sábado, 14 de enero de 2017

Métodos Indignos de predicación

Jesús esencialmente nos entregó un mensaje de Buenas Noticias. La realidad que el hombre es un Hijo de Dios es más que una frase bonita. Más bien, contiene la esencia para transformar el mundo. Notemos que es un Evangelio de poder y realización en unidad con el Creador, nuestro Padre personal. Implica además el descubrimiento de nuestras enormes potencialidades como Hijos personales del Altísimo. Y contiene la clave de la verdadera hermandad entre los hombres.

Jesús entregó algunas advertencias sobre el evitar "métodos indignos" para predicar su Evangelio:

159:3.2 (1765.4) Aunque no se puede del todo eliminar la emoción como factor en las decisiones humanas, los que quieran avanzar la causa del reino no deben apelar directamente a las emociones en sus enseñanzas. Apelad directamente al espíritu divino que habita en la mente de los hombres. No recurráis al temor, la piedad ni el mero sentimiento.

159:3.5 (1766.1) No cometáis el error de utilizar tácticas despreciables como por ejemplo, la de intentar por medio del terror que los hombres y las mujeres entren al reino. Un padre amante no aterroriza a sus hijos para conseguir que obedezcan sus exigencias justas.

Lo anterior lamentablemente ha sido el lastre de muchas iglesias y organizaciones. El emocionalismo y el temor han sido los métodos y las armas preferidas. El terror de una destrucción inminente puede ser para algunos un método activador para los fieles, pero lamentablemente solo obra como un fuego artificial pasajero que excita la mente, pero que no llega al corazón y es auténticamente transformador. Este es el error más grande de las religiones, y es la causa de la gran crisis que se está generando en ellas.

159:3.8 (1766.4) El mundo está lleno de almas que se mueren de hambre en la presencia misma del pan de la vida; los hombres mueren buscando a Dios, sin ver que él mora en ellos. Los hombres van en pos de los tesoros del reino con el corazón anhelante y los pies cansados, sin ver que esos tesoros están al alcance inmediato de la fe viviente. La fe es para la religión, lo que la vela es para la nave; es un aumento de poder, no una carga adicional en la vida. Para los que entran al reino, la lucha es una sola, o sea, trabar la buena lucha de la fe. El creyente tiene que dar una sola batalla: la batalla contra la duda —la incredulidad.

159:3.10 (1766.6) No describáis a vuestro Maestro como varón de dolores. Las futuras generaciones deben conocer también nuestra felicidad radiante, el entusiasmo de nuestra buena voluntad, y la inspiración de nuestro buen humor. Proclamamos un mensaje de buenas noticias, contagioso en su poder transformador. Nuestra religión late con nueva vida y nuevos significados. Los que aceptan esta enseñanza se llenan de alegría y su corazón los impulsa a regocijarse para siempre. Una felicidad en crecimiento constante es siempre la experiencia de todos los que están seguros de Dios.

159:3.12 (1766.8) Cuando mis hijos tengan autoconciencia de la seguridad de la presencia divina, esa fe les expandirá la mente, les ennoblecerá el alma, les reforzará la personalidad, les aumentará la felicidad, les profundizará la percepción espiritual, y aumentará su capacidad para amar y ser amados.

¡Qué palabras más poderosas de Jesús! Realmente los Predicadores del Futuro desarrollarán un Ministerio basado exclusivamente en su mensaje dador de vida y transformador. Este mensaje es el “arma” celestial verdadera que cambiará al mundo. Esta es la verdadera “intervención” de Dios en la Humanidad.