En los años treinta los
Documentos de Urantia hicieron una declaración sorprendente que podrá
revolucionar la Medicina en el futuro. Leamos:
(735.2) 65:4.3 Muchas
características de la vida humana ofrecen abundantes pruebas de que el fenómeno
de la existencia mortal se planeó con inteligencia, y de que la evolución
orgánica no es una mera casualidad cósmica. Cuando una célula viviente se daña, dispone de la capacidad de elaborar ciertas sustancias químicas que
están facultadas para estimular y activar las células normales adyacentes de tal modo que éstas comienzan
inmediatamente la secreción de ciertas sustancias que facilitan los procesos
curativos en la lesión; a la par, estas células normales no lesionadas
comienzan a proliferar —de hecho emprenden la creación de nuevas células para
reemplazar toda célula compañera que pudiese haber sido destruida por este
daño.
(735.3) 65:4.4 Esta acción
y reacción química implicada en
sanar la herida y reproducir las células es el resultado de haber optado los
Portadores de Vida por una fórmula que engloba más de cien mil fases y
características de reacciones químicas y repercusiones biológicas posibles.
Sobrepasan medio millón los experimentos específicos realizados por los
Portadores de Vida en sus laboratorios antes de acordar en esta fórmula para el
experimento de la vida en Urantia.
(735.4) 65:4.5 El día que sepan más acerca de estos químicos curativos los científicos de Urantia, llegarán a ser más eficientes en el tratamiento de las lesiones, e indirectamente sabrán más acerca del control de ciertas enfermedades graves.
(735.4) 65:4.5 El día que sepan más acerca de estos químicos curativos los científicos de Urantia, llegarán a ser más eficientes en el tratamiento de las lesiones, e indirectamente sabrán más acerca del control de ciertas enfermedades graves.
El año 2001 Tim Hunt junto
con Leland H. Hartwell y Paul M. Nurse recibieron el Premio Nobel por sus
descubrimientos de las llamadas ciclinas y las quinasas dependientes de ciclinas en
el ciclo y reparación celular.
Se ha descubierto que nuestras
células incluyen una colección compleja de activadores e inhibidores para
sintonizar la progresión ordenada del ciclo celular. Las ciclinas como moléculas
químicas tienen un gran papel que recién se está dimensionando, junto a otros
elementos que intervienen como activadores de la reparación celular. También la
comprensión de la matriz extracelular es fundamental. Este es el conjunto de materiales extracelulares vitales en la agrupación de células y creación de
tejidos. La ilustración es burda pero imagine un grupo de ladrillos (células)
unidos con el mortero o cemento (matriz extracelular). Imagine que a través de éstos enlaces moleculares en la matriz extracelular, los ladrillos se comunicasen y pudieran reemplazarse.
Cómo dicen los Documentos
de Urantia, con éste conocimiento nuestros científicos “indirectamente sabrán más acerca del control de ciertas enfermedades
graves.” Ya se observa una relación en todo lo anterior con las ciclinas y
otros elementos asociados a la matriz extracelular (como la tropomiosina 2.1),
puesto que la comprensión de su función celular puede inhibir la formación de
las células cancerosas. Una “profecía” cumplida de los Documentos escritos en los años treinta del siglo XX.
Un artículo de hace pocos
días comenta lo siguiente:
Una
proteína del andamio celular podría reprimir el cáncer
Un equipo internacional de
investigadores, con participación de la Universidad de Barcelona, ha comprobado
que la proteína tropomiosina 2.1 actúa como un supresor del crecimiento en
matrices extracelulares blandas. Este resultado revela el potencial de esta
proteína del citoesqueleto para reprimir la proliferación de células cancerosas.
La capacidad de las
células de detectar la rigidez de la matriz extracelular –un conjunto de
moléculas que proporcionan soporte estructural y bioquímico–afecta a procesos
esenciales como el desarrollo y la cicatrización de las heridas.
