martes, 4 de febrero de 2020

¿Estrellas extrañas?

Recientemente la comunidad científica está perpleja al detectar estrellas que cambian su brillo y luminosidad bruscamente de un día para otro a intervalos. Varios portales científicos han tratado la noticia. Se sospecha que puede haber un aspecto desconocido con la gravedad y el viaje de la luz por el espacio, pero no hay respuestas certeras. Las variaciones de luminosidad exceden a lo que pudiera ser un ciclo normal de vida de una estrella, y pareciera más bien deberse a un fenómeno óptico gravitacional desconocido.

Lo anterior me ha recordado que ésto podría tratarse de un fenómeno asociado a los planetas arquitectónicos (los cuales son tan grandes como una estrella o el mismo Júpiter). Si éstos en sus órbitas se interponen entre la estrella y el ángulo de observación de los astrónomos terrestres, podrían causar la sensación de que la estrella se "apaga" y "enciende" de un día para otro. Notemos la descripción de Jerusem:


46:1.8 (520.4) Jerusem recibe luz débil de varios soles cercanos —semejante a una luz estelar brillante— pero no depende de ellos; pues los mundos como Jerusem no están sujetos a las vicisitudes de los disturbios solares, ni se enfrentan con el problema de un sol en enfriamiento o moribundo.

Esto implica que Jerusem podría interponerse entre esos soles según el ángulo de observación. Ahora bien, no olvidemos que los mundos moronciales son cuerpos que no reflejan la luz de las estrellas, su iluminación es interna:

46:1.5 (520.1) Por lo tanto se podrá reconocer que dichos mundos sede central no son luminosos en el espacio; si Jerusem estuviese muy cerca de Urantia, no sería visible.

La única condición que tendría que tener el planeta arquitectónico moroncial (que oculte por algunos días orbitalmente a su estrella) es que fuera más grande que la estrella,  lo cual es posible. En el siguiente vídeo se observan las escalas de algunos mundos arquitectónicos y se les compara con nuestro sol: