea de la atracción de un cuerpo foráneo o "estrella negra" concuerda con el ángulo de los planetas "atraídos" hacia Angona y su centro oscuro.

Tres Nibirus

Los Documentos ahora hacen una declaración sorprendente:

(657.2) 57:5.13 Aunque Angona no pudo captar nada de la masa solar, vuestro sol sí le agregó a su familia planetaria en metamorfosis, material que iba circulando por el espacio del sistema visitante. Debido al intenso campo de gravedad de Angona, su familia planetaria tributaria seguía las órbitas a considerable distancia del gigante negro; y poco después de la extrusión de la masa atávica del sistema solar, mientras que Angona aún se hallaba en las inmediaciones del sol, tres de los planetas mayores del sistema Angona pasaron tan cerca del masivo antepasado del sistema solar que su atracción de gravedad, aumentada por la del sol, bastó para contrarrestar el abrazo de la gravedad de Angona y para separar permanentemente estos tres tributarios del viajero celestial.


Se nos dice que los planetas del sistema Angona orbitaban a considerable distancia del gigante negro, y después de los pedazos de Sol que formaron los 12 planetas, tres de los planetas mayores de Angona fueron separados del sistema de Angona. Lo que no queda claro es si éstos tres planetas mayores (grandes) de Angona se integraron al sistema solar, de todas formas al quedar separados de Angona deben estar en las inmediaciones de nuestro sistema solar, más allá del cinturón de Kuiper.


¿Tienen alguna influencia en nuestro sistema solar estos tres grandes planetas de Angona?

(657.3) 57:5.14 Todo el material celestial del sistema solar derivado del sol estuvo originalmente dotado de un sentido homogéneo de paso orbital, y de no haber sido por la intromisión de estos tres cuerpos espaciales foráneos, todo el material del sistema solar seguiría manteniendo el mismo sentido de movimiento orbital. Sin embargo, el impacto de los tres tributarios de Angona interpuso nuevas y foráneas fuerzas direccionales en el sistema solar naciente con la aparición resultante del movimiento retrógrado. El movimiento retrógrado de todo sistema astronómico es siempre fortuito y aparece siempre como resultado del impacto de una colisión de cuerpos extraños del espacio. Puede que tales colisiones no siempre produzcan movimiento retrógrado; sin embargo, el movimiento retrógrado sólo aparece en sistemas que contienen masas de diversos origenes.

Lo anterior indica que hay tres cuerpos fuera del sistema solar que son lo suficientemente grandes para alterar las fuerzas direccionales de algunos cuerpos del sistema solar.

Tenemos información que aparte de los dos planetas que faltan por ser clasificados como planetas del sistema solar, hay tres planetas gigantes (quizás del tamaño de Júpiter o Urano) que están más allá del Cinturón de Kuiper. Los satélites pequeños como Sedna y los nuevos planetoides serían lunas que les orbitan de alguna forma.


Esto tendría sentido por que solo cuerpos gigantes podrían atraer y crear las órbitas del cinturón de Kuiper y mantenerlas "amarradas" en esa distancia. Si no existieran estos planetas gigantes exteriores que contrarresten la gravedad del sol, todos los asteroides regresarían a los planetas interiores y al sol, trayendo dramáticas y destructivas consecuencias sobre los planetas cercanos al Sol y la Tierra.


Sobre el Cinturón de Kuiper los datos científicos dicen:



“Los orígenes y estructura actual del cinturón de Kuiper todavía no han sido aclarados (…) Diferentes simulaciones por ordenador de las interacciones gravitatorias del periodo de formación del Sistema Solar indican que los objetos del cinturón de Kuiper pudieron crearse más hacia el interior del Sistema Solar y haber sido desplazados hasta sus posiciones actuales entre 30 y 50 UA por las interacciones con Neptuno al desplazarse lentamente este planeta desde su posición de formación hacia el exterior hasta su actual órbita. Estas simulaciones indican que podría haber algunos objetos de masa significativa en el cinturón, quizás del tamaño de Marte” - Wikipedia

En realidad los objetos de Kuiper fueron atraídos por la gravedad de Angona y los tres planetas del sistema extraño y no por Neptuno. Si están intuyendo planetas del tamaño de Marte lo cual sería el descubrimiento de los otros dos planetas después de Plutón.



“El acantilado de Kuiper es el nombre que le dan los científicos a la parte más alejada del cinturón de Kuiper. Es una incógnita que ha dado quebraderos de cabeza durante años. La densidad de objetos en el cinturón de Kuiper decrece drásticamente, de ahí su nombre de acantilado. La explicación más lógica sería la existencia de un planeta con una masa suficientemente grande como para atraer con su gravedad a todos los objetos de su órbita. Ese supuesto planeta recibe el nombre de Planeta X. Hasta la fecha, nadie ha aportado ninguna prueba de la existencia de tal planeta ni una explicación para este fenómeno” - Wikipedia.

