sábado, 26 de diciembre de 2015

¿Por qué Pirámides? - Parte III

En las pasadas entradas llamadas “Crónicas de los Anditas” notamos que los Anditas llegaron al Pacífico y establecieron el linaje Inca. También penetraron según la evidencia recogida en algunas tribus circunvecinas que mantienen rasgos anditas.

Véase:



Sin embargo, la cepa mestiza naranja (gigante) y azul (de aspecto blanco) fue absorbida por la raza roja y amarilla combinadas.  En esa entrada analizamos que ambas dieron origen a las civilizaciones de Centroamérica y México.  Además estudiamos que el hombre blanco (con los genes anditas) llegó 500 años antes del descubrimiento de América, a Norteamérica, con los Vikingos.

Véase:


En esa entrada escribí lo siguiente:

"Notamos que antes de la llegada de Adán, tanto la raza verde como la naranja tenían características gigantes. Esto, unido a que fueron instruidos en las escuelas de Dalamatia, significó que ese conocimiento sin duda lo canalizaran en formidables construcciones en América, puesto que se mestizaron con los miembros de la raza roja que llegaron a nuestro continente:

(727.2) 64:7.5 Al abandonar a Asia los sobrevivientes de linaje relativamente pura de laraza roja, había once tribus, y sumaban un poco más de siete mil hombres, mujeres y niños. Estas tribus fueron acompañadas por tres grupos reducidos de descendencia mestiza, siendo el más grande de los cuales una combinación de las razasanaranjada y azul. Estos tres grupos nunca llegaron a fraternizar plenamente con el hombre rojo y al poco tiempo se trasladaron hacia el sur hasta México y América Central, donde se juntaron más adelante con un grupo pequeño mezclado de amarillos y rojos. Todos estos pueblos cruzaron entre sí y fundaron una raza nueva y amalgamada que era mucho menos belicosa que los hombres rojos de sangre pura. En cinco mil años esta raza amalgamada se subdividió en tres grupos, estableciendo así las respectivas civilizaciones de México, Centroamérica y Sudamérica. La rama sudamericana sí recibió una pizca de la sangre de Adán".

Parece ser que la mezcla con la raza azul (con la que se casarían en Europa los adanitas), y con los amarillos y rojos estabilizó y elevó a los naranjas, creando una raza superior que fundó las civilizaciones de México y Centroamérica. Es posible que éstos líderes ancestrales de éstos pueblos, al ser instruidos en las escuelas del Príncipe, volvieran como grandes Maestros:


(743.8) 66:3.7 Cerca de la sede central del Príncipe moraban seres humanos de todos los colores y estratos.

(743.9) 66:3.8 El personal corpóreo del Príncipe, incesantemente reunía a los elementos superiores de las tribus circundantes y, tras haber adiestrado e inspirado a estos estudiantes, los enviaba de regreso en calidad de maestros y dirigentes de sus pueblos respectivos.

(751.2) 66:7.7 Entre los estudiantes más recientes capacitados en Mesopotamia para trabajar con sus razas respectivas figuraban los andonitas de las tierras altas de la India occidental juntamente con representantes del hombre rojo y del hombre azul; aún más adelante, también se acogió un número limitado de la raza amarilla.

Luego ellos eran enviados a sus grupos raciales para transmitir las enseñanzas de los “dioses”. Sabemos entonces que los rojos y azules se mestizaron con algunos naranjas (de mayor altura). Y parece que este proceso de difusión tardó mil años:


(743.10) 66:4.1 La llegada del séquito del Príncipe produjo profunda impresión. Bien que se requirieron casi mil años para difundirse las nuevas al extranjero.

Sabemos que durante el periodo anterior a la rebelión, el Séquito se abstuvo de revelar conocimientos prematuros a los humanos:

(749.5) 66:6.3 Los cien de Caligastia —graduados de los mundos de estancia de Satania— bien conocían las artes y la cultura de Jerusem, pero dichos conocimientos son casi inútiles en un planeta salvaje, poblado por humanos primitivos. Estos seres sabios sabían que no convenía emprender la transformación repentina, o la elevación masiva, de las razas primitivas de aquella época. Bien comprendían la lenta evolución de la especie humana, y prudentemente se abstuvieron de todo intento radical para modificar el modo de vida del hombre en la tierra.

