No quiero emitir juicios sobre algunos grupos de
lectores de L.U en Norteamérica que han intentado asociar el eclipse del 21 de
Agosto como un "signo de los tiempos", haciendo festivales y una alusión
convenientemente a los Evangelios (cuando sabemos que Jesús no hizo mención a
la fenómenos celestes incluidos en los mismos).
La razón del 21 de agosto, es que es el día en que
realmente nació Jesús, tal como lo informa la revelación de Urantia, y
precisamente un eclipse total de Sol cubrirá los territorios de Estados Unidos,
lugar donde fue otorgada la revelación epocal, y donde según algunos, está
estacionado el "gobierno planetario seráfico" en algún bosque de
Secuoyas.
Esta tendencia a hacer "sincretismos" no es
nueva. Ya para el mismo nacimiento de Jesús en ese 21 de agosto de hace casi
dos mil años, los seres humanos posteriormente "pegaron" dicho
nacimiento con el asunto de la llamada Estrella de Belén:
122:8.7 (1352.3) Ninguna estrella guió a estos hombres
sabios a Belén. La hermosa leyenda de la estrella de Belén se originó de esta
manera: Jesús nació al mediodía del 21 de agosto del año 7 a. de J.C. El 29 de
mayo del año 7 a. de J.C. hubo una extraordinaria conjunción de Júpiter y
Saturno en la constelación de Piscis. Y es un hecho astronómico notable el que
conjunciones similares ocurrieran el 29 de septiembre y el 5 de diciembre del
mismo año. Sobre la base de estos acontecimientos extraordinarios, pero
totalmente naturales, los creyentes bien intencionados de las generaciones
sucesivas construyeron la atractiva leyenda de la estrella de Belén y de los
Reyes Magos adoradores conducidos por la estrella al pesebre para contemplar y
adorar al recién nacido. La mente oriental y del cercano Oriente se deleita en
las fábulas, e inventa constantemente bellos mitos sobre la vida de sus
dirigentes religiosos y de sus héroes políticos. En la ausencia de la imprenta,
cuando la mayor parte del conocimiento humano se trasmitía oralmente de una
generación a la otra, era muy fácil que los mitos se tornaran tradiciones y que
las tradiciones finalmente se aceptaran como hechos.
¿Por qué algunos lectores de L.U insisten en pervertir
las enseñanzas de los Documentos y hacer sincretismos con cultos New Age,
Fundamentalismos Bíblicos, etc? Jesús los reprendería tal como lo hizo con los
apóstoles cuando estos intentaban constantemente "mezclar el vino nuevo en
odres viejos".
150:3.2 (1680.4) Tarde esa noche Jesús pronunció ante
el grupo reunido un memorable discurso sobre «La magia y la superstición». En
aquellos días, la aparición de una estrella brillante y supuestamente nueva era
considerada un signo del nacimiento de un gran hombre en la tierra. Como se
había observado recientemente una estrella semejante, Andrés preguntó a Jesús si
estas creencias tenían fundamento. En la larga respuesta a la pregunta de
Andrés, el Maestro habló en forma extensa sobre el tema de la superstición
humana. La declaración de Jesús en esa ocasión puede ser resumida en fraseología
moderna como sigue:
150:3.3 (1680.5) 1. El curso de las estrellas en los
cielos nada tiene que ver con los acontecimientos de la vida humana en la
tierra. La astronomía es un interés apropiado de la ciencia, pero la astrología
es una masa de errores supersticiosos que no tiene lugar en el evangelio del
reino.
Sin duda en la Tierra puede que se desaten grandes sucesos, e incluso en estos días, pero aquello no debe ser asociado a los astros.
88:6.7 (972.7) Pero si los métodos modernos de
educación fracasan, habrá una reversión casi inmediata a las creencias
primitivas en la magia. Estas supersticiones aún habitan la mente de muchos
pueblos así llamados civilizados.
Es hora que maduremos de una vez por todas, o seguiremos añadiendo más oscuridad a luz.
Es hora que maduremos de una vez por todas, o seguiremos añadiendo más oscuridad a luz.