domingo, 1 de diciembre de 2013

ISON: Volver a la superstición primitiva


"Sin embargo, cuando ustedes no conocían a Dios, entonces servían como esclavos a los que por naturaleza no son dioses. Pero ahora que han llegado a conocer a Dios, o, más bien, ahora que han llegado a ser conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a las débiles y miserables cosas elementales y quieren servirles como esclavos otra vez? Están observando escrupulosamente días y meses y sazones y años. Temo por ustedes, que de algún modo me haya afanado en vano respecto a ustedes". - Gálatas 4:8-11

Pablo amonesta a los cristianos que tenían una tendencia a volver al primitivismo supersticioso que esclaviza. Algunos estaban atrapados en la observancia de cosas externas, signos externos como "días, meses y sazones (tiempos señalados) y años". Pablo considera como inútiles estos asuntos.

Actualmente millones han estado expectantes de un nuevo cometa llamado ISON. Ya olvidaron al ELENIN del año pasado. Varios aseguran que ISON traerá una gran señal celestial que augura la venida del mismo Jesucristo y el fin apocalíptico de todos los tiempos.

Pero la fascinación por los cometas y su asociación con eventos especiales es tan antigua como la humanidad y está basada únicamente en la superstición primitiva.

(967.3) 88:1.1 El hombre primitivo siempre quería transformar todo suceso extraordinario en un fetiche; el azar dio, por consiguiente, origen a muchos fetiches. Un hombre está enfermo, sucede algo, y se mejora. Lo mismo ocurre con la reputación de muchos remedios y métodos empíricos de tratar las enfermedades. Los objetos que aparecían en los sueños muy frecuentemente eran convertidos en fetiches. Los volcanes, aunque no las montañas, se volvieron fetiches; los cometas, pero no las estrellas. El hombre primitivo consideraba las estrellas fugaces y los meteoros como presagios de la llegada a la tierra de espíritus especiales. -L.U

Los chinos, los griegos y romanos creían que los cometas anunciaban presagios de mala suerte para los reyes y el imperio de turno. La llegada de un espíritu especial evolucionó a la llegada de un mal especial. En tiempos medievales, continuó el miedo a los cometas que siguieron anunciando muertes de reyes, llegándose incluso a crear cometas imaginarios para justificarlas. Uno de ellos fue el del año 814 -inexistente- que se dijo anunció la muerte de Carlomagno. El retorno del Halley en el año 837, anunció la muerte del rey Luis I de Francia, eso sí lo hizo con tres años de anticipación pues el monarca murió en el año 840.  Y de alguna forma hasta hoy, ésta creencia (que roza con la astrología) influye en muchas personas. Es sorprendente que hasta el día de hoy muchos relacionen a ISON con un evento profético.

El cerebro humano parece estar dominado por una zona que es susceptible a lo mágico y sobrenatural, o aquello que rompa el esquema tradicional como un eclipse, cometa u evento natural poco frecuente como un terremoto (que pueda "anunciar" un cambio). A pesar de haber sido explicados científicamente los fenómenos celestiales y terrestres,  impresionan el lado ancestral primitivo del hombre, y su mente quiere ver en ellos una señal de los tiempos. Aunque esto directamente no es dañino, a la larga es lamentable ya que provoca un retraso en nuestra madurez individual y colectiva.

(972.7) 88:6.7 Pero si los métodos modernos de educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la mente de muchos pueblos así llamados civilizados.

(973.1) 88:6.8 La magia antigua fue el capullo de la ciencia moderna, indispensable en su tiempo pero ya no útil. Hoy en día, Urantia está en los albores de su evolución intelectual. Una mitad del mundo busca ansiosamente la luz de la verdad y los hechos del descubrimiento científico, mientras que la otra mitad languidece en los brazos de la superstición antigua y de la magia sólo ligeramente disfrazada.