Sin embargo, esto se vino abajo. Los rebeldes cambiaron esa prudencia al estallar la revuelta planetaria y unirse a Caligastia:

(758.6) 67:5.1 Se intentó la reorganización completa y radical de todo el mundo; la revolución desplazó a la evolución como política de progreso cultural y mejoramiento racial. Avanzó repentinamente la condición cultural entre los residentes temporales superiores, los que se habían capacitado parcialmente en Dalamatia y sus alrededores.

Esto explicaría que se comenzara a enseñar las técnicas arquitectónicas de Jerusem, incluyendo la forma piramidal, y explicaría como llegó esa información a México y Centroamérica (Culturas Azteca y Maya). Si unimos el hecho que a los naranjas les gustaba levantar piedras, ésto explicaría, como ahora guiados y fusionados con razas más intelectuales, pudieron crear esos centros de Civilización.

Aunque posteriormente los anditas puros no fraternizaron con los del norte, posiblemente, algunos pueblos Incas también deben haber enviado unos pocos emisarios a las culturas del norte, ya que hay leyendas en Centroamérica de dioses blancos que enseñaron cultura, sin necesariamente procrear con ellos. Los aztecas hablan de Quetzalcóatl que fue un hombre rubio, blanco y alto que les enseñó muchas cosas nuevas. No podemos afirmar si realmente éste era un andita, o un descendiente de ellos que hizo de maestro, o más bien el resultado del mestizaje de los naranjos, azules y amarillos, o una combinación de ambas situaciones.  Lo claro es que es patente la conexión con Dalamatia.

Además, es interesante que los pueblos amerindios supieran del desastre en Bablot y la gran Torre. En 1542 Fray Diego Duran narra que viejos indígenas sacaban a colación leyendas tribales de una época en que había existido «hombres de monstruosa estatura que aparecieron y tomaron posesión del país... Y estos gigantes, al no encontrar la forma de llegar al Sol, decidieron construir una torre tan alta que su cúspide llegara al Cielo».

Lo anterior claramente se parece al suceso de la Torre de Bablot o Babel. ¿Habrán llegado a América algunos Noditas? No lo sabemos, ya que no se declara el destino de los rebeldes del séquito corpóreo.

(758.1) 67:4.3 La presencia de estos superhombres y supermujeres extraordinarios, aislados por la rebelión y, en este momento, apareando con los hijos e hijas de la tierra, se prestó a aquellos cuentos tradicionales en que descienden los dioses para procrear con los mortales. De este modo, se originaron las mil y una leyendas de carácter mitológico, pero con fundamento en los hechos de los días posteriores a la rebelión. Andando el tiempo, éstos llegaron a tener resonancia en los cuentos y tradiciones folclóricos de varias gentes, cuyos antepasados habían participado en estos contactos con los noditas y sus descendientes.

(758.2) 67:4.4 Los rebeldes del séquito, privados del sustento espiritual, a la larga murieron por causa natural. Y gran parte de la idolatría subsiguiente de las razas humanas surgió del deseo de perpetuar la memoria de estos seres enaltecidos de los tiempos de Caligastia.

Podemos estar casi seguros que los antepasados instruidos en Dalamatia o sus alrededores tras la rebelión tuvieron “contacto con los noditas y sus descendientes” y esto sin duda permitió el florecimiento de los asentamientos piramidales de Centroamérica y México.

Ahora bien, los pueblos como Isla de Pascua y los Incas junto a sus pirámides y monumentos, son producto de las tradiciones edénicas y de los anditas posteriores.

Pero parece evidente ya sea por ambos medios (pueblos instruidos por noditas y anditas) que se derramó a la Tierra algo de la cultura de Jerusem, y esa información se trasladó a la Tierra aunque distorsionada y adaptada al ambiente más primitivo. Pero aunque la información estaba deteriorada, su efecto fue tan poderoso que levantó aquellas obras y civilizaciones que nos fascinan hasta hoy.