jueves, 4 de mayo de 2017

Las pruebas del Jardín de Edén

Miles de años después de la caída de Dalamatia y la dispersión de los alumnos de esta Escuela planetaria, se preparó el Jardín de Edén.

Toda la evidencia indica que una gran faja de tierra que conectaba Chipre y Siria era el Jardín de Edén. Actualmente la tecnología lo está demostrando cada vez más y los resultados son impresionantes. Primero veamos la descripción de los Documentos sobre el Edén que dice que era:

73:3.1 (823.1) una península larga y angosta —casi una isla— que se proyectaba hacia el oeste desde las riberas orientales del Mar Mediterráneo.

73:3.3 (823.3) La península mediterránea tenía un clima salubre y una temperatura constante; este tiempo estable se debía a las montañas que la rodeaban y al hecho de que esta zona fuera casi una isla en un mar interior. Si bien llovía copiosamente en las tierras altas circundantes, rara vez llovía en Edén mismo. Pero cada noche, dimanando de la extensa red artificial de acequias, un «vapor subía» que refrescaba la vegetación del Jardín.

Notemos que ésta península estaba rodeada por montañas a ambos lados circundándola. Ahora se da una descripción y un dato muy preciso que solo hoy ha sido posible verificarlo gracias los satélites que han visualizado algo del fondo oceánico:

73:3.4 (823.4) El litoral de esta masa de tierra estaba considerablemente elevado, y el istmo que se comunicaba con el continente tenía sólo cuarenta y tres kilómetros de ancho en el punto más estrecho.

He podido comprobar que hay precisamente 43 kilómetros en el acceso al Jardín desde el continente, el llamado “punto más estrecho” entre las dos cadenas de montanas ya sumergidas,  que se observan en la imagen satelital en la primera fotografía.

Lo anterior es fascinante, porque cuando Los Documentos de Urantia fueron entregados, el fondo marino no había sido analizado de esta forma. Por ejemplo, la segunda imagen es una fotografía tomada de una página de un atlas (1961) que muestra el lado oriental del Mar Mediterráneo. La línea amarilla es una sombra que cruzan el mar Mediterráneo de la cuenca. Se veía a Chipre como una Isla aislada sin un mayor relieve submarino. 


No había una mayor cartografía de fondos marinos, hasta décadas después, así que no había forma de comprobar la veracidad del Libro de Urantia. De hecho, notemos esta imagen de años más tarde:



Como vemos en la lámina superior a este texto,  se consideraba a Chipre rodeada por abismos oceánicos de profundidad, y la existencia de una especie de "cordillera" sumergida era impensado e imposible. La imagen es notable.

En 1982 ya se avanzó más en los mapeos submarinos y la topografía del fondo oceánico se asemeja más a la descripción de los datos de la realidad y de los Documentos. En esta imagen se aprecia ese avance:



Pero aún así, estas imágenes no son tan reveladoras como las que se crearon a partir de lecturas de sonar recogidas por los rusos en 1989, utilizando incluso una más avanzada tecnología de sonar:


Claramente y de forma impresionante se observa la parte más estrecha de 43 Km. que conecta con el continente. La tecnología de sonar fue desarrollada treinta años después de que El libro de Urantia se publicó, y nos dió imágenes con suficiente detalle como para examinar a fondo sus afirmaciones.


Claramente vemos en las imágenes de sonar y satélite, las montañas que rodeaban a la península y que son descritas en los Documentos como una barrera que rodeaba al Edén hasta su acceso. Realmente impresionante.

73:3.5 (823.5) En las montañas que cercaban el Jardín abundaban las piedras preciosas y metales, aunque éstos recibieron muy poca atención. El concepto predominante había de ser la glorificación de la horticultura y la exaltación de la agricultura.

Actualmente en Chipre podemos ver parte del tipo de montañas que rodeaban al Edén y que seguramente se conectaban con Chipre. También civilizaciones posteriores descubrieron las vetas de cobre y piedras preciosas en la Isla. La palabra “cobre” proviene del latín cuprum, vocablo que a su vez deriva de la expresión latina aes cyprium que significa “metal de Chipre”. Es interesante que Platón al hablar de la Atlántida precisamente aludiera a un lugar con metales y piedras preciosas. 



73:3.6 (823.6) El sitio elegido para el Jardín era probablemente el paraje más bello del mundo entero, en su género, y el clima entonces era ideal. En ninguna otra parte existía un lugar que pudiera haberse prestado tan perfectamente para convertirse en tal paraíso de expresión botánica. En este lugar de reunión, se congregaba la crema y nata de la civilización de Urantia. Más allá de sus confines, el mundo estaba sumido en la oscuridad, la ignorancia y el salvajismo. Edén era el único punto risueño en Urantia; era naturalmente un sueño de belleza, y no tardó en convertirse en un poema de exquisita y perfeccionada gloria paisajística.

Aún hasta el día de hoy Chipre tiene un clima excelente, un clima mediterráneo, lo que favorece la agricultura. En verano, la isla está principalmente bajo la influencia de una depresión poco profunda de bajas presiones. Es una estación de altas temperaturas con cielos prácticamente sin nubes. La estación invernal, entre noviembre y mediados de marzo, es templada. Las estaciones primaveral y otoñal son breves.

