viernes, 6 de diciembre de 2013

El propósito eterno para el hombre - parte 6


El comentario de Ray Franz

En cuanto a la esperanza de vida en la tierra, no creo que en la Escrituras haya evidencia clara y definitiva, ni tan siquiera cuando se presenta argumentación en la que se usan ciertos textos aislados. No discuto que esa pueda ser la esperanza de alguien, sino que el énfasis se ponga más en lo simple del tipo de esperanza que en el hecho de que Dios sí hable con suficiente claridad acerca de promesas que fortalecen.

Asumir, por ejemplo, que los dos primeros capítulos del Génesis contienen la revelación completa del propósito eterno de Dios para la humanidad o del universo físico, como si eso estuviera eternamente fijado por Dios sin posibilidad de una revelación posterior que amplíe el cuadro y el alcance de Su propósito y que haga evidente ciertos aspectos desconocidos que no se indicaron previamente, es sin duda injustificado. Dios indicó a la primera pareja humana cuál sería su destino si desobedecían. No trató su futuro eterno si obedecían. Pasa con demasiada frecuencia que el razonamiento deductivo puede quedar influenciado por ideas subjetivas o suposiciones. En lugar de eso, más bien que asignar una limitación deductiva a Dios y a su propósito, parece que sería más respetuoso y razonable ver estos capítulos como una representación de la expresión de Su voluntad y propósito en aquel momento de la historia del hombre y para las circunstancias que existína entonces.
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Por ejemplo, Jesús enseñó muchas cosas nuevas a la gente para corregir las tendencias judías existentes, pero aún así, muchas de las cosas que dijo en relación a la ley, la base para la salvación, la unidad entre el judío y el gentil, el lugar y el modo de su futuro reino y muchísimas cosas más, a menudo se expresaron originalmente de un modo muy breve; con frecuencia se indica poco más que un principio básico y muy poco elaborado. Sin embargo, las implicaciones de eso fueron tremendas cuando después de su muerte y gracias a los subsiguientes escritos apostólicos, sus discípulos pudieron llegar a percibir y entender las cosas con más claridad.
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En lugar de cimentar nuestro entendimiento y esperanza en la suposición de que los dos primeros capítulos del Génesis de algún modo son definitivos en cuanto a Dios y el destino humano, deberíamos permitir que otros textos equilibraran y moderaran nuestro pensar, como es el caso de las palabras de Pablo en Efesios 1:3-6 y 3:6-12, donde él relaciona libremente el "propósito eterno" de Dios con las buenas nuevas que resultan del sacrificio, muerte y resurrección de Cristo, y cómo se extienden sus promesas a los que forman el "cuerpo de Cristo." No creo que en este asunto podamos pretender conocer de manera plena la mente de Dios y de un modo dogmático, como parece que hacen las publicaciones de la Watch Tower.

En cuanto a la tierra misma, algunos citan ciertos textos bíblicos para indicar su posible desaparición, como por ejemplo:
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Los cielos y la tierra pasarán.—Mat. 24:35.
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Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo." Al decir "una vez más", se entiende que se quitarán las cosas creadas, lo que puede ser movido.-Heb. 12:26, 27.

Tú, oh Señor, afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces para siempre. Todo ello se gastará como la ropa.-Heb. 1:10, 11.

La tierra y todo lo que hay en ella se quemará.-2ª Pedro 3:10.

