martes, 16 de julio de 2019

El "salto" exponencial - parte I

Esta entrada tratará sobre un interesante tema y tiene que ver con el súbito progreso de la Humanidad. Por ejemplo, los Documentos nos narran que durante 300.000 años la Humanidad estuvo a cargo de la Escuela de Dalamatia. Sin embargo, ¿por qué no existió un súbito avance tecnológico? Posteriormente por unos 200.000 años la Humanidad experimentó aparentemente una situación más o menos parecida ¿Por qué el avance solo ocurre en los últimos 200 años?

Estas inquietudes a los menos tienen dos explicaciones complementarias. La primera es si realmente sabemos todo sobre esos miles de años de lapso de tiempo. ¿Por qué suponemos que vivían en un estado muy primitivo? Y la otra se relaciona con el llamado "salto" exponencial, una consecuencia matemática de la multiplicación al cuadrado asociado a las leyes de la evolución social gracias a la existencia de los "portadores de la antorcha" y una serie de factores que en "masa crítica" propician o no los avances.

Pues bien, entremos en materia:

Tanto los sumerios y los egipcios, como algunos textos de la India, sugieren algunas Eras antiguas en que los dioses reinaron por miles de años. Hasta el autor J.R.R. Tolkien sugirió eras milenarias de civilizaciones antes de la Era Histórica conocida.

Pero, ¿se logró algún avance en la cultura de la Tierra durante los 300.000 años de la cultura de Dalamatia?

Los Documentos nos enseñan sobre los 10 consejos de civilización que existieron durante estas prolongadas épocas.  

Sobre el concilio de alimentación y bienestar material podemos destacar:

66:5.3 (746.1) Se hicieron grandes adelantos en los métodos de almacenamiento de los alimentos. Se conservó la comida mediante la cocción, la deshidratación y la curación con humo; así pues el alimento se convirtió en la primera propiedad. Al hombre se le enseñó a prepararse para los peligros de la escasez que diezmaba el mundo periódicamente.

Sobre la junta de domesticación y utilización de los animales podemos destacar:

66:5.5 (746.3) Se domaron varios tipos de animales útiles, unos ya extintos, otros se perpetuaron como animales domésticos hasta el presente. (…)Los miembros de este cuerpo enseñaron a los hombres a servirse de la rueda para facilitar la tracción.

66:5.6 (746.4) En esta época se utilizaron por primera vez las palomas mensajeras; se las llevaba en los viajes largos, a fin de enviar mensajes o súplicas de socorro. El grupo de Bon consiguió amaestrar a los grandes fándores como aves de transporte.

Estas aves transportadoras llevaban a seres humanos. Durante miles de años los humanos volaron literalmente por los cielos. Esta larga Era perdida y desconocida en la Historia humana solo sobrevivió como narrativas distorsionadas en algunos cuentos de la Tierra. Los más antiguos petroglifos que pueden verse desde el aire en diferentes partes del mundo son obra de la Era de los fándores y las rutas de transporte de éstas aves gigantes.


66:5.9 (746.7) 4. Fad formuló el primer alfabeto e introdujo un sistema de escritura. Este alfabeto contenía veinticinco caracteres. Como material de escritura, estos pueblos primitivos utilizaron la corteza de los árboles, placas de arcilla, láminas de piedra, una forma de pergamino hecho de pellejos amartillados y un tipo tosco de material parecido al papel, extraído de los nidos de las avispas. La biblioteca de Dalamatia, destruida al poco tiempo de la deslealtad de Caligastia, comprendía más de dos millones de constancias separadas y se la llamaba «la casa de Fad».

66:5.11 (747.1) 5. La comisión de industria y comercio. Este consejo se ocupó de fomentar la industria dentro de las tribus y de promover el intercambio comercial entre los distintos grupos pacíficos. Su guía fue Nod. Este cuerpo estimuló toda forma de manufactura. Contribuyeron directamente a la elevación del nivel de vida, proporcionando muchos productos básicos nuevos para atraer a los hombres primitivos. Ampliaron considerablemente el comercio de la sal mejorada, producida por el consejo de las ciencias y artes.

66:5.12 (747.2) El crédito comercial se practicó por vez primera entre estos grupos iluminados que se formaron en las escuelas de Dalamatia.

66:5.17 (747.7) 7. Los guardianes de la salud y la vida. Este consejo se ocupaba de enseñar sanidad y promover medidas primitivas de higiene y Lut lo dirigió.

