La historia de estos
hermanos tiene bastante información que nos hace reflexionar sobre la herencia
genética y el condicionamiento social, y además podremos entender algunas frases
relativas a las personas que "irreparablemente" han perdido su
capacidad de mejorar, y por ende, no deberían mantener o perpetuar ciertos
linajes.
Recordemos que Caín es
hijo de Cano, y éste nace poco antes cuando la comitiva del Edén se establece en
el segundo Jardín. Adán se encuentra más abatido que nunca y se dedica a la
construcción de unas murallas al norte, dejando a los noditas simpatizantes con
la labor de organizar un sacerdocio religioso. Esto genera que en materia de
religión el segundo jardín no fuera óptimo.
Abel era un hijo directo
de Adán y Eva, nacido después de Adansón, quién fue realmente el primero. Ahora
veamos la relación entre ambos hermanastros, Caín y Abel:
76:2.4 (848.4) Nunca se
llevaron bien los dos jóvenes, y este asunto de los sacrificios contribuyó más
al creciente odio que se tenían. Sabía Abel que era hijo de Adán así como de
Eva y nunca dejó de recalcarle a Caín que Adán no era su padre. Caín no era de
pura cepa violeta puesto que su padre era de la raza nodita que más tarde se
había mezclado con el hombre azul y rojo y con la cepa andónica aborigen. Todo
lo antedicho, sumado a la herencia belicosa natural de Caín, hizo que éste
abrigara un odio hacia su hermano menor que aumentaba sin tregua.
Caín era el primer híbrido
del fracaso de la misión adánica. Contenía genes nativos aborígenes mezclados
con la genética de Eva. En esta primera generación , ésta herencia más belicosa
(proveniente de los ancestros primitivos) de odio se manifestó más abierta,
franca y directa. Ambas polaridades agudas de "carne y espíritu" se
enfrentaron con crudeza en la persona de Caín:
76:2.5 (848.5) Los
muchachos tenían dieciocho y veinte años respectivamente cuando se resolvió
finalmente la tensión entre ellos; un día, las mofas de Abel enfurecieron a su
belicoso hermano hasta tal grado que Caín, sobrecogido por su ira, lo mató.
Aunque Abel no tenía
inclinación a la violencia, si era inmaduro, burlesco y mofador. Los Documentos
hacen un análisis de él:
76:2.6 (848.6) El análisis
de la conducta de Abel establece el valor del medio ambiente y la educación
como factores en el desarrollo del carácter. Abel tenía una herencia ideal, y
la herencia forma los cimientos de todo carácter; pero la influencia de un
ambiente inferior neutralizó virtualmente esta magnífica herencia. A Abel,
mayormente en edad temprana, le afectó considerablemente su ambiente adverso.
Habría llegado a ser una persona totalmente diferente, si hubiese vivido hasta
los veinticinco o treinta años; su espléndida herencia, en este caso, se habría
dejado ver.
He aquí un punto
interesante y para reflexión. Abel tenía una herencia genética ideal. Era
adanita puro. Sin embargo, el contacto con un ambiente más desfavorable en
medio del sacerdocio nodita que había vuelto a prácticas más primitivas, y la
ausencia de Adán que estaba envuelto en la construcción de una muralla en el norte,
generó en él un inmaduro sentimiento de orgullo racial que le hizo mofarse de
Caín.
Ahora bien, he aquí lo
interesante, y que quiero desarrollar. Se dice que a pesar de esto, si Abel
hubiese vivido más se habría vuelto más maduro, su herencia superior se habría
manifestado después de los 25 o 30 años:
“A Abel, mayormente en
edad temprana, le afectó considerablemente su ambiente adverso. Habría llegado
a ser una persona totalmente diferente, si hubiese vivido hasta los veinticinco
o treinta años; su espléndida herencia, en este caso, se habría dejado ver”.
Luego se comenta:
76:2.6 (848.6) Aunque un
buen ambiente no puede contribuir gran cosa a sobreponerse en rigor a los
defectos del carácter de una herencia vil, un ambiente malo puede dar al traste
de forma muy eficaz con una excelente herencia, a lo menos durante los primeros
años de la vida. Un buen ambiente social y una educación adecuada son factores
indispensables para hacer que se aproveche al máximo una buena herencia.
¿Significa lo anterior que
a la edad de los 25-30 años se ha manifestado la herencia vil o excelente en
nosotros? Curiosamente hace un tiempo leía que los presos que eran tratados de
ser rehabilitados tenían éxito antes de los 25 años en promedio. Después era
muy difícil. Es como si después de esos años, se manifestase quién realmente
eres y que tipo de persona vas a ser en tu vida. Aunque no creo que sea
concluyente una edad determinada (los 25-30 años son especificados en torno a Abel), parece muy posible que al entrar en la etapa
madura de tu vida, ya se ve si tienes o no mala semilla, si elegirás cambiar o
no. Se "deja ver" lo que tienes de herencia. Hay un momento de la vida en que esto se manifiesta.
