sábado, 27 de agosto de 2016

"Espíritus"

Esta esa una entrada que intenta simplificar los conceptos explicados en la Revelación de Urantia. Para profundizar en más detalles recomiendo leer los capítulos del mismo Libro que explican estos asuntos. Por ahora solo explicaré brevemente dos de ellos:

-   Ajustador del Pensamiento: Viene a morar con los humanos en su niñez y ha estado presente en la Humanidad desde que el hombre tiene inclinación espiritual (hace miles de años), ya que esa misma necesidad es producto del trabajo del Ajustador que es un fragmento del mismo Padre Universal. Una especie de “pedacito de imán que trata de volver a la fuente”. En la Biblia es mencionado muchas veces. Por ejemplo, David hace alusión a él, a que Dios “no le quite su espíritu”. En el libro atribuido a Salomón cuando se dice que en la muerte "retorna al Dios que lo dio". También cuando Pablo habla de que ese “espíritu” "da testimonio que somos Hijos de Dios". Es llamado a veces “Espíritu Santo” aunque necesariamente no es lo mismo. La mayoría de los seres humanos son dotados actualmente con ese regalo. La posibilidad de escuchar la Guía del Padre y espiritualizar la mente (ajustarla) está abierta a todos, aunque muy pocos humanos son conscientes de éste privilegio.

-     Espíritu de la Verdad: Este fue derramado en Pentecostés sobre la Humanidad para tener acceso latente a él. Sin embargo, los que toman conocimiento de él, lo usan como maestro. Este espíritu tiene como objeto hacer recordar en nosotros las enseñanzas de Jesús, y adaptar su modelo de vida inspiradora en nuestra vida. Ese espíritu nos hace pensar en Micael, y nos ayuda a imitarle y apreciarle. Es el Ayudante en reemplazo de Jesús. No nos habla de sí mismo, sino de Jesús. Antes de Pentecostés este espíritu no había sido derramado. En la Biblia se confunde con el Ajustador, pero el Ajustador ya moraba en el hombre, incluso en los tiempos anteriores de David.


Cómo reflexión, cuando tenemos pensamientos propios que nos empujan a la búsqueda de lo espiritual, a encontrar al Padre, cuando pensamos repentinamente en Jesús y nos llenamos de admiración y agradecimiento por él, éstas reacciones no son puramente intelectuales, no provienen realmente de nosotros. 

El único papel de nuestra mente es aceptar la guía y ser permeable a los Espíritus. Si nuestra mente está endurecida es posible que tampoco dejemos pasar el agua espiritual. Nosotros somos la cortina que con voluntad debe correrse, pero la luz no la generamos nosotros.

Nuestra mente ha sido animada y motivada por estos Espíritus para provocar estas reacciones espirituales sublimes que nos elevan y ennoblecen. ¿Es que acaso no te has sentido elevado, noble y purificado cuando te has llenado de éstos pensamientos sublimes que te ayudan a mejorar tu vida y a tomar elecciones mejores? Cuando Jesús nos viene a la mente y corazón, cuando recordamos los dichos del Maestro, lo visualizamos en la barca enseñando, orando al Padre con sus manos abiertas al cielo, jugando con los niños, sanando a un leproso; aquello nos ennoblece. De la misma forma cuando el Ajustador nos empuja a lo bello, bueno y verdadero.

Tantas veces que nos quejamos que estamos solos, y realmente no es así. Tenemos tantos recursos disponibles para nuestra vida. Y en esta entrada no hemos siquiera mencionado a los serafines y seres intermedios, que igualmente nos cooperan en el día a día.

Muchas reacciones y  acciones que realizamos las atribuimos con orgullo necio a nuestra propia sapiencia y audacia, cuando hay varias agencias espirituales que propician nuestros logros diarios. La espiritualidad es real, viene de los cielos,  no es producto de la fabricación de la misma mente. Esta simplemente es la receptora y adaptadora de aquella guía espiritual.

Si pudiéramos visualizar el Amor del Padre que nos tiene en este instante nos llenaríamos de vergüenza. Su Amor literalmente nos sostiene, estamos realmente en sus manos, pero estamos ciegos para no verlo. Somos muy desagradecidos.

Te recomiendo algo querido lector. No busques al Padre y a Jesús con el puro intelecto. Este es el problema de quiénes leen simplemente la literatura religiosa. 

Tú más bien, presta atención a tus propios pensamientos y reacciones durante todo el día. No solo cuando estudies una revista o libro. Presta atención a ellos. Cuando pienses en Jesús o en el Padre, déjate llevar por esa Guía...

Entonces harás el gran descubrimiento y te estremecerás...