viernes, 24 de junio de 2016

Las estúpidas teorías del Nuevo Orden Mundial

Cuando la evidencia de los acontecimientos complica a los teóricos de la conspiración reptiliana, anunaki, etc; vemos como éstos guardan silencio. Al redactar evidencia lógica que demuestra la insensatez de la teoría conspirativa del Nuevo Orden Mundial en la entrada pasada, aparecen los típicos mensajes de índole personal, atacar al redactor y no argumentar. Decir tonterías relativas al contenido editorial del sitio, etc.

Claramente defender al nacionalismo por encima de la convivencia de las multiculturas es una estupidez. El aislacionismo y nacionalismo es la plaga de todas las guerras que hemos tenido como humanidad. Y lo diré con todas sus letras: la existencia de la ONU y la Unión Europea han representado un enorme avance positivo en la evolución humana. No hay nada de demoníaco en eso, salvo las tonterías estúpidas de algunos grupos que han fomentado el patriotismo y que promueven el aislacionismo so pretexto de mantener la identidad racial y cultural.

Por esta razón es un fracaso para la humanidad lo de la separación de Reino Unido de la UE, y representa un derrumbre de la tesis reptiliana de unos titiriteros en las sombras que deseaban crear un gobierno global para esclavizar a los pueblos. Lo eventos de éstas horas demuestran lo estúpido de éstas teorías.

Los grupos políticos de extrema derecha están tras los teóricos de la conspiración del Nuevo Orden Mundial, grupos evangélicos de derecha que financian a David Icke, Alex Jones y a otros. Luego, éstas teorías son mezcladas con otras ideas más delirantes y tienen un desarrollo propio adicional,  y otros tantos, ciegamente repiten esas teorías en hispanoamérica.

La ONU y la Unión Europea son sumamente positivas en la evolución humana. El mundo no es ideal, pero ha mejorado desde la II Guerra Mundial. El retroceso a la existencia global de periodos anteriores a los años cuarenta del siglo XX representa un peligro. Cuando un país se retira de la UE como lo hace Reino Unido es volver a los niveles de patriotismo peligrosos de la Alemania Nazi. Ese es el peligro que representa Trump, quién celebra el Brexit diciendo que es "grandioso que los británicos se hayan salido de la Unión Europea".

(1487.9) 134:5.2 Las guerras en Urantia no han de acabar nunca mientras las naciones se afierren a las nociones ilusorias de ilimitada soberanía nacional.

(1489.1) 134:5.10 Urantia no disfrutará de una paz duradera hasta que las llamadas naciones soberanas no cedan inteligente y plenamente sus poderes soberanos en las manos de la fraternidad de los hombres —el gobierno de la humanidad.

 (1489.1) 134:5.10 Es imposible evitar que las naciones entren en guerra mientras éstas estén infectadas con el virus engañoso de la soberanía nacional. El internacionalismo es un paso en la dirección adecuada.

(1489.2) 134:5.11 A medida que disminuye el número de las naciones verdaderamente soberanas (grandes potencias), aumenta tanto la posibilidad como la necesidad del gobierno de la humanidad. Cuando existan tan sólo unas pocas (grandes) potencias realmente soberanas, éstas tendrán que embarcarse en una lucha a muerte por la supremacía nacional (imperial) o, mediante la renuncia voluntaria a ciertas prerrogativas de la soberanía, crearán el núcleo esencial de la potencia supernacional que marcará el comienzo de la verdadera soberanía de toda la humanidad.

(1489.3) 134:5.12 No habrá paz en Urantia hasta que todas las naciones llamadas soberanas entreguen el poder de declarar la guerra en las manos de un gobierno representativo de toda la humanidad. La soberanía política es innata en los pueblos del mundo. Cuando todos los pueblos de Urantia creen un gobierno mundial, tendrán el derecho y el poder de hacer que dicho gobierno sea SOBERANO; y cuando esa potencia mundial representativa o democrática, controle las fuerzas terrestres, aéreas, y navales del mundo, la paz en la tierra y la buena voluntad entre los hombres podrán prevalecer, pero no hasta entonces.

(1489.4) 134:5.13 Podemos utilizar una ilustración importante de los siglos diecinueve y veinte: los cuarenta y ocho estados de la unión federal norteamericana viven en paz desde hace mucho tiempo. Ya no hay guerras entre éstos. Han renunciado a su soberanía, entregándosela a un gobierno federal, y por medio del arbitraje en caso de guerra, abandonaron toda pretensión ilusoria de autodeterminación. Aunque cada uno de los estados regula sus asuntos internos, no se ocupa de las relaciones exteriores, tarifas, inmigración, asuntos militares, ni comercio interestatal. Tampoco se ocupan los estados individuales de los asuntos de la ciudadanía. Los cuarenta y ocho estados sufren los azotes de la guerra sólo cuando se encuentra en peligro la soberanía del gobierno federal.

(1489.5) 134:5.14 Estos cuarenta y ocho estados, al abandonar el doble sofisma de la soberanía y la autodeterminación, disfrutan de paz y tranquilidad interestatal. Así comenzarán a disfrutar de la paz las naciones de Urantia, cuando renuncien libremente a su soberanía para confiársela a un gobierno mundial —la soberanía de la fraternidad de los hombres. En este estado mundial las naciones más pequeñas serán tan poderosas como las más grandes, así como el pequeño estado de Rhode Island tiene sus dos senadores en el Congreso norteamericano, al igual que el estado de Nueva York con su gran población, o que el estado de Texas con su gran territorio.

(1490.1) 134:5.15 La soberanía (estatal) limitada de estos cuarenta y ocho estados, fue instituida por los hombres y para los hombres. La soberanía superestatal (nacional) de la unión federal norteamericana fue creada por los primeros trece estados para su propio beneficio, y para el beneficio de los hombres. Del mismo modo las naciones crearán alguna vez la soberanía supernacional del gobierno planetario de la humanidad, para su propio beneficio y para el beneficio de todos los hombres.

(1490.2) 134:5.16 Los ciudadanos no nacen para el beneficio de los gobiernos; los gobiernos son organizaciones creadas y concebidas para el beneficio de los hombres. La evolución de la soberanía política no puede sino terminar en la aparición del gobierno soberano de todos los hombres. Todas las demás soberanías son de valor relativo, de significado intermedio y de carácter subordinado.

¿Es necesario un solo gobierno mundial? Claramente que lo es. Y la ONU y la Unión Europea representan un esfuerzo en una buena dirección. Por ejemplo, ciertos asuntos de derechos humanos han sido tratados por éstos tribunales continentales. Asuntos de libertad cultural y libertad religiosa han sido defendidos por la UE y la ONU.

 Pero lamentablemente, muchas personas están infectadas en su mente con las tonterías de Internet que han demonizado a la ONU y a la U.E. De forma ignorante no entienden que es nefasto cuando se rompen las alianzas de cooperación social e internacional, de la misma forma como cuando la Alemania Nazi se retiró de la Liga de Naciones y provocó una guerra mundial.

(1489.1) 134:5.10 En presencia de un conflicto real, una de estas potencias mundiales se retirará de la Liga y declarará guerra. Es imposible evitar que las naciones entren en guerra mientras éstas estén infectadas con el virus engañoso de la soberanía nacional. El internacionalismo es un paso en la dirección adecuada. Una policía internacional podrá prevenir muchas guerras menores, pero no hará ningún efecto en la prevención de las guerras mayores, los conflictos entre los grandes gobiernos militares de la tierra.

Lo que ocurre en éstos días es realmente lamentable para el mundo, porque se están colocando las piezas para un futuro conflicto devastador.