Pero, ¿qué significa reinar
y adquirir una corona?
Efesios 2:6 declara: “y nos levantó juntos y
nos sentó juntos en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús”
Es cierto que otros textos
aluden a una especie de “recompensa”, pero no debemos reducirla a ese estado
tan básico como recibir una gobernación sobre otros. El mismo texto de Efesios
indica una condición que puede ser adquirida incluso ahora en la carne en unión con Cristo Jesús.
Es interesante que Jesús
aludiera que el hombre al nacer otra vez
puede ver el reino de Dios. Entendemos que el hombre al obtener la Guía abierta
de su Modelador del Pensamiento al hacer plenamente la voluntad de Dios, entra ahora al Dominio o Reino de Dios.
“Jesús ha dicho: Que quien
busca no deje de buscar hasta que
encuentre, y cuando
encuentre se estremecerá, y cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad y hallará
el reposo” – Tomás 1:2.
Encuentro certeras las
palabras de Tomás. Y concuerdan con los Documentos. El hombre al encontrar a
Dios en su interior se estremece. Se provoca un quiebre en los paradigmas
internos. Es un fuego que nos destruye y nos hace nacer de nuevo. Pero luego de
encontrarnos con la experiencia viva de esta gran realidad, todo adquiere un
nuevo sentido.
(1278.3) 117:0.3 Cuando
una mente en evolución se sincroniza con los circuitos de la mente cósmica,
cuando un universo en evolución se vuelve estabilizado según el modelo original
del universo central, cuando un espíritu en avance se pone en contacto con el
ministerio unido de los Espíritus Rectores, cuando una personalidad mortal
ascendente finalmente se sincroniza con la guía divina del Ajustador residente,
entonces la actualidad del Supremo se torna un grado más real en los universos;
entonces la divinidad de la Supremacía ha avanzado un paso más hacia la
realización cósmica.
(1285.3) 117:4.14 Dios
primero ama al hombre y le confiere el potencial de la inmortalidad —la
realidad eterna. Y a medida que el hombre ama a Dios, se vuelve el hombre
eterno en actualidad. Y he aquí el misterio: cuánto más estrechamente se acerque
el hombre a Dios a través del amor, tanto más grande será la realidad
—actualidad— de ese hombre. Cuando el hombre consagra su voluntad a hacer la voluntad
del Padre, cuando el hombre da a Dios todo lo que tiene. Dios hace que ese
hombre sea más de lo que es.
(1288.3) 117:6.4 La
elección de la criatura de hacer la voluntad del Creador es un valor cósmico y
tiene un significado universal que desencadena inmediatamente una reacción por
parte de una fuerza ubicua pero no revelada de coordinación, probablemente el
funcionamiento de la acción en constante ampliación del Ser Supremo.
Toda la creación de alguna
forma coopera y se pone al servicio de aquel hombre que se consagra al Padre y
lo da todo. Una fuerza arrolladora benéfica comienza a manifestarse en la
conciencia unificada de éste hombre con Dios. Esto es recibir una “corona”, “reinar
sobre la totalidad” al provocarse la casi fusión con Dios. Todas las cosas se vuelven posibles. Eres Dios y uno con él mismo. No hay nada que temer. Todo comienza a salir bien para lograr la obra de Dios en la Tierra. Solo aquellos que han podido lograr esta consagración podrán
entender estas líneas.
Aunque la inmensa mayoría
no logra esta “corona” en la carne, la paciencia otorgará que muchos la
alcancen en las otras moradas, y algún día literalmente los Hijos de Dios
trabajarán hombro a hombro con el Padre en la creación de nuevos universos.