Y la genética incluso
podría tener variantes entre los mismos hermanos. Por ejemplo, en una familia
ciertos genes pueden manifestarse en un hermano mientras que en otro no. Esto
explicaría que aún en malos ambientes de crianza, si hay un buen potencial en
la persona, uno de los hermanos no siga en la delincuencia, mientras otro se
enquiste en malas prácticas. La edad como límite más o menos sería ese momento crucial de la edad adulta para hacer cambios y que sea vea que tipo de persona serás finalmente,
aunque esto puede ser muy relativo en cuanto a edades (sería un promedio), lo claro es que parece haber un límite para cada persona. Y esto también explicaría que hay
gente con una clara tendencia al mal, a ser autodestructivos y antisociales que parecen no poder cambiar. No
todo es culpa del ambiente, aunque también el ambiente es importante.
Lo interesante es que
casos aparentemente "perdidos" pueden rescatar parte de su genética adanita y antes
de esa edad, la persona puede transformarse, incluso al haber estado en un
ambiente no óptimo, y más aún, con parte de carga genética inclinada a la carne
y otra parte al espíritu. El mismo Caín es un gran ejemplo:
76:2.8 (849.2) La vida de
Caín en Mesopotamia no había sido feliz que digamos, ya que, de manera tan
particular, él era símbolo de la falta. No era que sus compañeros le trataran
sin amabilidad, sino que no desconocía que, subconscientemente, estaban
resentidos por su presencia. Mas sabía Caín que, como no portaba marca tribal,
sería muerto por la primera tribu vecina que acertara a tropezarse con él. El
temor y los remordimientos, le indujeron a arrepentirse. En Caín nunca se había
instalado un Ajustador; siempre había resistido a la disciplina de la familia y
despreciado la religión de su padre. Pero, en esta ocasión, acudió a Eva, su
madre, y le pidió ayuda y dirección espirituales; y al pretender honestamente
la asistencia divina, se instaló en él un Ajustador. Este Ajustador, que moraba
dentro de él y miraba hacia fuera, le dio a Caín una clara ventaja de
superioridad que lo colocó en la categoría de la tribu de Adán, altamente
temida.
76:2.9 (849.3) Entonces,
salió Caín para la tierra de Nod, al este del segundo Edén. Llegó a ser un gran
dirigente de un grupo de los consanguíneos de su padre y, hasta cierto punto,
sí cumplió con los vaticinios de Serapatatia, pues promovió en efecto la paz
entre esta división de los noditas y los adanitas durante su vida entera. Caín
se casó con Remona, su prima distante, y su primogénito, Enoc, llegó a ser el
jefe de los noditas elamitas. Durante cientos de años los elamitas y los
adanitas continuaron viviendo en paz.
Lo anterior ilustra que un
individuo que aparentemente o inicialmente tenga malas acciones, sin aún
dispone de una herencia rescatable, y con la adecuada asistencia de enseñanza y
guía espiritual, puede potenciar su genética superior en desmedro de la
inferior y someterla.
Realmente todos nosotros
en mayor o menor grado experimentamos un drama similar al de Caín, y su ejemplo
ilustra que podemos rescatar lo mejor de nosotros, nuestra herencia adánica y
vencer a nuestra herencia animal cargada de pecado y odio. Todos somos mestizos
como Caín. A veces brotan dentro de nosotros fuertes emociones de odio, celos y
venganza, los rasgos de la bestia. Pero bien puede que poseamos la herencia de
Adán, que pugna con la anterior y brinda el "fruto del Espíritu".
Tenemos genes de los adanitas, y podemos potenciar dicha herencia al igual que
Caín, quién finalmente logró la conquista de su parte animal.
Esto hace que las
enseñanzas de Jesús adquieran un especial sentido. No en vano vino a la Tierra.
Sus enseñanzas pueden
activar la genética superior escondida en el hombre. Su mensaje servirá también
para evaluar a los grupos humanos. Quiénes hayan agotado su herencia adanita, y
tengan un poderoso linaje inferior de tendencias antisociales y animales en
grado muy elevado sobre la adánica, después de haber esperado los años
correspondientes en esperanza que se manifestara la buena semilla, y después de
haber rechazado la guía de las enseñanzas espirituales, claramente deberían ser
identificados como aquellos individuos en los que su tendencia bestial ha
brotado irremediablemente. Estos deberían ser apartados para que no puedan
reproducirse y así evitar perpetuar los linajes defectuosos.
Sin duda, aún las mentes
no están capacitadas para llevar un programa así, pero en el futuro, la
Humanidad lo utilizará de forma práctica y madura.