sábado, 9 de julio de 2016

Fuego del Cielo

“Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos” – Lucas 17:29

Recientes investigaciones parecen indicar que la “chispa” que detonó la destrucción de Sodoma, Gomorra y todo el Distrito era un cometa fragmentado en la atmósfera o un meteoro que se partió en cientos de pedazos que al ingresar actuaron como fuego y azufre desde los cielos.

Científicos de la Universidad de Bristol dicen ahora que lo de Sodoma y Gomorra fue cosa de un meteorito. La inscripción tallada en esta tablilla del año 700 antes de Cristo describe la caída del meteorito que pudo destruir Sodoma y Gomorra. También el Dr. John S. Lewis, profesor emérito de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona y co-director del Centro Espacial de la NASA de Investigación de Ingeniería de la Universidad de Arizona, es un científico que cree que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo cósmico: “La lluvia de fuego desde el cielo, podría ser una descripción de la ruptura y la desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra por encima de estas ciudades antiguas, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo cayeron desde el cielo, esto sería visto como lluvia de fuego desde el cielo”.

Sin embargo, por una razón bien especial, la hecatombe se concentró en la llanura valle de Sidim, y esto hizo que su destructividad fuera mayor.

Hay un pasaje de la misma Biblia que nos arroja luz sobre la causa de la destrucción de Sodoma y Gomorra.  Es un detalle muy interesante y sutil que el escriba del libro comentó mucho antes de la parte en que se narra la aniquilación de las ciudades.

Estas ciudades estaban en la llanura de Sidim, en la región del Mar Muerto. Antes de la destrucción de dichas ciudades el Génesis nos narra la batalla de una confederación de reyes contra los reyes de Sodoma y Gomorra:

“Ahora bien, la llanura baja de Sidim era pozo tras pozo de betún; y los reyes de Sodoma y Gomorra se dieron a la fuga y fueron cayendo en estos, y los que quedaron huyeron a la región montañosa”. - Génesis 14:10

La zona de Sodoma en la cuenca del ahora Mar Muerto estaba llena de pozos de betún. Este material es también llamado pez en la Biblia y es material de asfalto en los estratos superiores (en la actualidad) y antes posiblemente petróleo.

Como dice la obra Perspicacia:

“En un tiempo, el valle de Sidim, ubicado cerca de Sodoma y Gomorra en la región del mar Muerto, fue notorio por tener "pozo tras pozo de betún". (Gé 14:10.) Todavía el mar arroja de vez en cuando betún a la playa, lo que permite suponer que en la actualidad Sidim está sumergido bajo las aguas del mar Muerto. El betún es también un material inflamable, como indica Isaías cuando profetizó que la tierra de Edom tendría que "llegar a ser como pez ardiente". (Isa 34:9.)".

Harold Hayseed Stephens ha comentado que existe una capa de petróleo bajo un bloque de sal en el sudoeste del Mar Muerto israelí. Pruebas preliminares indicaron que el sitio podía producir entre 100 y 150 barriles de petróleo por día, expresó Eli Tannenbaum, geólogo de la empresa de exploración petrolera Ginko. Tannenbaum manifestó que existen señales de que podrían encontrarse mayores cantidades de crudo en las inmediaciones."Hay una presión elevada y había un flujo, había un flujo libre, todo esto es evidencia de que hay petróleo allí. Cuando abrimos el grifo el petróleo comenzó a salir libremente durante varios segundos".

Notamos coma la cuenca, toda la zona-llanura era un auténtico "polvorín", llena de pozos de petróleo en medio de una zona de vegetación exuberante (Gen. 13:10-12). El lector ya advertirá la causa del desastre de Sodoma y Gomorra, la chispa encendida por una fragmentación desde el cielo, y el polvorín de la zona por el material bajo todo el Distrito. Esto sería semejante a lanzar una cerilla ardiendo a un charco de combustible. Y es precisamente ésta vista la que observa Abrahán tras la lluvia de fuego:

"Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación! - Génesis 19:28

Notamos como Abrahán vio desde la altura, "miró abajo" hacia la cuenca valle que encerraba el peligro. El ve un humo como el de los incendios en los pozos petroleros de Kuwait. También esta vista desde altura nos confirma que la zona del distrito  estaba en una cuenca o valle ("Cuenca". Heb.: Kik•kár).  Hoy la zona está cubierta por el mar salado.

