viernes, 11 de marzo de 2016

Los anillos exteriores y las murallas galácticas

Hace pocos días se anunció que los astrónomos del Instituto de Astrofísica de las Islas Canarias (España) han descubierto el objeto conocido de mayor tamaño de todo el universo: el Gran Muro BOSS. Se trata de una superestructura de cientos de galaxias.

Lo interesante de estos descubrimientos es que se está modificando dramáticamente el mapeo y la agrupación de las galaxias exteriores. Desde 1989 la idea de cluster o racimos de galaxias desordenados ha comenzado a ser modificada gradualmente. Ahora se entiende que las galaxias se agrupan en racimos que forman superestructuras, se unen y constituyen líneas denominadas murallas, que rodean los espacios vacíos del universo. Un ejemplo de ello son el Gran Muro Sloan y Laniakea. Y ahora el gran Muro Boss viene a sumarse a la lista.  No se sabe cuánto más se extienden estas murallas, ya que el gas y el polvo existente en el plano de la Vía Láctea oscurece la visión hacia el otro lado. Esto, por el momento, ha impedido determinar si la muralla tiene fin o si continúa más allá de lo que podemos observar al presente (aunque nosotros los lectores de los Documentos ya sabemos que es realmente una muralla-anillo). Lo fascinante es que aparecen grandes regiones “vacías” del espacio entre estas murallas de galaxias.

Todo lo anterior concuerda y se acerca cada vez más a la Cosmología “predicha” en los Documentos de Urantia:

(129.1) 12:1.3 Partiendo del Paraíso a través de la extensión horizontal del espacio ocupado, el universo maestro existe en seis elipses concéntricas, los niveles espaciales que rodean la Isla central son:

(129.2) 12:1.4 1. El universo central —Havona.
(129.3) 12:1.5 2. Los siete superuniversos.
(129.4) 12:1.6 3. El primer nivel del espacio exterior.
(129.5) 12:1.7 4. El segundo nivel del espacio exterior.
(129.6) 12:1.8 5. El tercer nivel del espacio exterior.
(129.7) 12:1.9 6. El cuarto o el más extremo nivel del espacio.

Los astrónomos desde nuestra posición están observando los cuatro niveles exteriores como murallas, estas son elipses inmensas que se amplían ya que cada nivel exterior es más grande. Por eso, el asombro del descubrimiento de una muralla cósmica más inmensa.

(129.12) 12:1.14 Los niveles del espacio exterior. Lejos en el espacio, a una distancia enorme de los siete superuniversos habitados, se están acumulando vastos e increíblemente maravillosos circuitos de fuerza y energías en vías de materialización. Entre los circuitos de energía de los siete superuniversos y este gigantesco cinturón exterior de la actividad de fuerza, hay una zona espacial de relativa calma, que varía en anchura pero con un promedio de aproximadamente cuatrocientos mil años-luz. Estas zonas espaciales están libres de polvo estelar— niebla cósmica. Nuestros estudiosos de estos fenómenos están en duda en cuanto a la condición exacta de las fuerzas espaciales que existen en esta zona de calma relativa que rodea los siete superuniversos. Pero alrededor de medio millón de años-luz más allá de la periferia del gran universo presente, observamos los comienzos de una zona de increíble acción energética que aumenta en volumen e intensidad por más de veinticinco millones de años-luz. Estas enormes ruedas de fuerzas energizantes están ubicadas en el primer nivel del espacio exterior, un cinturón continuo de actividad cósmica que rodea toda la creación conocida, organizada y habitada.

(130.5) 12:2.3 En un futuro no lejano, los nuevos telescopios revelarán a la mirada sorprendida de los astrónomos urantianos no menos de 375 millones de nuevas galaxias en los tramos remotos del espacio exterior. Al mismo tiempo, estos telescopios más poderosos revelarán que muchos universos aislados que anteriormente se creía que estaban en el espacio exterior, son en realidad parte del sistema galáctico de Orvonton. Los siete superuniversos aún están creciendo; la periferia de cada uno de ellos se está expandiendo gradualmente; nuevas nebulosas se están estabilizando y organizando constantemente; y algunas de las nebulosas que los astrónomos de Urantia consideran extragalácticas están en realidad junto a la frontera de Orvonton y viajan con nosotros.

Muchos quebraderos de cabeza en los astrónomos hay aún en lograr mapas correctos del universo. Equivale a intentar mirar una inmensa ciudad desde una ventana de una casita pequeña. De la misma forma como los mapas imperfectos de la Tierra se fueron ajustando a los nuevos descubrimientos cuando se navegó el globo, en el futuro los mapas del universo se irán modificando cada vez más hasta llegar a una forma más adecuada.