Debemos comprender la verdadera dimensión de las declaraciones sobre el "cielo", la "realidad" y nuestra perspectiva eterna en el propósito de Dios. No podemos seguir manteniendo una cosmología medieval. La religión aspira a etiquetar con nombres realidades que no deben fosilizarse con la terminología de esas palabras. El salto para abrir nuestra mente y corazón tiene que ver con ampliar nuestro espíritu.
Así, asuntos relativos a la esperanza de los cristianos, la gran muchedumbre, la vida eterna, los 144.000 y otros asuntos como la resurrección adquieren un especial significado para nosotros.