(888.9) 79:8.16 Así pues la antigua civilización
de la raza amarilla ha perdurado a través de los siglos. Han transcurrido casi
cuarenta mil años desde que se produjeron los primeros avances importantes en
la cultura china. A pesar de los muchos retrocesos, la civilización de los
hijos de Han sigue siendo la que más se acerca a un cuadro de progreso continuo
e ininterrumpido que llega directamente hasta el siglo veinte. Los desarrollos
religiosos y mecánicos de las razas blancas han sido de alto orden, pero no han
superado nunca a los chinos en lealtad familiar, ética de grupo o moralidad
personal.
(888.10) 79:8.17 Esta antigua cultura ha
contribuido mucho a la felicidad humana; millones de seres humanos han vivido y
muerto, bendecidos por sus logros. Durante siglos esta gran civilización ha
descansado sobre los laureles del pasado, pero ya está volviendo a despertar
para visualizar otra vez los trascendentales objetivos de la existencia mortal,
enfrentando nuevamente la infatigable lucha por el progreso sin fin.
En los años treinta los Reveladores "profeticamente" nos comentan que China despertaría como una civilización de logro mundial. La declaración es interesante porque la China de los años treinta dista mucho de la China actual. Parecen palabras "proféticas" certeras.
(886.1) 79:6.13 De no
haber sido por las barreras montañosas y la posterior decadencia de la cultura
espiritual, la raza amarilla indudablemente habría atraído la mayor parte de la
migración andita desde el Turquestán e indudablemente podría haber dominado
rápidamente la civilización mundial.
Pero parece ser que el destino nuevamente pondrá a China en esa situación y las barreras montañosas ya no serán impedimento para su despertar global.