martes, 3 de abril de 2012

Preguntas de los lectores

Interesante entrada. De verdad que se abren los ojos ante tanta evidencia. Pero esto crea otras preguntas, que espero tú ayudes a despejar, como por ejemplo, ¿qué sucederá después de Armagedon? ¿Los justos que salen de la gran tribulación -segun el libro de Revelación- vivirán aqui en la Tierra, o serán llevados a otro de estos mundos? ¿Veremos a nuestros seres queridos que han muerto? ¿Cuándo los veremos? De verdad apreciaria mucho si consideras dar respuesta a estas preguntas.

Estaba pensando que podrías ayudar a responder estas interrogantes en orden cronológico, pues para entender bien en qué orden van los asuntos, te doy un ejemplo: segun la WT el orden sería este:
1. Tribulacion, los justos sobreviven.
2. Armagedon, Satanas es encarcelado y los inicuos destruidos.
3. Empieza el milenio y la humanidad poco a poco empieza a reconstruir el paraiso.
4. Los muertos resucitan.
5. Al final de los mil años el diablo es soltado, muchos le siguen, pero esta vez son destruidos eternamente.
6. Vida eterna para los fieles aqui en la Tierra.

¿De verdad, como alguien sincero en busca de la verdad, me gustaria que respondieras mis preguntas en orden cronológico para que pueda entender bien como van las cosas.
Sé y estoy consciente que puede ser totalmente diferente el destino que nos espera al que se nos ha enseñado desde hace muchos años.

Gracias de antemano

Luis.

Respuesta:

Cómo he señalado antes, soy optimista con respecto al género humano. Sabemos que Jesús vino a rescatar a un mundo perdido y no vino a condenarlo.
  
"Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él".

 Su actitud hacia los perdidos de su época demuestra que su mensaje esencialmente es positivo. De reconciliación y transformación. En ese sentido él es un Rescatador y un Salvador.  En su época quiénes esperaban que él tomara la vara y expulsara a los romanos al mar estaban muy equivocados. Las profecías quedaron "archivadas" para un tiempo indefinido. Así ocurrió con Jonás y Nínive:

"Finalmente Jonás comenzó a entrar en la ciudad por distancia de un día de camino, y siguió proclamando y diciendo: “Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada”.

Pero ocurrió un cambio positivo y esperanzador:

"Y los hombres de Nínive empezaron a poner fe en Dios, y procedieron a proclamar un ayuno y a ponerse saco, desde el mayor de ellos aun hasta el menor de ellos".

 "Y el Dios [verdadero] llegó a ver las obras de ellos, que se habían vuelto de su mal camino; y por eso el Dios [verdadero] sintió pesar en cuanto a la calamidad de que había hablado que les causaría; y no [la] causó".

Incluso en casos en que una cantidad enorme de personas practiquen el mal y exista cierta proporción muy inferior de justos, las Jerarquías Celestiales pueden optar por la no destrucción:


"Por fin dijo: “Que Jehová, por favor, no se enardezca de cólera, sino que se me permita hablar esta sola vez: Supongamos que se hallen allí diez”. A su vez, él dijo: “No la arruinaré por causa de los diez”.


Solo si la proporción de habitantes inicuos fuera tan numerosa como para poner en peligro la vida espiritual e integridad de todos los siervos de Dios, ésto provocaría una intervención.

Aún en el caso de Sodoma y Gomorra, si solo hubiesen existido 10 justos en medio de miles de inicuos, no habría justificado la intervención superior.

Hoy la humanidad se encuentra perdida, es ignorante, necia y carece de hábitos buenos. Pero muy pocas personas son esencialmente inicuas. Éstas razones y no una cuenta cronológica han sido los factores que hacen que Dios y sus representantes no intervengan en la Tierra. Cómo hemos visto, incluso en casos directos en que se pudo haber traído un Juicio, el Arrepentimiento (y no un Reloj Implacable de Dios) fué el factor principal que evitó, retrasó o causó el juicio sobre una Sociedad.

Dios no es una entidad impersonal atada de forma mecanicista a ciertas reglas. Él no es una computadora cósmica carente de personalidad que aplica la matemática implacable  o hace transacciones frías. Esa visión de Dios es totalmente falsa y limitada. Ante todo él es una Persona. Es la Persona Principal con su propia Personalidad, con Libre Albedrío Supremo y la fuente principal de todas las personalidades.

Cada cuál debería preguntarse si es debido a escapar de las dificultades diarias que desea que venga un alivio, o si desea realmente que exista un cambio favorable en  todas las personas. El cristianismo verdadero no implica una escapatoria de las responsabilidades de la vida. Tampoco significa ver maldad por todas partes ni provoca gente amargada en constante lucha negativa contra todo el mundo. Al contrario, la religión de Jesús absorve las inquietudes e ilumina el día a día y permite vivir en paz y con propósito AHORA.

Ese es el gran error de las religiones organizadas. Promueven una evasión negativa de la lucha de la vida, evitando hacer cambios positivos ahora, creyendo en un hipotético futuro mejor. Para muchos religiosos (incluyendo a los testigos), muchas de sus dificultades son obra de Satanás, de la gente mundana y pecadora, y solo hay que esperar cruzado de brazos para que pronto venga un alivio. Esta es una visión amargada y depresiva de la vida. No realza la vida, no la ennoblece y es puramente negativista. Así las personas evaden su responsabilidad actual de contribuir de forma práctica a mejorar la condición de su prójimo.

Así por lo general escucharán que es más importante distribuir folletos, que aliviar a un enfermo o visitarlo en su hospital. Pero ellos olvidan que Jesús dejó un espacio importante en su ministerio para también ayudar a su prójimo de forma práctica en ese momento, obrando lo que era correcto en ese ahora.

Así, hay precursores que han vivido en base a pan y agua durante largas décadas, se han privado de  la realización aceptable de tener una familia, han descuidado sus hogares, mientras que las Corporaciones religiosas no le hacen asco al acumular tesoros en la Tierra.

Jesús no vino a enseñar un Juicio y Anquilación del mundo. El amaba tanto a la humanidad que entregó su vida por esa causa. El Amor es la respuesta. Los seres humanos son amigables, tienen una fracción del Padre Universal dormida en sus corazones. Tras una apariencia dura o pecadora, se esconde un ser humano que solo busca el amor.  El Evangelio verdadero consiste en despertar lo que se encuentra dormido en el corazón humano:

 “Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos por lo tanto embajadores sustituyendo por Cristo, como si Dios estuviera haciendo súplica por medio de nosotros. Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’ Al que no conoció pecado él lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios por medio de él.”