sábado, 28 de noviembre de 2015

Crónicas de los Anditas - Parte XVIII

(850.7) 76:4.1 Fueron Adán y Eva los fundadores de la raza violeta del hombre, la novena raza humana que apareció en Urantia. Tenían Adán y su prole ojos azules, y se caracterizaban los pueblos violetas por la piel blanca y pelo clarodorado, rojo y castaño.

En “Crónicas de los Anditas” hemos visto la enorme y pasmosa evidencia de esta raza que se expandió por el mundo.

Algunos investigadores sugieren que Adán significa de “tierra roja”, ya que la palabra hebrea para “rojo” es adom, y que Adán era pelirrojo. La Obra Perspicacia para Comprender las Escrituras comenta sobre el significado de la expresión “Adán”:  Hombre Terrestre; Humanidad; proviene de una raíz que significa: “rojo”.

Podría concluirse que Adán sería el “padre” de la “humanidad de cabeza roja”. En la tradición posterior mística judía se decía que Lilith, que fue otra esposa de Adán, tenía el pelo rojo. En la Tentación de Miguel Ángel, Eva se muestra inicialmente con el pelo rubio y rojo respectivamente.

Es interesante que la expresión Edom (nombre dado también a Esaú) significa “Rojo”, y note la similitud de Edom con Adam. Pues bien, éstos descendientes de Abrahán eran de origen claramente adanita. La Biblia nos dice sobre Esaú:

“Entonces salió el primero, rojo por todas partes como un vestido oficial de pelo; así que lo llamaron por nombre Esaú” – Génesis 25:25.

Sobre el Rey David se nos cuenta lo siguiente sobre su aspecto:

Por consiguiente, él envió y lo hizo venir. Ahora bien, era rubicundo, un joven de hermosos ojos y gallarda apariencia” – 1 Samuel 16:12.

Los relatos dicen que los hijos de David también eran sumamente hermosos.

Y sobre el grupo especial de los Nazareos (al cual pertenecía Sansón), se nos describe de esta forma:

"Sus nazareos eran más puros que la nieve; eran más blancos que la leche. Eran, de hecho, más rubicundos que los corales; su pulimento era como el zafiro". – Lamentaciones 4:7

Las ideas modernas y recientes que afirman que los antiguos judíos eran completamente morenos (incluyendo a Jesús), se basan en la manipulación de los programas de TV modernos. Jesús al ser descendiente del linaje de David perfectamente contenía elementos de la raza andita, y posiblemente con un aspecto de pelo castaño o algo rubicundo.

En 1995, el profesor Jonathan Reese descubrió que las mutaciones del gen MC1R en el cromosoma 16 fueron responsables de pelo rojo. La mutación genética responsable de pelo rojo en humanos probablemente surgió hace 20.000 ó 40.000 años. En otras palabras, los pelirrojos aparecen precisamente en ese tiempo. Estas fechas coinciden perfectamente con los Documentos de Urantia que señalan que Adán y Eva llegaron a la Tierra hace 37.000 años.

Precisamente el color de cabello más raro en los seres humanos es el rojo. Entre el 1 y 2% de los seres humanos, son pelirrojos. Pero increíblemente la influencia de los personajes pelirrojos en la historia humana es abundantemente mayor que su mismo porcentaje.

Esto no quiere decir que los pelirrojos sean los únicos descendientes de Adán, en absoluto. Lo interesante de esto, es que el Gen Pelirrojo lo podemos tener escondido la gran mayoría de los seres humanos, y éste se hace “visible” cada ciertas generaciones. Hay incluso casos de niños morenos que tanto su madre como su padre eran pelirrojos y viceversa.

Por ejemplo, puede que el padre y la madre sean morenos, pero ambos son portadores del gen pelirrojo. En estos casos, hay un 25% que los hijos sean morenos "puros" (MM), un 50% que sean morenos pero portadores del gen pelirrojo (Mp) y un 25% que sean pelirrojos "puros" (pp). En el siguiente gráfico se ve como el pelo rojo puede “saltar” varias generaciones. Incluso aquí observamos hasta la sexta generación:



Cómo vemos el gen que determina que una persona sea pelirroja puede ser portado por generaciones sin que se manifieste.

