lunes, 24 de agosto de 2015

Desplome de las bolsas mundiales y una Guerra Mundial que viene

Las bolsas internacionales cerraron con fuertes pérdidas este lunes luego que las acciones chinas se desplomaron más de un 8% en una ola de ventas por pánico, y se registraron las mayores pérdidas porcentuales de un día desde los momentos más álgidos de la crisis financiera global de 2007.

En palabras más sencillas, todos los países ya dependen de China en la existencia de sus economías. Para ilustrarlo en términos fáciles imaginemos un gran supermercado productor de productos al por mayor. Este corresponde a China. Todos los almacenes y tiendas más pequeñas de los barrios le compran a esta supertienda. Estos son los países como los nuestros.

 Ahora bien,  también estos almacenes pequeños fabrican ciertos productos como galletas artesanales en la casa de las esposas de los almaceneros pequeños, las cuales este gigante compra a varios de estos pequeños almacenes. Estos serían nuestros productos agrícolas, minerales, gases, y otros que le vendemos a los chinos.  Este gigante lo hace con el fin que sus compradores más pequeños (nosotros) le sigamos adquiriendo sus productos en vez de hacerlo con la competencia, el cual sería el otro supermercado (EEUU).

Lo que ha ocurrido hoy es que hay un temor que China comience a adquirir menos productos de los países más pequeños, y esto obliga a bajar los precios (los precios caen), esto genera una acción en cadena ya que todos empiezan a comprar y vender menos (esto hace que las acciones o pedazos de algunas empresas sean vendidas por miedo a pérdidas). China sin duda debe producir sus propios productos como frutas, gas y cobre. No depende de nosotros.  ¿Por qué entonces le compra a los países más pequeños? Es con el fin de mantener abiertas las vías de venta de los productos chinos. Pero China no depende del vino, gas y minerales de los países más pequeños. Una ligera merma en la compra de nuestros productos crea este descalabro que en los países pequeños solo provoca desempleo y pobreza.

Muchos creemos que aquí está la mano de EEUU para sabotear a China y que los países vuelvan a depender de EEUU. Esta guerra económica entre China y Estados Unidos desembocará literalmente en una tercera guerra mundial entre naciones.

Una de las causas de la II Guerra Mundial fue el problema de la Gran Depresión económica que asoló a Europa. Hagamos memoria. En el transcurso de la I guerra mundial, diversas naciones no participantes en el conflicto como Estados Unidos y Japón se apoderaron de algunos mercados internacionales, tradicionalmente dominados por los europeos, que en ese momento centraban sus esfuerzos industriales en la producción militar. Estados Unidos creció y creció, vendía y vendía, mientras los países de Europa dilapidaban sus recursos en la guerra. Esto provocó el florecimiento de los elementos fascistas (como los nazis) europeos que decidieron apoderarse de los intereses occidentales en Europa. Entonces Alemania inició la guerra.

La situación es muy parecida hoy, aunque inversa. Estados Unidos es el que ha dilapidado su dinero desde el año 2001 al invadir Irak, Afganistán y con la crisis interna de 2007 y 2008 (en parte causada por esas campañas miliares de EEUU). En la otra vereda China ha estado engordando, sin entrar en ningún conflicto y ha comenzado a proveer lo que antes Estados Unidos nos daba. China ahora ha crecido, compra vende y vende. Esto sin duda hará que en EEUU los movimientos políticos internos fuercen alguna nueva invasión o ataque (incluyendo un ataque financiero) que afecte los intereses Chinos y Rusos. El resultado será una nueva guerra mundial. La diferencia con la crisis de 2008 es que ahora el afectado es China, el cual es un ataque estratégico a su economía, lo cual sin duda es una provocación al Gigante Asiático.