sábado, 10 de febrero de 2018

Descubrimientos fascinantes sobre Júpiter

Antes de seguir recomiendo ver primero este interesante vídeo de Fon Ramos:


Véase también:

http://www.europapress.es/ciencia/astronomia/noticia-mision-juno-revelado-equivocacion-total-jupiter-20180111122303.html


Júpiter efectivamente podría ser catalogado como una especie de Sol que “abortó” en su permanencia como tal. Son asombrosos éstos descubrimientos porque insinúan que prácticamente Júpiter no tiene un núcleo sólido (tal como se pensaba antes), o si lo tiene, es casi indetectable y muy insignificante. Sin embargo, ahora la expresión científica más precisa es que Júpiter "tiene un núcleo enorme y difuso" de gases de otra densidad. Los Documentos asombrosamente dicen:

57:5.10 (656.6) Júpiter y Saturno, siendo derivados del mismo centro de la enorme columna de gases solares sobrecalentados, contenían tanto material solar altamente recalentado que relucían con luz brillante y emitían enormes volúmenes de calor; fueron en realidad, por un corto plazo tras su formación como cuerpos espaciales separados, soles secundarios. Estos dos, los más grandes de los planetas del sistema solar, hasta la fecha siguen siendo en gran parte gaseosos, no habiendo llegado siquiera a enfriarse aún hasta el punto de la condensación o solidificación totales.

La frase anterior podría entenderse como si dejara abierta la posibilidad de un núcleo pequeño interior sólido, pero sin embargo, debemos contrastarla con el contexto inmediato:

57:5.11 (656.7) Los núcleos gaseosos en contracción de los otros diez planetas pronto alcanzaron la etapa de solidificación y así empezaron a atraer hacia sí cantidades cada vez mayores de materia meteórica que circulaba por el espacio cercano.

Entonces notamos por contraste que de alguna forma se nos está dando a entender que los núcleos de los dos gigantes no son sólidos, puesto que a diferencia de éstos, los núcleos de los otros planetas sí lo son. Entonces la frase anterior sobre Júpiter y Saturno cobra más fuerza:

“no habiendo llegado siquiera a enfriarse aún hasta el punto de la condensación o solidificación totales”.

La inexistencia de un núcleo sólido, y la realidad de una especie de zona difusa y enorme, según las últimas evidencias científicas, da un respaldo a la Revelación.