La religión de Jesús. Citas del Libro de Urantia:
(2062.11) 194:3.2 Muchas cosas que suceden en el transcurso de una vida humana son duras de comprender, difíciles de conciliar con la idea de que éste es un universo en el que prevalece la verdad y triunfa la rectitud. Muy a menudo se tiene la impresión de que prevalece la calumnia, la mentira, la deshonestidad y la falta de rectitud — el pecado. Después de todo, ¿triunfa la fe sobre el mal, el pecado y la iniquidad? Sí que triunfa. La vida y la muerte de Jesús son la prueba eterna de que la verdad de la bondad y la fe de la criatura conducida por el espíritu serán siempre justificadas. Se mofaron de Jesús en la cruz, diciendo: «Veamos si Dios viene a liberarlo.» El día de la crucifixión pareció sombrío, pero la mañana de la resurrección fue gloriosamente brillante, y el día de Pentecostés fue aun más radiante y gozoso. Las religiones de desesperación pesimista tratan de liberarse de las cargas de la vida; anhelan la extinción en un sueño y un reposo sin fin. Son las religiones del miedo y del temor primitivos. La religión de Jesús es un nuevo evangelio de fe que se ha de proclamar a una humanidad que lucha. Esta nueva religión está fundada en la fe, la esperanza y el amor.
(2063.1) 194:3.3 La vida mortal le había asestado a Jesús sus golpes más duros, más crueles y más amargos; y este hombre se había enfrentado a estas situaciones desesperantes con fe, coraje y la férrea determinación de hacer la voluntad de su Padre. Jesús afrontó la vida en toda su terrible realidad, y la venció — incluso en la muerte. No utilizó la religión para liberarse de la vida. La religión de Jesús no intenta eludir esta vida para disfrutar de la felicidad que espera en otra existencia. La religión de Jesús proporciona la alegría y la paz de una nueva existencia espiritual para realzar y ennoblecer la vida que los hombres viven ahora en la carne.
(2063.2) 194:3.4 Si la religión es un opio para el pueblo, no es la religión de Jesús. En la cruz, se negó a beber la droga adormecedora, y su espíritu, derramado sobre todo el género humano, es una poderosa influencia mundial que conduce al hombre hacia arriba y lo impulsa hacia adelante. El impulso espiritual hacia adelante es la fuerza motriz más poderosa que existe en este mundo; el creyente que aprende la verdad es la única alma progresiva y dinámica de la Tierra.