66:5.23 (748.4) 8. El consejo planetario de las artes y ciencias. Este cuerpo contribuyó mucho a mejorar la técnica industrial del hombre primitivo y a elevar sus conceptos de la belleza. Su dirigente fue Mek.

66:5.24 (748.5) La alfarería avanzó, todas las artes decorativas mejoraron, y los cánones de la belleza humana se realzaron considerablemente. Pero la música progresó muy poco hasta después de la llegada de la raza violeta.


66:5.25 (748.6) Estos hombres primitivos no consintieron en experimentar con la energía del vapor, a pesar de las repetidas exhortaciones de sus maestros; nunca pudieron sobreponerse al gran temor de la potencia explosiva del vapor confinado. A la larga se persuadieron a trabajar los metales y el fuego, aunque, para el hombre primitivo, un pedazo de metal candente era un objeto aterrador.

Así que podemos deducir que la Humanidad vivió una Era modesta, pero avanzada y digna de civilización por muchos milenios:


66:3.3 (743.4) La sede central del Príncipe Planetario en Urantia era característica de las estaciones en esferas jóvenes en desarrollo. El núcleo del asentamiento del Príncipe era una ciudad muy sencilla, pero muy bella, cercada por una muralla de doce metros de alto.

66:3.6 (743.7) La ciudad representaba lo mejor de aquellos días primitivos en material de construcción —el ladrillo. Se utilizó muy poca piedra o madera. Se mejoraron considerablemente la construcción de viviendas y la arquitectura de las aldeas cercanas merced al ejemplo dalamatiano.

Sin embargo, durante 300.000 años éstos logros comenzaron a concretarse de forma estabilizada. Había arte, escritura, construcciones, comercio y manofactura. También un sistema aéreo de transporte que hoy no nos imaginamos.

66:7.1 (750.3) La sede central del Príncipe, aunque de una hermosura primorosa y concebida para infundir temor reverente al hombre primitivo de aquella edad, era en realidad modesta. Los edificios no eran particularmente grandes, pues el motivo de estos maestros importados fue estimular el desarrollo ulterior de la agricultura mediante la introducción de la ganadería.

66:7.2 (750.4) Los interiores del templo central de adoración y las diez mansiones de los consejos de los grupos supervisores de superhombres eran efectivamente hermosas obras de arte. Y aunque los edificios residenciales eran modelos de orden y limpieza, todo era muy sencillo y del todo primitivo en comparación con el desarrollo posterior. En esta sede central de la cultura no se emplearon métodos que no pertenecieran al orden natural de Urantia.

Y a pesar de ésta belleza de civilización establecida durante ésta larga Era desconocida de la Humanidad  durante 300.000 años, sus logros eran muy avanzados si los comparamos con las épocas primitivas anteriores a Dalamatia:

66:5.30 (749.1) Tut y sus asociados se afanaron en promover grupos asociados de carácter pacífico, en reglamentar y humanizar la guerra, en coordinar las relaciones intertribales, y en mejorar los gobiernos tribales. En las cercanías de Dalamatia se desarrolló una cultura más avanzada, y estas mejores relaciones sociales ejercieron una influencia beneficiosa sobre las tribus más remotas. Pero el modelo de civilización que prevalecía en la sede central del Príncipe era muy diferente de la sociedad barbárica que evolucionaba en otras partes; así como la sociedad del siglo veinte de la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en nada se parece a la tosca cultura de los diminutos bosquimanes del norte.

Todos los logros anteriores, se concretaron en éstos 300.000 años. Y la razón sobre porque no existió un avance tecnológico similar al nuestro (logrado en los últimos 200 años) estriba en unas deliberaciones y determinaciones que tomaron los Cien de Caligastia, y a las cuales se apegaron durante este largo periodo:

66:6.1 (749.3) El nivel de cultura de un mundo se mide por el legado social de sus seres nativos, y el grado de expansión cultural depende exclusivamente de la capacidad de sus habitantes para comprender ideas nuevas y avanzadas.

De hecho, en otros Documentos se nos enseña que solo con la sangre adanita de la raza violeta, la civilización está lista para explorar el electrón (que contiene los ultimatones), los cuales generan el salto definitivo. Habían razones "prácticas" para impedir y mantener este nivel de avance, además que las capacidades cerebrales de éstas gentes también tenían un límite de comprensión.