También observamos que de toda la tierra (no solo de Sodoma y Gomorra) ascendía humo denso similar al humo de un horno. Es como si todo aquel valle con materiales y pozos inflamables comenzó a arder, y sus ciudades en medio de él.

"De modo que siguió adelante derribando a estas ciudades, sí, al Distrito entero, y a todos los habitantes de las ciudades, y las plantas del suelo".- Génesis 19:25

Notamos como todo el distrito (incluyendo a las ciudades de Sodoma, Gomorra, Adma y Seboim)  es afectado de forma descontrolada e indiscriminada, hasta "las plantas del suelo" son aniquiladas por esta ignición de toda la región. Esto nos muestra que no fue una destrucción  divina selectiva, sino que fue descontrolada, un evento catastrófico más natural que sobrenatural. 


Esto sería semejante a si Dios al querer aniquilar a los malvados habitantes de la tierra, aniquilara también al hermoso planeta Tierra, su fauna, vegetación y flora. ¿No es así?

"No obstante, cuando ascendió el alba, entonces los ángeles se pusieron a apremiar a Lot, diciendo: "¡Levántate! ¡Toma a tu esposa y a tus dos hijas que se hallan aquí, por temor de que seas barrido en el error de la ciudad!" -Gen. 19:15

Los ángeles expresan un gran temor y preocupación de que por daño colateral el justo Lot sea barrido con la ciudad. ¿Es que Dios no podría proteger milagrosamente a Lot en medio de toda la hecatombe? Parece que no es así, de hecho el ángel (identificado como Jehová en el ver. 18)  le apremia y le dice:

"Y aconteció que, tan pronto como los hubieron sacado a las afueras, él empezó a decir: "¡Escapa por tu alma! ¡No mires atrás y no te detengas en todo el Distrito! ¡Escapa a la región montañosa por temor de que seas barrido!". - Gen. 19:17

Le urgen escapar a las montañas, a salir de esa cuenca valle que era la región del distrito. En el Mar muerto o Mar salado la superficie del agua está a unos 400 m. bajo el nivel del mar Mediterráneo, con lo que el mar Muerto es la masa de agua más baja de la Tierra. Así que Sodoma y toda la región se encontraba en esa cuenca profunda (hoy llena de agua en la zona sur del Mar Muerto). Lot tenía que salir a toda prisa de ese valle para sobrevivir y escapar a los efectos de la ignición. Solo arriba en la región montañosa, fuera del valle podría estar a salvo. De hecho, el ángel impotente le dice:

¡Apresúrate! ¡Escapa allá, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allá!".  - Gen 19:22

El ángel  está desesperado. Dice que no puede hacer nada hasta que Lot por sus propios medios llegue cerca de la región montañosa. ¿Podría considerarse una acción del Todopoderoso una destrucción en la que la supervivencia de los justos no está de esa forma garantizada? Aquí vemos más la intervención celestial en el sentido que éstos seres sabían del destino que vendría, ellos anticipan la catástrofe, pero en realidad no la causa, y no tienen ningún control de la misma una vez desatada.


Todo indica que la destrucción de Sodoma y Gomorra y sus alrededores fue un evento catastrófico natural. Una hecatombe natural que arrasó una zona como "polvorín" en las que las ciudades estaban construidas.


Es interesante la breve opinión del Libro de Urantia sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra:

(1021.3) 93:6.7 Fue esta rendición pública y real de sus ambiciones personales a favor de los planes más grandes de Melquisedek después de que los tres seres celestiales se le aparecieron en las llanuras de Mamré. Ésta fue una aparición de hecho, a pesar de su asociación con las narrativas posteriormente inventadas relacionadas con la destrucción natural de Sodoma y Gomorra. Y estas leyendas de los acontecimientos de aquellos días indican cuán retrasadas estaban la moral y la ética aun en esa época comparativamente tan reciente.

En otras palabras, la destrucción de Sodoma fue real. Y fue real que tres seres celestiales se le aparecieron a Abrahán. Y puede que hayan ayudado a Lot a evacuar la ciudad con su capacidad de la presciencia anticipándose a la hecatombe. Pero claramente las narrativas posteriores incorporaron elementos que le atribuyeron a Dios la catástrofe natural, creando una especie de símbolo conmemorativo del castigo de Dios a los hombres malvados. Así lo recoge toda la literatura hebrea posterior que usa este hecho como un ejemplo para motivar la obediencia al Dios iracundo.

