58:0.1 (664.1) EN TODA Satania existen solamente sesenta y un mundos similares a Urantia, planetas de modificación de la vida. La mayoría de los mundos habitados se pueblan de acuerdo con técnicas establecidas; en tales esferas a los Portadores de Vida se les da poca libertad de acción en planear la implantación de la vida. Sin embargo, aproximadamente un mundo de cada diez se designa como planeta decimal se asigna a un registro especial de los Portadores de Vida; y en tales planetas se nos permite emprender ciertos experimentos de vida para modificar o posiblemente mejorar los tipos comunes de seres vivientes del universo.Esta cita revela que 61 planetas del Sistema son un campo propio de experimentación genética para producir variaciones. Compartimos una suerte semejante especial con los 60 planetas restantes, en un sistema local de 619 mundos. Sin embargo, lo que hacen los Portadores de la Vida beneficia a los mundos de todo el universo local.
65:4.1 (734.5) No olvidéis que se nos asignó Urantia como mundo de vida experimental. En este planeta hicimos nuestro sexagésimo intento de modificar y, de ser posible, mejorar la adaptación sataniana de los proyectos de vida nebadónicos, y consta que logramos numerosas modificaciones beneficiosas de los modelos de vida comunes. Para concretar, en Urantia hemos producido y demostrado de manera satisfactoria no menos de veintiocho características de modificación de la vida que le serán útiles a todo Nebadon en todo lo venidero.
Lo anterior demuestra que lo hecho en Urantia sirve para el resto de seres en el universo. Esto señala que somos muy interesantes para el resto de planetas. Y si hay un parentesco genético en el sistema, más aún debe ser útil nuestro valioso ADN. Así que esto refuerza la teoría planteada en las entradas anteriores. Y creo que estas 28 características nuevas inclusive son necesitadas por el resto de mundos experimentales, además del resto de mundos normales.
Por ejemplo, aquí se dotó a los organismos humanos con un proceso de cicatrización celular diferente y más acelerado:
65:4.4 (735.3) Esta acción y reacción química implicada en sanar la herida y reproducir las células es el resultado de haber optado los Portadores de Vida por una fórmula que engloba más de cien mil fases y características de reacciones químicas y repercusiones biológicas posibles. Sobrepasan medio millón los experimentos específicos realizados por los Portadores de Vida en sus laboratorios antes de acordar en esta fórmula para el experimento de la vida en Urantia.
65:4.5 (735.4) El día que sepan más acerca de estos químicos curativos los científicos de Urantia, llegarán a ser más eficientes en el tratamiento de las lesiones, e indirectamente sabrán más acerca del control de ciertas enfermedades graves.
Curiosamente esto concuerda con algunos informes que indican que algunos extraterrestres son frágiles físicamente y les cuesta cicatrizar sus heridas. Ciertos presuntos testigos del caso Roswell declararon que los grises fallecieron rápidamente y sus heridas no sanaban como las nuestras. También algunos han declarado que ciertos extraterrestres son más sensibles a ser fulminados por microorganismos terrestres, y esa es una de las razones para evitar un contacto más prolongado y masivo con los humanos, etc.
Lo interesante es que el Libro de Urantia insiste en más de una ocasión en que el Progreso científico humano tendrá que ir utilizando esas características implantadas por los Portadores, ya que estos no pueden intervenir ni actuar sobre el libre albedrío de las criaturas inteligentes una vez que estas evolucionan por sí mismas. Esto abre el abanico de posibilidades de que seres materiales en etapas avanzadas y con equipos científicos exploradores, puedan ingresar bajo ciertas restricciones y permisos puntuales, a nuestro planeta experimental.
Justamente el hecho de que Urantia haya sido un campo de prueba, un planeta experimental, posiblemente le otorgue ese estatus de “planeta laboratorio”. Y no sería solo un laboratorio en su etapa inicial, sino que aún mantenemos ese estatus.
Imaginemos el universo material como un campus. En él se encuentra un sector o sala llamado el “laboratorio”. Los profesores (portadores) ya han hecho la clase inicial trabajando en dicho laboratorio. Luego se detienen, y solo supervisan a los que visiten dicha zona. Ahora algunos alumnos necesitan hacer algunos experimentos y evidentemente no lo harán en cualquier sala. No pueden hacerlo en el anfiteatro o en el sector deportivo. Deben hacerlo en el laboratorio.
Cuando se han reportado casos de abducciones, pareciera qué hay prácticamente cero relatos con que los experimentos se hayan hecho en otro planeta. Generalmente el abducido habla de “subir a la nave” o describe un paseo no más allá de la atmósfera terrestre. Próspera Muñoz señala que no la sacaron de la Tierra. Solo fue en la nave. Otros narran algo más o menos parecido. Y me refiero a los casos de encuentros en qué hay experimentos o sustracción de muestras genéticas. No a otros casos más alucinantes.
Es como si las civilizaciones que han obtenido el permiso tengan que precisamente utilizar al planeta “laboratorio” para hacer uso de su farmacia genética. Solo hay 61 planetas en nuestro sistema que podrían ser usados de campo de prueba. Es cierto que los Portadores trabajaron aquí inicialmente, y ya no pueden modificarnos, pero bien siguen presentes como observadores de nuestra evolución, y posiblemente como vigilantes y supervisores, si les otorgan permiso a otras civilizaciones para ingresar a este mundo laboratorio.
Evidentemente los seres que entran al laboratorio urantiano, lo hacen con credenciales y permisos. Posiblemente hay urgencias genéticas en sus mundos, problemas reproductivos, o de daños en ciertas líneas genéticas (entrada pasada), y solo estos planetas decimales pueden salvarles. De ahí la importancia de estos mundos no solo para proyectar vida en futuras esferas, sino para ayudar a otros ya anteriores. De lo contrario la frase “le serán útiles a todo Nebadon en todo lo venidero” no tendría sentido.
Una entrada final ahondará en que el Libro deja entrever una organización entre los mundos habitados.
