domingo, 24 de marzo de 2019

La Falta de Adán y Eva

Creo que nunca en este blog he profundizado en la falta de Adán y Eva narrada en los Documentos de Urantia. Hay lectores que al leer el Documento 75 experimentan una especie de perturbación chocante ya que en esencia la falta de Adán y Eva puede ser asociada inmediatamente y superficialmente por nuestros patrones mentales a la infidelidad sexual. En otras palabras, a simple vista, Eva le "puso los cuernos" a Adán con un nodita.

Sin embargo, Solonia (el Serafín del Jardín) que es el autor del referido Documento, narra ésto de una forma casi aséptica a nuestras emociones humanas. El asunto se describe con un gran pragmatismo para comprender la verdadera falta.

Aunque la infidelidad sexual sin duda perturbó inicialmente la relación entre Adán y Eva, ésta no fue la verdadera falta de Adán y Eva. La falta era más bien acceder a la mezcla que alteraba el Procedimiento Divino (el Bien) con una iniciativa puramente humana que se desviaba de ese procedimiento (Mal). Esto pudo haber tomado varias formas, por ejemplo, al promover que sus hijos directos se mezclasen con los noditas antes de tiempo. Eso también hubiese malogrado los planes divinos. Pero tanto Adán como Eva accedieron ellos mismos a tomar la iniciativa de aquel proyecto.

Para los Hijos Materiales la asociación sexual tenía connotaciones mentales y sociológicas totalmente diferentes al hombre moderno. Para el hombre actual, la sexualidad es vista con patrones morales generales que son correctos y respetables ya que de alguna forma preservan a la familia. Pero también existe en el mismo tema una especie de mezcla de tabú, hipocresía, culpabilidad, prohibición, verlo como algo sucio, santurronería con la consiguiente necesidad y ambivalencia hacia la atracción de lo sensual, lo prohibido y la caracterización de la conducta sexual,  que además es reprimida o transformada en tabú y llevada por otros al liberalismo exagerado e imprudente. En algunos casos las normas pueden ayudar a controlar o regular la conducta de las personas ingobernables que a veces tienden a ser irresponsables, aunque no entraremos en este asunto más complejo. Lo único que puedo comentar es que (curiosamente)  éste desorden mental sobre el sexo es precisamente un problema derivado de las mezclas raciales.  Algo irónicamente causado, a fin de cuentas, por las mezclas sexuales primarias e insensatas entre las razas nativas con los adanitas.

Pero los adanitas no tenían esta neurosis sobre el sexo. Ellos no veían la sexualidad humana con el erotismo, confusión y ambivalencia del hombre moderno. Fue la mezcla racial entre los nativos de Urantia que eran más salvajes y animales en sus prácticas sexuales, con la imaginación de la raza violeta adanita, lo que causó el amanecer el erotismo y la imaginación sexual posterior de los pueblos del mundo, además de traer las confusiones descritas con anterioridad.

Adán y Eva tenían relaciones sexuales con un objetivo que podríamos denominar casi "científico". Ellos procreaban desprovistos de las connotaciones actuales sobre el sexo. Para ellos era un trabajo el "hacerse muchos" y lo realizaban de una forma profesional y eficiente. En estos Hijos Materiales no existía una especie de posesividad sobre sus conductas sexuales teniendo presente el objetivo final. Si este objetivo implicaba la procreación de una nueva criatura híbrida que podría acelerar los planes para el beneficio del mundo, estaban dispuestos a acceder con otras parejas a procrear hijos. Para el hombre y la mujer moderna, la infidelidad sexual tiene unas connotaciones totalmente diferentes. Las traiciones sexuales actuales generalmente no tienen como objetivo procrear hijos (con fines puramente reproductivos), sino por cuestiones asociadas al puro y egoísta placer carnal, o el establecer lazos emocionales con el amante, buscar el escape a situaciones desagradables, etc. Ninguna de éstas razones estuvieron presentes en la mente de Adán y Eva cuando ámbos se involucraron con los noditas ya mestizados.

Por lo tanto, más que una infidelidad, Adán y Eva comprendieron y consintieron en que sus parejas emprendieran vinculaciones momentáneas con otras parejas con fines puramente procreativos. Es cierto que Adán se enteró después, pero comprendió plenamente a su consorte y luego él también realizó una acción similar. Así que podríamos mejor definirlo como una poligamia puntual consentida entre ambos.

De hecho, ésta práctica persistió de alguna forma distorsionada por varios milenios. Sara misma permitió que Abrahán tuviera relaciones con Agar con el imperativo de procrear hijos, lo cual fue el motivo fundacional de las relaciones sexuales. 

(Adán mismo tuvo que apurarse en procrear hijos con otras mujeres aparte de Eva, antes de morir, ya que al ser privados del árbol de la vida comenzaron a envejecer). 

Pero la Falta de Adán y Eva no fueron las relaciones sexuales, sino el desviarse del procedimiento divino. Como y de que forma se desviarían eran una cuestión de Adán y Eva. Y es curioso, porque siglos después, de alguna forma, ciertos padres de la Iglesia Católica al parecer discernieron que las relaciones sexuales estaban posiblemente envueltas (quizás al acceder a literatura antigua que fue finalmente quemada), pero lamentablemente confundieron el instrumento con la falta y los motivos. Así, de forma errónea, la Iglesia interpretó que el "pecado original" podía haber sido el sexo, lo cual era finalmente un error.