Debido lo anterior, los diálogos con Abrahán sobre la destrucción de la ciudad, son la construcción posterior para dar un sentido sobrenatural al evento. Esto queda en evidencia con las enmiendas de los Soferim en periodos posteriores, las cuales precisamente son intervenciones de los escribas en esas conversaciones de Dios con Abrahán.


En la literatura judía son comunes las preguntas y contrapreguntas. La idea de la conversación y el diálogo es que Dios le dirige las palabras a Abraham para asegurarle de que no actuará sin causa justa. Dios llevará a cabo una investigación para determinar la situación verdadera de las dos ciudades. Esto implica que Dios piensa tomar medidas drásticas si la situación es tan mala como se le ha comunicado, y no quiere que Abraham se pregunte a si mismo si su acción drástica es justificada o no, una imagen por cierto muy antropormofica de Dios.

Los libros de los profetas establecieron un parecido entre las injusticias sociales cometidas en Israel/Judea con las que ocurrieron en las ciudades de Sodoma y Gomorra (Isaías 1:9, 10; Ezequiel 16:49; cp. Amos 4:11). Constantemente las en las escrituras hebreas se usa la advertencia del castigo del desvío de Israel, amenazándolo con convertir la Tierra en un lugar como Sodoma:

”Y la generación futura, los hijos de ustedes que se levantarán después de ustedes, no podrá menos que decir, también el extranjero que vendrá de una tierra distante, [cuando] de hecho hayan visto las plagas de aquella tierra y sus dolencias con que la ha enfermado Jehová, azufre y sal y quema, de modo que su entera tierra no se sembrará, ni brotará, ni nacerá en ella vegetación alguna, como el derribo de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyim, que Jehová derribó en su cólera y en su ira; sí, todas las naciones no podrán menos que decir: ‘¿Por qué le hizo así Jehová a esta tierra? ¿Por qué el ardor de esta gran cólera?’. Entonces ellos tendrán que decir: ‘Fue porque abandonaron el pacto de Jehová el Dios de sus antepasados, que él celebró con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto” - Deut. 29:22-25

Sabemos que estas palabras fueron escritas en el periodo exilio y tenían el objetivo de sembrar la obediencia con la amenaza del castigo de Sodoma y Gomorra. Lo cierto es que aunque Israel jamás quedó en el estado en que quedaron éstas ciudades pese a su infidelidad, lo cual parece más bien un recurso dramático.


La destrucción de Sodoma y Gomorra fueron una catástrofe real de causas naturales que causó gran impacto en la conciencia de esos pueblos. Sin embargo, fue usada como ejemplo amonestador en una época en que era común atribuir los fenómenos naturales a Dios.

De alguna forma, ésta catástrofe natural coincidió con la desaparición de Melquisedek:

(1022.3) 93:8.1 Poco después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Maquiventa decidió poner punto final a su autootorgamiento de urgencia en Urantia. La decisión de Melquisedek de terminar su estadía en la carne fue influida por numerosas condiciones, principal entre ellas la tendencia en aumento entre las tribus circunvecinas, y aun entre sus asociados inmediatos, de considerarle un semidios, de contemplarle como un ser supernatural, lo cual en efecto lo era; pero estaban empezando a reverenciarlo indebidamente y con un temor altamente supersticioso.


A propósito, Jesús dijo: "Podéis por casualidad caer víctimas de uno de los accidentes de la naturaleza, o de uno de los infortunios de los hombres, sabiendo plenamente que estos sucesos no están de ninguna manera predeterminados ni son por otra parte producidos por fuerzas espirituales". L.U 1830

Apéndice
La mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal (melach)  tiene una relación con la palabra “polvo”, como algo “pulverizado” como la sal o polvo que cayó sobre ella, similar como la ceniza volcánica que impregnó a los habitantes de Pompeya.  Se nos dice que ella  “empezó a mirar alrededor desde detrás de él, y se convirtió en columna de sal”.  Al parecer ella se detuvo y fue alcanzada por los gases similares a las nubes piroclásticas.


Finalmente el que haya sido concretamente entendida como “sal” parece ser una identificación para explicar las grandes concentraciones de sal en el Mar muerto, algunas de las cuales parecen figuras humanas.