Precisamente la existencia de los tres grandes planetas venidos del sistema Angona son los que causan el equilibrio de fuerzas del cinturón de Kuiper. Estos mantienen la tensión entre la atracción del Sol y la atracción de los tres gigantes causando la zona del cinturón de Kuiper.

Algo similar ocurre con el cinturón de asteroides entre Marte y Jupíter. Por un lado tenemos a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno jalando los asteroides hacia ellos, mientras que el Sol y los planetas interiores tiran hacia su dirección. Esto causa la zona intermedia del cinturón de tensión. El mismo modelo a mayor tamaño ocurre con el cinturón de asteroides de Kuiper en la zona posterior a Plutón. Esto es la evidencia que hay cuerpos gigantes provocando una tensión gravitacional y equilibrio.  



¿Por qué no han sido descubiertos estos tres enormes planetas? La razón es que son la prole del astro gigante oscuro de Angona. Recordemos que es un gigante sólido. El material de los planetas de Angona debe ser también oscuro.


(171.5) 15:5.10 Algunas islas oscuras densas son el resultado directo del agregado de energía de transmutación en el espacio. Otro grupo de estas islas oscuras se ha originado por la acumulación de enormes cantidades de materia fría, meros fragmentos y meteoros, que circulan por el espacio.

Notamos que hay un intercambio de "material" del que están formados algunos meteoros y materia. Ahora bien, hay un par de citas que declaran que efectivamente hay planetas oscuros en la creación (no serían infrecuentes):

(559.5) 49:0.5 El mundo habitado más viejo de Satania, el mundo número uno, es Anova, uno de los cuarenta y cuatro satélites que giran alrededor de un enorme planeta oscuro pero expuesto a la luz diferencial de tres soles vecinos. Anova se encuentra en una etapa avanzada de civilización progresiva.
(259.6) 23:2.20 Los Mensajeros Solitarios, como clase, son altamente sensibles a la gravedad; por lo tanto a veces pueden detectar la presencia probable de planetas oscuros muy pequeños, los mundos mismos que se adaptan mejor a los experimentos de vida.

Hace poco nuestra ciencia descubrió que existen estos planetas oscuros. Cita textual de BBC:

“Los científicos, que publican el hallazgo en la revista Nature, creen que estos planetas, que tienen el tamaño de Júpiter, fueron expulsados de sus sistemas planetarios originales.

Según el profesor David Bennett, profesor de astrofísica y cosmología de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, quien dirigió la investigación, el descubrimiento no sólo confirma que este tipo de planetas aislados sí existen en el espacio, sino también indica que son muy comunes.

Y es posible que haya muchos más de estos cuerpos celestes que no han sido detectados, agrega.

El análisis de estos datos mostró evidencia de 10 planetas que flotaban libremente en el espacio, todos de aproximadamente la masa de Júpiter.

Pero creen que podría haber muchos más planetas más pequeños que también se encuentran aislados y sin una estrella madre.

"Nuestros resultados sugieren que los sistemas planetarios a menudo se vuelven inestables y los planetas son expulsados de sus lugares de origen después de un encuentro cercano con otro planeta" afirma el profesor Bennett.

Tampoco descartan la posibilidad de que algunos de estos planetas aislados se estén moviendo en órbitas muy distantes de alguna estrella, aunque esto, dicen, es un fenómeno raro con planetas de esta masa”. -  BBC Jueves, 19 de mayo de 2011

Cómo notamos todo concuerda con los Documentos escritos en los años treinta en relación al "Sol" Oscuro de Angona y éstos tres planetas “negros” atrapados o expulsados y que deben estar un poco más allá de nuestro sistema solar. 

A estos planetas los han detectado en otras zonas. ¿Por qué no han sido detectados aquí?

La astronomía es solamente tan buena como es su habilidad de recoger fuentes de luz, o fuentes de otros tipos de radiación y gravedad, y distinguirlos de otras fuentes similares. Sin embargo todavía nos cuesta ver objetos más cercanos, incluyendo los planetas exteriores del sistema solar más allá de Plutón, a los asteroides y cometas distantes.

Esto es irónico y lo podemos entender con una analogía de un jardín enfrente de una casa. Si uno estuviera parado en la puerta hacia el jardín, de noche, uno podría ver la casa iluminada más allá del jardín (estrellas), pero no ver todos los detalles oscuros en el jardín mismo (fuera del sistema solar). Es más podríamos hasta tropezar atravesando un jardín de noche.

