martes, 22 de marzo de 2016

"La caída de las naciones"

Jesús nunca negó la posibilidad de que los hijos de Dios tuviesen que vivir cataclismos terrestres o desastres sociales, tal como hoy nuevamente observamos nefastos actos de terrorismo que perturban a la civilización y la llenan de temor. Pero Jesús nos anima a no caer presa de estos miedos:

(1916.2) 176:3.2 «Tomás, tú tampoco comprendes lo que yo he estado diciendo. ¿Acaso no te he enseñado todo este tiempo que tu relación con el reino es espiritual e individual, que es totalmente un asunto de experiencia personal en el espíritu, mediante la comprensión por la fe de que tú eres un hijo de Dios? ¿Qué más he de decir? La caída de las naciones, la derrota de los imperios, la destrucción de los judíos incrédulos, el fin de una era, aun el fin del mundo, ¿qué tienen que ver todas estas cosas con el que cree en el evangelio y que ha refugiado su vida al amparo del reino eterno? Vosotros que sois conocedores de Dios y creyentes en el evangelio, ya habéis recibido la certeza de la vida eterna. Puesto que vuestras vidas han sido vividas en el espíritu y para el Padre, nada puede ser una preocupación seria para vosotros. Los constructores del reino, los ciudadanos acreditados de los mundos celestiales, no se molestan por los altibajos temporales ni se perturban por los cataclismos terrestres. ¿Qué importancia tiene, para vosotros que creéis en este evangelio del reino, de que caigan las naciones, que termine la era, que todas las cosas visibles se destruyan? en vista de que sabéis que vuestra vida es el don del Hijo, y que está eternamente segura en el Padre. Habiendo vivido la vida temporal por la fe y habiendo rendido los frutos del espíritu en forma de la rectitud que se manifiesta en servicio amoroso para con vuestros semejantes, podéis contemplar con confianza el próximo paso en la carrera eterna, con la misma fe de sobrevivencia que os ha llevado a través de vuestra primera y terrenal aventura en la filiación con Dios.

Desde que Jesús pronunciase esas palabras la Humanidad ha asistido a muchas caídas de naciones y colapsos de civilizaciones. Hoy se podría estar gestando un nuevo escenario para una gran crisis global planetaria sin precedentes, y tendremos que sobrevivir con la Fe ante esta prueba.

De una cosa estoy seguro, y es que debe colapsar la civilización de índole material centrada en el dinero, para que los corazones se humillen ante el Evangelio de Jesús, que será proclamado victorioso ante el mundo.