También encontramos estos elementos interesantes en los pelirrojos:

Los pelirrojos requieren dosis de anestesia más altas y son más resistentes a los anestésicos que el promedio. Esto podría significar un reflote de la química adanita incompatible con los químicos terrestres.

Los pelirrojos son más sensibles a los cambios e temperatura, por ello detectan estos cambios con mayor facilidad. Al parecer tienen más terminaciones nerviosas, y tienen menos adaptación al medio ambiente.

Tienen menos canas en su proceso de envejecimiento. Cuando para el resto empiezan a aparecer esos cabellos grises, el pelo de los colorines se torna rubio por el contraste entre ambos colores. Esto nos podría evocar aquella raza adanita que era lenta en envejecer.

Los pelirrojos poseen una mayor capacidad de asimilación de la vitamina D, por lo que necesitan exponerse menos a la luz solar. Es posible gracias a bajas concentraciones de eumelanina en su cuerpo. Desafortunadamente, tienen 2.5 veces más probabilidades de desarrollar melanoma de cáncer por luz solar. Esto es sumamente extraño si lo achacamos a la evolución puramente tal. Sería una anomalía que apareciese una variante con menos resistencia a la luz solar de la Tierra. En cambio, la introducción de una genética externa a la Tierra que no está calibrada con la luz solar claramente lo explica. En Jerusem se nos dice que no hay soles incidiendo directamente en los adanes planetarios, sino que tienen una luz menos dañina. Por lo tanto, la genética adanita estaba menos adaptada al sol terrestre.

Quienes tienen el pelo anaranjado, poseen un sistema inmune más fuerte y huesos más firmes. Ello se debe a que su piel tan clara, les ayuda a absorber más vitamina D, fortaleciendo su inmunidad y creando huesos más resistentes. Sus posibilidades de padecer enfermedades como la osteoporosis, son menores que las del resto de la población. Esto también tiene sentido, ya que la sangre adanita era menos afín a los microorganismos terrestres, y por lo tanto tenían menos enfermedades. Sin embargo, los pelirrojos tampoco son adanitas puros, sino más bien una especie de “brote” de “algunos” “rasgos” adanitas mezclados con una genética nativa. Esto debe ser la causa de algunas enfermedades genéticas latentes (diferentes a las virales y bacterianas) que son causadas por estas mutaciones de mestizaje. Según estudios realizados por la Universidad de Harvard, los pelirrojos tienen una mayor propensión a desarrollar Parkinson, endometriosis y Síndrome de Tourette.

¿Quiere decir esto que los pelirrojos sean los descendientes "puros" de los adanitas? En absoluto. Como hemos visto, la gran mayoría tiene estos genes ocultos (incluyendo los genes pelirrojos), lo que sucede es que al parecer algunos rasgos externos adanitas reflotan externamente en ciertos aspectos de los pelirrojos, pero esto no significa que deban ser considerados descendientes directos de Adán.

Lo interesante es que cuando éstos aspectos reflotan, también va acompañado de cierto ingenio o actividad social de liderazgo. Quienes han sido los creadores de los países e imperios más importantes de la historia se verá una cosa en común, casi todos eran pelirrojos: Ramsés el Grande, George Washington (primer presidente de EEUU), Thomas Jefferson (tercer presidente de EEUU), Riúrik (fundador de Rusia), Cristóbal Colón ("descubridor" de América), el Marqués de La Fayette (co-fundador de Francia y pieza clave en la Guerra de la Independencia de EEUU), Napoleón Bonaparte, Giuseppe Garibaldi (fundador de la moderna Italia), los Tudor (precursores de Reino Unido y conquistadores del norte de América), la Reina Victoria (con ella hubo la expansión de Reino Unido por el mundo, como la India), ... todos tenían el pelo rojo. Los pelirrojos también aportaron notables mejoras en la ciencia, en la física, en la exploración o incluso en La Declaración de los Derechos Humanos. También en activistas políticos, incluso afroamericanos pelirrojos, como Malcom X (última fotografía).  Esto es interesante ya que con un porcentaje tan pequeño han tenido ese impacto y podemos seguir hablando de otros personajes más como los sultanes, y otros líderes y artistas de la humanidad. 

Sin duda, una prueba de las capacidades latentes adanitas dormidas en nuestra especie que reflotan, sin importar la raza externa.