“Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada,
¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la
calle y la gente la pisotea.” - Mateo 5:13
En estas palabras Jesús señala la gran misión para sus creyentes
auténticos. El gran mensaje no es condenar al mundo ni adoptar medidas pasivas
o limitarse a una actividad espiritual formal mecánica, que finalmente es
aislacionista pese a predicar lo contrario.
El verdadero evangelio consiste en vivir vidas inspiradoras para
los demás hombres que los motiven al bien y se forma una sinergía de
amor, como una palanca de sal para hacer grandes cambios en la humanidad.
Los atributos de la sal: La sal es principalmente un Preservante. Previene
la corrupción. Es un Buen antiséptico. Ahuyenta los microbios.
Resalta el sabor. La Sal es una fuerza positiva para transformar el mundo.
La religión verdadera no vuelve al hombre un individuo pasivo e inoperante
ante el mundo. Es tremendamente activa y poderosa.
¿Ha dejado de estar salada nuestra sal? ¿Ha perdido su fuerza? Las religiones de la mente se hacen a un lado de los desafíos humanos, del privilegio de ser la sal de la Tierra. La pasividad, la falta de acción para ayudar y salinizar nuestro entorno y a la humanidad, ha sido nefasto. Debemos volvernos participantes activos para ser la sal del mundo.
Debemos aprender a conocernos a nosotros mismos para poder ejercer el
autodominio que nos ayudará a ser ciudadanos preocupados por el medio ambiente
y por todo lo que ocurre en nuestro planeta, porque “el creyente no puede ser insensible al sufrimiento social,
ni permanecer indiferente a la injusticia social, ni tampoco está aislado del
pensamiento económico”-1088
El mundo sería muy diferente si los cristianos fuésemos lo que Jesús nos
pide porque “como hombres mortales y materiales,
sois en verdad los ciudadanos de los reinos terrestres, y deberíais ser buenos
ciudadanos, mucho mejores, por haberos convertido en los hijos renacidos del
espíritu del reino celestial. Como hijos iluminados por la fe y liberados por
el espíritu del reino de los cielos, os enfrentáis con la doble
responsabilidad, del deber hacia los hombres y del deber hacia Dios, mientras
que asumís voluntariamente una tercera obligación sagrada: el servicio a la
fraternidad de los creyentes que conocen a Dios.”-1930
Y para que cumplamos esta
petición “no basta que no hagamos el mal, debemos
aprender a hacer el bien”- 1736 y para ello el vivir en comunidad
es indispensable si queremos ser realmente espirituales, porque la
espiritualidad no florece en la soledad, porque “el
aislamiento tiende a agotar la carga de energía del alma. La asociación con los
semejantes es esencial para mantener el entusiasmo por la vida, e indispensable
para alimentar la valentía necesaria en las batallas inherentes a la ascensión
a los niveles más altos del vivir humano” -1776. Es muy
fácil el ser pacientes y tolerantes cuando nadie nos contradice, pero otra cosa
es estar donde la vida se manifiesta y las pasiones afloran.
La verdadera
individualidad, nos debería transformar en personas nuevas, capaces de unificar
nuestros yoes, con la ayuda de nuestro guía interior, porque es “necesario establecer buenos cimientos para el crecimiento
de un carácter noble con dotes espirituales, pues para dar frutos espirituales,
debéis haber nacido del espíritu”- 1738
Como podemos ver la
espiritualidad no es algo etéreo, Jesús nos advirtió que no fuésemos “místicos pasivos ni ascetas insulsos”- 1931 él
nos quiere buenos ciudadanos, cuidando con esmero las riquezas no
renovables, haciendo todo lo posible por purificar el aire del planeta, y
ayudar al prójimo de forma activa en todas las áreas y comunidades en dónde
puedas colaborar. Los problemas tienen que ver con nuestras acciones y
pensamientos negativos porque ellos también son energía, pero destructiva.
Esforcémonos para “que toda la humanidad se beneficie del desbordamiento de
nuestro afectuoso ministerio espiritual, de nuestra comunión intelectual
iluminadora, y de nuestro servicio social edificante. Estos grandes servicios
son los productos sociales secundarios de los ministerios y transformaciones
aun más grandes y sublimes, forjadas en el corazón del creyente, en el reino
por el Espíritu viviente de la Verdad y por la comprensión personal de que la
fe de un hombre nacido del espíritu, confiere la seguridad de una comunión
viviente con el Dios eterno. Siempre podemos empeñarnos por persuadir la mente
de los hombres, pero no debéis atreveros nunca a forzarlos. No debéis olvidar la
gran ley de la equidad humana que os he enseñado de manera positiva: Todo
aquello que queréis que los hombres hagan por vosotros, hacedlo por
ellos.”-1930
La religión verdadera
exclusivamente es una cuestión íntima y personal, y no es una cuestión política
ni social. Y ninguna religión organizada debe mezclarse con esos procesos. Sin
embargo, los frutos espirituales
que provoca afectan a todos los individuos, al mismo mundo, y los
hombres pueden sentirse inspirados para dar gloria a Dios, incluso los políticos,
tal como lo logró Daniel el profeta. En el área de esfera de actividad, las
acciones inspiradas por una buena comunión con Dios, afectan sin duda de forma
secundaria al mundo. Te transformas en
la sal del mundo.
Muchos religiosos son
indiferentes a las mejoras sociales, pero cínicamente se benefician de éstas.
La misma Biblia nos anima a ser buenos ciudadanos, y estar implicados en buenas
acciones comunitarias.
Nuestra religión interior
puede contagiar a los políticos, a los hombres de negocios, y a todos los
hombres, para que esas semillas broten en sus vidas y promuevan los mecanismos
materiales para el logro de una plataforma adecuada que permita la fraternidad
entre los hombres.
Si puedes participar en
grupos ecológicos, en programas comunitarios para tu barrio, en hacer visitas a
asilos de ancianos, u hospitales, si logras inspirar y motivar a que los hombres
políticos se vuelvan más éticos y mejores, si colaboras con los maestros de la
escuela de tus hijos, si deseas hacer miles de cosas positivas y más aún tienes
conciencia interior de la gran verdad, hallarás que hay un campo fértil inmenso
para sembrar el bien y las enseñanzas de Jesús. Te darás cuenta que los hombres
tienen el gran potencial de la bondad y la hermandad.
Resumen
Los creyentes renacidos del Espíritu como grupo no deben integrarse en movimientos políticos o sociales del mundo, pero como individuos perfectamente pueden ser inspiradores de los hombres en la política y social. De esta forma se vuelven una forma preservante de "sal" de los más altos valores y significados en la Humanidad.