Hace unos años me incliné
fuertemente a la posibilidad que el Sudario de Turín sea la mortaja verdadera
del cuerpo de Jesús. Autores como J.J Benítez también han comentado que el fenómeno
de la “desintegración” del cuerpo de Jesús había creado la imagen referida.
Los Documentos de Urantia
en ninguna parte dicen que el Sudario de Turín era la sábana que tuvo el cadáver
de Cristo. Sin embargo, algunos lectores nos habíamos centrado en estos
detalles para hacer una relación:
(2021.1)
189:1.2 Cuando el Jesús resucitado emergió de su tumba, el cuerpo de carne en
el que había vivido y trabajado en la Tierra durante cerca de treinta y seis
años yacía todavía allí en el nicho del sepulcro, intacto y envuelto en la sábana de lino, tal como
había sido colocado para su descanso el viernes por la tarde por José y sus
compañeros.
(2022.5)
189:2.1 A las tres y diez, mientras el Jesús resucitado fraternizaba con las
personalidades morontiales reunidas de los siete mundos de las mansiones de
Satania, el jefe de los arcángeles — los ángeles de la resurrección — se acercó
a Gabriel y le pidió el cuerpo mortal de Jesús. El jefe de los arcángeles dijo:
«No nos está permitido participar en la resurrección morontial de la
experiencia de donación de nuestro soberano Miguel; pero quisiéramos que se nos entregaran sus restos mortales para
disolverlos inmediatamente. No tenemos la intención de utilizar nuestra
técnica de desmaterialización; deseamos
simplemente invocar el proceso de la aceleración del tiempo. Ya es
suficiente con haber visto al Soberano vivir y morir en Urantia; las huestes
celestiales quisieran ahorrarse el recuerdo de soportar el espectáculo de la
lenta putrefacción de la forma humana del Creador y Sostenedor de un universo.
En nombre de las inteligencias celestiales de todo Nebadon, solicito un mandato
que me confiera la custodia del cuerpo mortal de Jesús de Nazaret y que nos
autorice a proceder a su disolución inmediata.»
(2023.6)
189:2.7 La tumba de José estaba vacía, no porque el cuerpo de Jesús había sido
rehabilitado o resucitado, sino porque las huestes celestiales habían recibido
el permiso solicitado para aplicarle una
disolución especial y excepcional, una vuelta del «polvo al polvo», sin la
intervención del paso del tiempo y sin el funcionamiento de los procesos
ordinarios y visibles de la descomposición mortal y la corrupción material.
(2024.1)
189:2.8 Los restos mortales de Jesús sufrieron
el mismo proceso natural de desintegración elemental que caracteriza a todos
los cuerpos humanos en la Tierra, excepto que, en lo que se refiere al tiempo,
este modo natural de disolución fue enormemente acelerado, apresurado hasta tal
punto que se volvió casi instantáneo.
El Libro de Urantia no dice
directamente que el Sudario de Turín sea realmente la mortaja de Jesús, pero la
información que provee concuerda aparentemente con la evidencia científica que
arroja la tela.
Las pruebas aparentes indican
que la figura es producto de una desintegración del cadáver a nivel nuclear que
por defecto provocó una energía que impregnó la imagen en la tela como si fuera
una fotografía. Además, la imagen supuestamente es
formada por los dos primeros hilos, los cuales parecen haber sido envejecidos y
deshidratados en segundos. Esto armoniza plenamente con el L.U que nos
habla de una disolución acelerada del cuerpo de Jesús. Los primeros dos hilos
de la superficie en contacto con el cuerpo de Jesús habrían padecido el fenómeno
que afectó al cadáver. Sin embargo...
Volviendo a analizar la
cuestión
Por un lado tenemos
información deductiva que nos podría hacer llegar a ciertas conclusiones. Sin
embargo, éstas deben someterse a la información más directa y clara sobre el
asunto, la cual debe gobernar a lo deductivo, y no al revés.
En realidad, el que la
tela fuese causada por un envejecimiento puede ser aún un asunto de debate
intenso, y parece más bien una asociación que hace Juan José Benítez (que también
conocía L.U) y no necesariamente algo unánime en torno a la “Sábana Santa”. No
me centraré en la polémica sobre la autenticidad de la misma, sino en lo que taxativamente dicen los
Documentos.
187:5.8 (2011.4) Cuando
estos soldados llegaron al Gólgota hicieron lo que se les había ordenado con
los dos ladrones, pero encontraron que Jesús ya estaba muerto, y se sorprendieron.
Sin embargo, para asegurarse de su muerte, uno de los soldados le metió la
lanza en el costado izquierdo.
Sin embargo, la Sábana de
Turín representa a un hombre con una herida en el costado derecho.
A diferencia del arte, lo que declara Urantia tiene respaldo técnico. Los soldados romanos, cuando iban al combate, iban protegidos en su parte izquierda con un escudo grande, que tenía la función de proteger el lado del corazón. Por ello, eran entrenados para provocar una herida mortal en la parte izquierda de su adversario. Cuando el soldado se encuentra frente a Cristo, si éste era diestro (lo más normal) tendría su escudo en el brazo izquierdo y la lanza en la derecha, por lo que lo lógico es que le clavara la lanza en el lado izquierdo, por la posición que ocupa y por poner en práctica lo aprendido durante los entrenamientos.
Pero el factor más determinante sobre este asunto es lo siguiente:
A diferencia del arte, lo que declara Urantia tiene respaldo técnico. Los soldados romanos, cuando iban al combate, iban protegidos en su parte izquierda con un escudo grande, que tenía la función de proteger el lado del corazón. Por ello, eran entrenados para provocar una herida mortal en la parte izquierda de su adversario. Cuando el soldado se encuentra frente a Cristo, si éste era diestro (lo más normal) tendría su escudo en el brazo izquierdo y la lanza en la derecha, por lo que lo lógico es que le clavara la lanza en el lado izquierdo, por la posición que ocupa y por poner en práctica lo aprendido durante los entrenamientos.
Pero el factor más determinante sobre este asunto es lo siguiente:
120:3.7 (1330.2) «6. Para
que no contribuyas innecesariamente a la creación de sistemas subsiguientes
estereotipados de creencias religiosas en Urantia o a la formación de otros
tipos poco progresivos de lealtades religiosas, te aconsejamos además que no
dejes documentos escritos de tu paso por el planeta. No escribas en materiales
permanentes; pide encarecidamente a tus
asociados que no hagan imágenes ni retratos de ti. Asegúrate antes de tu partida de que no quede nada potencialmente
idólatra de tu paso por la tierra.
"pide encarecidamente a tus asociados que no hagan imágenes ni retratos de ti"
Notamos que en las
advertencias antes de la encarnación de Miguel se le advierte de no dejar imágenes
y retratos de él. Sobre todo antes de partir de la tierra, él tenía que
asegurarse de lo anterior.
Jesús mismo tras recobrar
su “memoria” celestial quemó para el desconcierto familiar, todos los
artefactos personales que pudiesen volverse potencialmente idólatras.
Aunque la imagen en la sábana haya sido un “accidente” o "efecto secundario" que se
les haya escapado a los ángeles al desintegrar el cuerpo, los seres intermedios
habrían hecho lo posible para cumplir la encomienda hacia Jesús, haciendo
desaparecer posteriormente la misma.
Estas declaraciones
directas sobre las “imágenes” de Jesús deberían gobernar las declaraciones que
podrían ser usadas para deducir asuntos que no están declarados en los mismos.
La Sábana Santa no sería entonces la Sábana que envolvió a Jesús.
La Sábana Santa no sería entonces la Sábana que envolvió a Jesús.