66:6.2 (749.4) La esclavitud a la tradición produce estabilidad y cooperación sentimentalmente vinculando el pasado con el presente; pero, al mismo tiempo, reprime la iniciativa y encadena los poderes creativos de la personalidad. Cuando llegaron los cien de Caligastia y comenzaron a proclamar este nuevo credo de la iniciativa individual dentro de los grupos sociales de aquellos días, todo el mundo participaba en el marasmo de las costumbres apegadas a la tradición. 

Aquí notamos como las antiguas prácticas primitivas y tradiciones también hicieron necesario un lento progreso.

66:6.3 (749.5) Los cien de Caligastia —graduados de los mundos de estancia de Satania— bien conocían las artes y la cultura de Jerusem, pero dichos conocimientos son casi inútiles en un planeta salvaje, poblado por humanos primitivos. Estos seres sabios sabían que no convenía emprender la transformación repentina, o la elevación masiva, de las razas primitivas de aquella época. Bien comprendían la lenta evolución de la especie humana, y prudentemente se abstuvieron de todo intento radical para modificar el modo de vida del hombre en la tierra.

66:6.4 (749.6) Cada una de las diez comisiones planetarias abordó lenta y naturalmente el fomento de los intereses que se les había encomendado. Su plan consistió en atraer a los mejores intelectos de las tribus circundantes y, tras haberles preparado, enviarles de vuelta a su pueblo respectivo como emisarios de la elevación social.

66:6.5 (749.7) Nunca se enviaban emisarios extranjeros a ninguna raza a no ser que el grupo mismo presentara una solicitud específica. Los que trabajaban para la elevación y avance de una tribu o raza determinada eran siempre nativos de esa tribu o raza. Los cien no deseaban imponer hábitos y costumbres a ninguna tribu, ni siquiera los de una raza superior. Siempre gestionaban con paciencia para elevar y hacer avanzar las costumbres sometidas a la prueba del tiempo de cada raza. La gente simple de Urantia trajo consigo sus costumbres sociales a Dalamatia, no para cambiarlas por prácticas mejores y nuevas, sino para hacer que se elevaran por el contacto con una cultura superior y por asociación con intelectos superiores. El proceso fue lento, pero surtió efecto.

66:6.6 (750.1) Los maestros de Dalamatia procuraron agregar la selección social consciente a la selección puramente natural de la evolución biológica. No trastornaron la sociedad humana, pero sí aceleraron marcadamente su evolución natural y normal. Su motivo fue la progesión mediante la evolución y no la revolución mediante la revelación. La raza humana había tardado muchas edades en adquirir la escasa religión y los principios morales que tenía, y estos superhombres bien sabían que no convenía robarle a la humanidad estos pocos avances, porque se produce confusión y consternación cada vez que los seres superiores iluminados emprenden la elevación de las razas atrasadas en forma de excesiva erudición e iluminación

66:6.7 (750.2) Cuando los misioneros cristianos van al corazón de África, donde es costumbre que los hijos permanezcan bajo el control y la dirección de sus padres mientras éstos estén con vida, sólo ocasionan confusión y la desintegración de toda autoridad si, en una sola generación, intentan suplantar esta práctica, enseñando que los hijos han de librarse de toda restricción paterna al cumplir los veintiún años.

Los párrafos anteriores son la explicación del lento proceso del logro admirable de ésta civilización y algunos centros de cultura en el mundo, durante una estabilidad (que hoy nos parece incomprensible de 300.000 años).

El último ejemplo, el del error de los misioneros católicos en África, representa precisamente como al término de los 300.000 años, los Cien de Caligastia echaron al traste todo su progreso admirablemente logrado.

Debemos enfatizar que éstas mentes primitivas eran limitadas (que aún cerebralmente no tenían la capacidad craneal de los anditas) para emprender un veloz progreso de la civilización. Y eso explica que no desarrollaran tecnología avanzada. Usaré un ejemplo, y no quiero por favor que me malinterpreten. Con mucha paciencia y lentitud se pueden enseñar a niños con limitaciones mentales a vestirse, comer, hábitos básicos, etc. Lo que para un niño normal se aprende en 5 años, un niño con capacidades limitadas puede tardar unos 20. Algo así ocurrió con el lento, pero seguro, progreso humano. La infusión de la sangre adanita sin duda cambió las cosas, pero antes de ésto, la hermosa y avanzada civilización dalamatiana (comparada con los pueblos de las cavernas a su alrededor) se hundió en la destrucción por la rebelión planetaria.

La segunda parte tratará sobre ésto, y como debido a esa rebelión, se perdió un gigantesco trozo de la Historia de la Humanidad.