Los Documentos además señalan que en combinación con las hermosas viviendas ornamentales, existía una reserva biológica con muchas especies. En 2007 los científicos descubrieron en Chipre los huesos de hipopótamos pigmeos, que según los primeros análisis, tienen una edad de entre 11.000 y 13.500 años. "Los cambios en la forma de la mandíbula, la posición de los ojos y de la nariz, la planta de las patas son cambios que manifestaban que andaban más que nadaban", precisó uno de los investigadores. Entre 1987 y 1990, unas excavaciones arqueológicas en la zona de Aetokremmos (sur de Chipre) trajeron a la superficie los restos de 200 hipopótamos y de tres elefantes pigmeos. Claramente lo anterior es una prueba de la gloria botánica y de seres vivientes que habitaban en el Jardín.

La idea que el Jardín hubiese estado "encerrado" en una reserva con protecciones y límites naturales como las montañas que circundaban a la península (la cual tenía una costa litoral bastante alta también), era para proteger de las hordas salvajes y del mundo exterior violento, a la raza violeta que debía multiplicarse pacientemente en su interior. De hecho, hasta la Biblia nos da pistas que indican que el Jardín estaba aislado por límites. Una Obra de consulta religiosa admite:

“Es posible que Edén haya estado rodeado por una barrera natural, quizás de montañas, pues el registro indica que se colocaron querubines tan solo al E. del jardín, por donde habían salido Adán y Eva. (Gé 3:24.)” – Obra Perspicacia

Si Adán y Eva hubiesen sido los únicos habitantes del mundo, no habría tenido un poco de sentido colocar el Jardín dentro de límites que lo protegieran. Además, la referencia bíblica concuerda en que el acceso a la península estaba al Este del Jardín. 

Estaba presupuestado que un millón de Hijos de Adán y Eva de línea pura debían nacer en el Jardín de Edén, para después ser enviados como emisarios y maestros al resto del mundo, y así expandir la genética de los Hijos Materiales. Es interesante como la Isla de Chipre tiene una población de un millón de personas, aunque sin duda el Jardín no proyectaba aglomeraciones humanas, sino bien equilibradas en aquellas tierras perdidas.


Unos 4000 años después del fracaso de la misión adánica, el Jardín de Edén se hundió en el Mar Mediterráneo:


73:7.1 (826.6) Después de que Adán se marchó del primer jardín, éste fue ocupado por variedad de noditas, cutitas y suntitas. Más tarde se convirtió en el lugar de residencia de los noditas del norte que se opusieron a cooperar con los adanitas. Después de marcharse Adán del Jardín, la península estuvo más de cuatro mil años infestada con estos noditas de baja categoría, entonces, se sumergió hasta el fondo oriental del Mar Mediterráneo, llevando consigo bajo las aguas toda la península de Edén; esta acción estuvo relacionada con la actividad violenta de los volcanes circundantes y la sumersión del puente terrestre entre Sicilia y África. Coincidiendo con esta vasta sumersión, se elevó grandemente el litoral del Mediterráneo oriental. Y éste fue el final de la creación natural más bella que jamás haya albergado Urantia. La sumersión no fue repentina, sino que necesitó varios cientos de años para que toda la península se sumergiera completamente.

Los Documentos nos llevan aquí a un punto notable y no menos impresionante que lo anterior.

La figura superior nos muestra la representación de las placas tectónicas que se unen en esta región. Note cómo la línea hacia el este de Chipre marca la convergencia de la placa Anatolia y el Sinaí que son, precisamente, las placas situadas en la zona "a lo largo de la angosta península". Geográficamente, la parte oriental de la cuenca del Mediterráneo es un área activa, tanto en la actualidad como históricamente. Los sismos y erupciones de volcanes son frecuentes.

En el 2006 un artículo en el Diario Geofísico Internacional (GJI) explica algunas de las características fundamentales de esta área, mientras que también reconoce que todavía hay más para aprender.

Como hemos dicho, esta zona marca la convergencia de tres placas tectónicas. Según el artículo del GJI, (2000) presenta en sus mapas dos arcos, uno al norte y el otro al sur de Chipre, lo que sugiere que Chipre “se comporta como un bloque independiente..."

Esta declaración relativa a la conducta independiente de Chipre, junto con el hecho de que Chipre y la zona del Jardín del Edén están separados por la línea de demarcación de la placa Anatolia y placa de Sinaí, presta apoyo al hecho que la topografía entre Chipre y Siria podrían haberse hundido en el Mediterráneo independientemente de la histórica actividad geofísica de Chipre.

El artículo del GJI también afirma que el "Arco Cipriano es objeto de subducción, colisión y continuos procesos tectónicos". De hecho, si observamos el litoral y borde de la costa de Chipre, es como si la zona sumergida (de la placa de Sinaí) se hubiese metido debajo de Chipre (imagina un libro metido bajo otro), rompiéndose, y esto lo observamos con esa costa abrupta y levantada tal como observamos en las fotografías del litoral de Chipre.

A diferencia del lado occidental del arco, donde la placa Nubia principalmente está experimentando un proceso de subducción (empujando bajo la placa de Anatolia), el lado oriental del arco está experimentando una confluencia de diversas fuerzas de placas tectónicas. Con toda probabilidad, estas fuerzas en cierta medida distorsionarían la topografía de la península, ya que se hundió en el Mar Mediterráneo.

La convergencia cerca de la costa es coherente con el Libro de Urantia en la descripción del istmo y concuerda incluso con la teoría de las placas tectónicas, la cual fue desarrollada décadas después de la aparición de los Documentos .