Sin embargo, esos textos o sus contextos son generalmente de una naturaleza que pone en cuestión su literalidad. Las Escrituras Hebreas están repletas de ejemplos que usan formas poéticas, expresiones figurativas como "ríos que aplauden", campos que se "regocijan", o la tierra "en duelo se ha desvanecido", etc. Y con frecuencia, los textos que se usan en las Escrituras cristianas con respecto al futuro de la tierra son de una naturaleza similar. (Salmo 98:7,8; Isaías 24:4) De todos modos, no veo que el asunto esté tan claramente detallado como para tener que ser muy específico sobre ello.
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A veces se hace referencia a declaración de Jesús acerca de Juan el Bautista en Mateo 11:11. Fue hecha en un tiempo en el que Juan todavía estaba vivo y evidentemente en relación a su vida humana y derrotero, y lo que fue como hombre. Ningún humano, sin importar cuán grande sea, es igual a los que componen el reino celestial de Cristo, ya que poseen la semejanza de su Cabeza regente. Pero la inferioridad comparativa del caminar humano y terrestre de Juan, ciertamente no impediría que él pudiese llegar a ser uno de los que componen ese reino celestial. De modo que como muestra el contexto, parece ser que Jesús estaba realmente centrándose en un aspecto diferente del asunto y que tenía que ver con los profetas. Incluso la obra de Juan de preparar el camino para Cristo no puede compararse con el privilegio de haberle aceptado poniendo fe en él y dando testimonio acerca de su muerte y resurrección como Redentor, etc. La interpretación de la Watchtower está fuertemente condicionada por razonamiento circular y es simplista, ya que esencialmente ignora el contexto y la realidad de las circunstancias existentes entonces.
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Revelación 5:10 y su aplicación incluso en el primer siglo, se considera en las páginas 544 a 548 del libro Christian Freedom (Libertad Cristiana). Sea que los mil años de Revelación 20 sean literales o simbólicos, o sea cual sea el significado de 2ª Pedro 3:13 cuando habla acerca de una "nueva tierra", la validez de los puntos citados allí no varía. Obviamente, Revelación es un libro repleto de símbolos y expresiones de imaginería simbólica. Cualquier parte de ese libro debería entenderse solo a la luz de otras declaraciones claras y llanas que aparecen en el resto de las Escrituras cristianas, y lo simbólico debería siempre basarse o conformarse a lo literal, y no al contrario. En cuanto a 2ª de Pedro 3, podríamos preguntarnos si sería razonable centrarnos solo en la referencia a la "nueva tierra" y despreciar el resto de referencias del contexto acerca de la disolución de la tierra y de sus elementos así como a la disolución de los cielos. ¿Aplicamos partes como figurativas (por ejemplo, versículos 7 y 10) y otras partes como literales? ¿cómo lo podríamos hacer? ¿Señala el texto a la remoción del planeta presente y su sustitución por otro? Si fuera así, ¿cómo pueden las personas esperar sobrevivir y permanecer todavía en un planeta destruido? Estas preguntas simplemente muestran la razón de por qué creo que hay que ser precavidos y cuán poco sabio es tomar uno o dos textos - textos que emplean imagenes simbólicas- y usarlos como si fueran textos clave a partir de los cuales deberían entenderse todos los demás. Creo que una persona siempre se encarará a dificultad y quizá a considerable ansiedad a no ser que se centre en los hechos bien fundados de las buenas nuevas y deje que otros detalles no tan seguros ocupen un lugar menor en importancia. Como vierte Filipenses 1:9, 10 la New English Bible:
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Y esta es mi oración, que su amor crezca más y más en conocimiento y perspicacia de toda clase, y pueda así traerles el don de la verdadera discriminación (Nota al pie: que puedan aprender por la experiencia qué cosas son todavía las de más valor).
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La Traducción del Nuevo Mundo ajusta las palabras de Hebreos 11:16 para adaptarlas a las enseñanzas de la Watchtower, pero como puede leerse en la mayoría de las traducciones, el griego mismo simplemente dice, "ellos desean un lugar mejor, es decir, celestial."
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Para concluir diré, que no veo que todo este asunto esté tan detallado como para ser muy específico. Me resulta difícil pensar que este planeta terrestre deba ser removido de la existencia, pues fue el escenario donde ha tenido lugar todo el drama de la creación y la caída de la humanidad; donde hombres y mujeres han vivido vidas de fe y coraje a los largo de los siglos, y sobre todo, donde tuvo lugar el supremo acto de amor representado por la vida y muerte de Cristo. Pero eso, en el fondo, no es más que mi propio razonamiento humano.
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Mi consejo por tanto, para quienes sacan a colación la cuestión de la vida eterna en la tierra y el sistema de las "dos clases" de cristianos, es que simplemente lean las Escrituras cristianas con mente abierta, intentando que las suposiciones no influyan en su entendimiento -algo a menudo más fácil de decir que de hacer- y que lo que lean gobierne su entendimiento. Yo no tengo interés en discutir con ellos para que prevalezca un punto de vista sobre otro.

En cuanto al otro lado de la cuestión, las muchas expresiones que aparecen en los escritos apostólicos acerca de la esperanza cristiana de estar con Cristo, tener una resurrección como la de él, sentarse con él en su trono en la presencia de su Padre, parece que daría razón sólida para creer en una existencia celestial futura, a menos, por supuesto, que se creyera que Cristo ha de volver a la vida en la tierra, como creen algunas religiones. En Juan 14:1-4 se citan las palabras de Jesús a sus discípulos: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas... Y si voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os llevaré conmigo, para que donde yo esté, podáis estar vosotros también." Si él fuera a estar en la tierra y sus discípulos también, no tendría necesidad de irse para preparar un lugar para ellos. (También Juan 16:5; 17:5, 11, 24; 1 Corintios 15:42-54; 2 Corintios 5:1-10; Filipenses 1:21-23; Colosenses 3:1-4; 1 Tesalonicenses 4:13-17; Revelacion 3:21). O los argumentos y expresiones que favorecen la vida en la tierra se entienden de un modo diferente al que parece, o se requiere dos esperanzas para los cristianos, en lugar de "una esperanza" como indica Pablo.-Efesios 4:4. - Raymond Franz
 
Nota: Ray Franz fue miembro del cuerpo gobernante de los testigos de Jehová y parte del comité de redacción de publicaciones como "Ayuda para entender el Biblia" y varios artículos de estudio de la Atalaya.