jueves, 18 de mayo de 2017

Andón y Fonta

Aspecto erróneo de Andón y Fonta
Algunos estudiosos de los Documentos han colocado ciertas imágenes relativas a Andón y Fonta con aspecto de simio. Es cierto que una lectura algo rápida y superficial puede generarnos esa impresión, pero un análisis más cuidadoso nos señala que no tenían realmente ese aspecto.

Hay lectores que han confundido a los gemelos protohumanos con los gemelos posteriores de Andón y Fonta. Sin embargo, incluso en los llamados mamíferos protohumanos, éstos nacieron con un aspecto muy diferenciado a sus progenitores:

62:3.1 (704.6) En comparación con sus antepasados, eran criaturitas verdaderamente hermosas. Tenían pocos pelos en el cuerpo, pero esto no constituyó una desventaja, pues vivían en un clima cálido y estable.

62:3.2 (705.1) Estas crías alcanzaron a medir un poco más de un metro y veinte centímetros. En todos los aspectos, eran más grandes que sus progenitores, contando con piernas más largas y brazos más cortos. Tenían dedos pulgares oponibles de funcionamiento casi perfecto, casi tan eficiente como el pulgar de los humanos actuales para adaptarse a diversas tareas. Caminaban erguidos, disponiendo de pies casi tan bien adaptados para andar como los de las razas humanas posteriores.

62:3.3 (705.2) Sus cerebros eran inferiores a los de los seres humanos y más pequeños, pero muy superiores a los de sus antepasados y, comparativamente, mucho más grandes.

Notamos que tenían “pocos pelos en el cuerpo”, ya diferenciándose de lo que entendemos por “monos”, además de estar erguidos. Es interesante que la descripción anterior es muy similar al “hombre de Flores” (Homo floresiensis), apodado Hobbit, descubierto el año 2004. Media un poco más de un metro de estatura, y 25 kg de peso, su cerebro de menos de 400 cc.

Sin embargo, estas criaturas aún no eran Andón y Fonta. De hecho, mucho después aparecieron otras criaturas más similares al hombre, que también eran gemelos (pero no aún Andón y Fonta):

62:4.1 (706.5) Volviendo al nacimiento de los gemelos superiores, un macho y una hembra, a los dos destacados miembros de la tribu de los mamíferos intermedios: estas crías fueron de una índole insólita; tenían aún menos pelos en el cuerpo que sus padres y, de muy pequeños, ya insistían en caminar erguidos. Sus antepasados siempre aprendían a caminar sobre las patas traseras, pero estos primates gemelos se irguieron desde el principio. Alcanzaron a medir más de un metro y medio de altura, y sus cabezas crecieron más en comparación con las de los demás de la tribu. Aunque aprendieron, a temprana edad, a comunicarse el uno con el otro por medio de señas y sonidos, nunca pudieron hacer que su pueblo entendiera estos símbolos nuevos.

Notamos que ya tenían menos pelos y era más altos. De estos primates (el término “primate” también es usado en la ciencia para referirse a los humanos) se nos dice:

62:4.4 (707.3) Los primates eran más humanos y menos animales que sus predecesores del grupo mamífero intermedio. Las dimensiones del esqueleto de esta especie nueva eran muy similares a las de las razas humanas primitivas. El tipo humano de mano y pie había llegado a su pleno desarrollo, y estas criaturas sabían caminar y hasta correr tan bien como cualquiera de sus descendientes humanos posteriores.

Aspecto erróneo de los Gemelos
Así que su aspecto era muy humano, muy similar a lo que entendemos actualmente por hombres, aunque la clave para catalogar como “humano” no estaba tanto en su aspecto físico, sino en su condición mental y espiritual:

62:4.4 (707.3) El mayor uso de las manos contribuyó mucho al desarrollo de su capacidad cerebral inherente, pero aún no contaban con mentes que se pudieran llamar en verdad humanas.

Pasaron novecientas generaciones para que otra pareja de gemelos naciera y fueran realmente los primeros humanos, llamados Andón y Fonta:

62:5.2 (707.8) Estas dos notables criaturas fueron verdaderos seres humanos. Contaban con dedos pulgares perfectamente humanos, como los habían tenido muchos de sus antepasados, y tenían los pies tan perfectos como los de las razas humanas presentes. Caminaban y corrían, no trepaban; la función de asir con el dedo gordo del pie había desaparecido completamente. Cuando el peligro les inducía a subirse a las copas de los árboles, trepaban tal como lo harían los humanos de hoy en día.

Ellos tuvieron emociones equiparables a la adoración y su prole inmediata fueron llamados andonitas. El siguiente párrafo los describe físicamente:

63:4.1 (713.7) El hombre primitivo —los andonitas— tenían los ojos negros y la tez morena, algo como la de un cruce entre la raza amarilla y la roja. La melanina es una sustancia colorante que se encuentra en la piel de todos los seres humanos. Es el pigmento original de la piel andónica. En cuanto al aspecto general y al color de la piel, estos primeros andonitas se parecían más a los esquimales de hoy en día que a ningún otro tipo de ser humano viviente. Fueron las primeras criaturas en servirse de las pieles de los animales para protegerse del frío; tenían un poco más de pelo en el cuerpo que los humanos de hoy en día.

Aspecto correcto de Andón y Fonta y los andonitas.
Asi que las ilustraciones casi de simios que colocan algunos lectores uranticos están erradas. Ya por muchas generaciones anteriores las criaturas pasadas habían dejado el aspecto de simio peludo. Y más aún con Andón y Fonta, sus rasgos eran muy similares a los llamados “esquimales” actuales. 


Los andonitas no andaban desnudos y peludos como algunos piensan, sino que se cubrían con pieles como los esquimales de hoy (no confundir que los esquimales sean andonitas, solo son similares en su aspecto). 



Lamentablemente algunos descendientes posteriores de los andonitas se mezclaron con tribus inferiores de aspecto más animal simio y dieron origen a los múltiples problemas genéticos actuales, creando cierta degradación y provocando la aparición de especies que vuelven locos a los investigadores modernos que intentan hacer catálogos.

He publicado esta entrada, porque creo que debemos ser un poco más precisos al analizar los Documentos. Hay grupos de lectores que de buena fe, pero sin mayor rigurosidad han asociado fotografías o pinturas de "hombres monos" con los gemelos Andón y Fonta, y ésto ha provocado cierta confusión.