Después de formar
adhesiones en la matriz, las células miden su rigidez aplicando fuerzas sobre
ella mediante microcontracciones. En matrices blandas, las células aplican
fuerzas suaves, impidiendo la proliferación y el crecimiento celular. En
matrices rígidas, la adhesión es más fuerte y las células aplican fuerzas
superiores y proliferan.
No ocurre lo mismo
cuando se trata de células cancerosas, estas son capaces de proliferar en
matrices blandas, independientemente del nivel de adhesión de las mismas. Incluso
pueden crecer aunque no estén adheridas a la matriz extracelular, lo cual
indica que el sistema de detección de rigidez no está funcionando correctamente.
En este marco, el
investigador Pere Roca-Cusachs del Instituto de Bioingeniería de Cataluña
(IBEC) y profesor de la Universidad de Barcelona, junto a colaboradores en la
Universidad de Columbia y el Instituto de Mecanobiología de Singapur, revelan
ahora el potencial como represor del cáncer de una proteína del citoesqueleto
celular: la la troposmiosina 2.1. El estudio se publica en la revista Nature Cell Biology.
Los investigadores
analizaron la capacidad de detectar la rigidez con una nueva tecnología de alta
resolución que monitoriza las fuerzas de contracción de las células al
desplazarse en un sustrato de micropilares.
De esta forma
descubrieron unidades contráctiles de actomiosina (CU) –complejos proteicos
análogos a las fibras musculares, pero a nivel celular– que movían, de manera
simultánea, pilares opuestos en pequeños pasos de forma regular.
Las CU miden la rigidez
contando el número de pasos necesarios para alcanzar el nivel de fuerza que
activa la captación de otra proteína, la α-actina, que actúa de unión y
presenta múltiples funciones en diferentes tipos celulares.
"Cuando
desactivamos la tropomiosina 2.1, que normalmente restringe la actomiosina,
observamos fuerzas más elevadas, provocando un mal funcionamiento del detector
de rigidez", comenta Pere Roca-Cusachs.
"Como resultado, se
puede concluir que la troposmiosina 2.1 limita el crecimiento celular en
matrices blandas, controlando la producción de fuerza y que el detector de
rigidez funcione adecuadamente. En células cancerosas, la alteración de la
tropomiosina hace que este mecanismo no funcione, favoreciendo su crecimiento y
proliferación".
Fuente:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Una-proteina-del-andamio-celular-podria-reprimir-el-cancer
Los Documentos dicen también que esta comprensión hará a los científicos "más eficientes en el tratamiento de las lesiones". Por ejemplo, el campo para emular la matriz extracelular se vuelve fascinante. Un artículo reciente comenta:
"Un equipo de investigadores de la Universida Queen Mary de Londres ha desarrollado un nuevo tipo de injerto óseo sintético que mejora la habilidad del organismo para regenerar el tejido óseo, y reduce el tiempo de recuperación a solo un mes.
Los Documentos dicen también que esta comprensión hará a los científicos "más eficientes en el tratamiento de las lesiones". Por ejemplo, el campo para emular la matriz extracelular se vuelve fascinante. Un artículo reciente comenta:
"Un equipo de investigadores de la Universida Queen Mary de Londres ha desarrollado un nuevo tipo de injerto óseo sintético que mejora la habilidad del organismo para regenerar el tejido óseo, y reduce el tiempo de recuperación a solo un mes.
El tejido oseo está
compuesta por diferentes tipos de células oseas y una matriz extracelular
mineralizada que le confiere a ese tejido su dureza. La matriz extracelular es
la principal responsable de las propiedades mecánicas de los huesos".
Fuente: http://elcomercio.pe/ciencias/medicina/crean-injerto-sintetico-capaz-regenerar-huesos-mes-noticia-1866912
Fuente: http://elcomercio.pe/ciencias/medicina/crean-injerto-sintetico-capaz-regenerar-huesos-mes-noticia-1866912