Los Documentos señalan finalmente que la intromisión de los tres planetas mayores de Angona causan las extrañas perturbaciones y anomalías del sistema solar. Sin embargo, no señalan que ellos se van a acercar a la Tierra y causar terribles destrucciones como lo muestran algunos escritos de la Nueva Era o canalizadores que incluso hablan de "vibraciones", etc. 

Los Documentos no tienen carácter profético y esotérico, y no indican que las órbitas exteriores de esos planetas vayan a causar algún cataclismo o van a introducirse en los planetas interiores del Sistema Solar. No lo dicen. De hecho pareciera todo lo contrario. Parece que esos tres planetas y el lejano "gigante oscuro" llamado por nuestros astrónomos "Nemesis" o Estrella Negra precisamente tiene la función de crear una estabilidad que nos protege. Sobre estos cuerpos oscuros se nos dice:

(173.1) 15:6.11 Las islas oscuras del espacio. Éstos son los soles muertos y otras agregaciones grandes de materia carentes de luz y calor. Las islas oscuras a veces son enormes en cuanto a su masa y ejercen una influencia poderosa en el equilibrio y en la manipulación de la energía en el universo. La densidad de algunas de estas grandes masas es casi increíble. Y esta gran concentración de masa permite que estas islas oscuras funcionen como poderosas ruedas de equilibrio, controlando eficazmente grandes sistemas vecinos. Mantienen el equilibrio gravitacionario del poder en muchas constelaciones; muchos sistemas físicos que de otro modo irían rápidamente hacia su destrucción en los soles vecinos son mantenidos certeramente dentro de la atracción de la gravedad de estas islas oscuras guardianas. Es por esta función por que podemos ubicarlas con precisión. Hemos medido la atracción de la gravedad de los cuerpos luminosos, y por lo tanto podemos calcular el tamaño y ubicación exacta de las islas oscuras del espacio que tan eficazmente funcionan para mantener en su curso un sistema determinado.

Notamos que los Reveladores señalan que éstos cuerpos oscuros parece que nos protegen de que seamos tragados por nuestro mismo Sol. "Tiran" en la dirección opuesta. 

Por lo tanto, es difícil creer que uno de éstos cuerpos pueda precipitarse (por lo menos en estos cientos de años por delante) de forma descontrolada al interior del sistema solar. Sin embargo, ya que quizás poseen órbitas elípticas un mínimo alejamiento o acercamiento podrían desestabilizar el cinturón de Kuiper y "salpicar" con algunos cometas o meteoritos hacia nuestro interior. De hecho, la evidencia indica que eso es lo que ha ocurrido y podría ocurrir en cualquier momento.


"Hay otro Sol en el cielo, un Sol Demonio que no podemos ver. Hace mucho, incluso antes del tiempo de nuestros tatarabuelos, el Sol Demonio atacó a nuestro Sol. Cayeron cometas, y un terrible invierno se apoderó de la Tierra. Casi toda vida fue destruida. El Sol Demonio ha atacado muchas veces antes. Atacará de nuevo." – Carl Sagan

Todas las culturas tienen recuerdos residuales de un Astro misterioso que lanzó cometas a la Tierra (que en realidad eran los tres planetas y el gigante oscuro). Y quizás muchas culturas confunden al mismo astro con los asteroides y cometas caídos. De ahí que los Sumerios hablasen de éstos como el mismo.

George Lucas se basó precisamente en eso para La ‘Estrella de la Muerte’ –que era una estación de batalla, en la trilogía de ‘Guerra de las Galaxias que destruía planetas. La Estrella de la Muerte real podría periódicamente bombardear el sistema solar con cometas, cuando su órbita elíptica causara que se cepillara a través de nubes de cometas. Esto, a su vez, podría crear un ciclo periódico de extinción (dinosaurios).

Esta es la única forma más tangible en que los tres planetas gigantes oscuros (que son interpretados como Nibiru) y el astro negro (Nemesis) pudiesen afectarnos. Su órbita cada cierto tiempo puede perturbar a los cinturores de asteroides de Kuiper y/o Júpiter y lanzarnos algunas piedras con consecuencias catastróficas.

Los Documentos señalan lo que ocurrió en el pasado remoto con el quinto planeta que se acercó a Júpiter: Se desintegró formando el cinturón de asteroides. Señalan que en el futuro lejano una luna de Júpiter tendrá ese destino y nuestra Luna en relación a la Tierra.

La única posibilidad de una alteración más próxima es en relación a una catástrofe de cometas o meteoros.

El legendario Nibiru tiene su base real, aunque algo ha sido distorsionado por los pueblos de antaño, el Internet y la cultura pop moderna asociada a algo de Nueva Era.