Esto es muy cierto. Los escribas del Génesis hacían enmiendas del Tetragramatón cuando el ángel llamado Jehová hablaba con Abrahán, y pasaron siglos para que Pablo aclarase que la Ley fue dada por medio de ángeles y no por el Ser Supremo. Y cuando Job nos habla de las asambleas celestiales adonde concurría Satanás representando a la Tierra, realmente se refería al Padre de la Constelación y no al Padre Universal.
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Aún existe la reliquia del Dios castigador destruyendo a los inicuos en un súbito acto de cólera que interrumpe la historia del hombre pequeño. Un Dios que usa "fuego y azufre", "temblores" y el "azote". Residuos de antiguas religiones primitivas. Nuestro papel como verdaderos vindicadores de Dios es mostrar el auténtico carácter del Padre Universal a los hombres. Millones de personas aún tienen esas ideas erradas sobre Dios. Las religiones han gastado demasiados recursos dando énfasis en el castigo de Dios como motivador, más que destacar el Amor a Dios por su carácter bondadoso, misericordioso y positivo.
(60.3) 4:5.4 La idea bárbara de apaciguar a un Dios airado, de propiciar a un Señor ofendido, de ganar el favor de la Deidad mediante sacrificios y penitencias e incluso por el derramamiento de sangre, representa una religión completamente pueril y primitiva, una filosofía indigna de una época esclarecida de ciencia y verdad. Tales creencias son absolutamente repulsivas a los seres celestiales y a los mandatarios divinos que sirven y reinan en los universos. Es una afrenta a Dios creer, sostener o enseñar que debe derramarse sangre inocente a fin de ganar su favor o conjurar la ficticia ira divina.
Lo he tratado algunas veces. El concepto de la sangre y muerte de un inocente es netamente pagana y parte de las religiones primitivas. Jesús de Nazaret nos explicó que el amor del Padre universal y el deseo de encontrarlo en una relación filial por la Fe constituye la verdadera salvación.
(60.6) 4:5.7 Pero los habitantes de Urantia han de llegar a liberarse de estos antiguos errores y de estas supersticiones paganas respecto de la naturaleza del Padre Universal. La revelación de la verdad acerca de Dios está comenzando a aparecer, y la raza humana está destinada a conocer al Padre Universal en toda esa belleza de carácter y hermosura de atributos que tan magistralmente describió el Hijo Creador que residió en Urantia como el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios.
El verdadero desafío para los predicadores y maestros del futuro es volver a proclamar al Dios de Amor. Y las ideas de un Dios iracundo, destructor y que necesita el sacrificio deberán ser desterradas de los hombres religiosos. El proceso ya se ha iniciado. Depende de las voluntades de cada uno adelantar esta proclamación en la Tierra.