sábado, 27 de marzo de 2021

Apariciones en momentos cercanos a la muerte

Actualmente la Pandemia y las muertes asociadas nos hacen meditar en la partida de muchos seres queridos. Al respecto quiero destacar el trabajo de Christopher Kerr
, presentado hace pocos días en un conmovedor reportaje de la BBC, y que como veremos al final, de alguna forma, ratifica lo presentado en la Revelación de Urantia, y se nos permite llegar a algunas conclusiones. Parte del artículo dice:

“Al comienzo de su carrera, el doctor Kerr tenía la tarea, como todos los médicos, de atender el cuidado físico de sus pacientes. Pero pronto notó un fenómeno al que las enfermeras experimentadas ya estaban acostumbradas.
 
A medida que los pacientes se acercaban a la muerte, muchos tenían sueños y visiones de seres queridos fallecidos que regresaban para consolarlos en sus últimos días.

A los médicos se les capacita para interpretar estos sucesos como alucinaciones delirantes o inducidas por fármacos que podrían justificar más medicación o sedación total.

Pero al ver la paz y el consuelo que estas experiencias del final de la vida parecían proporcionar a sus pacientes, Kerr decidió hacer una pausa y escuchar.
Un día, en 2005, una paciente moribunda llamada Mary tuvo una de esas visiones: comenzó a mover los brazos como si meciera a un bebé, arrullando a su hijo que había muerto en la infancia décadas antes.

Para Kerr, esto no parecía un deterioro cognitivo. Se preguntó qué pasaría si las propias percepciones de los pacientes al final de la vida tuvieran un impacto en su bienestar de una manera que no debiera preocupar a enfermeras, capellanes y trabajadores sociales.

Así, al ver a los pacientes moribundos llamar a sus seres queridos, muchos de los cuales no habían visto, tocado o escuchado durante décadas, comenzó a recopilar y registrar testimonios de quienes estaban muriendo.

A lo largo de 10 años, Kerr y su equipo de investigación registraron las experiencias del final de la vida de 1.400 pacientes y familias.

Lo que descubrió le asombró. Más del 80% de sus pacientes, sin importar el ámbito social, el origen o el grupo de edad del que provenían, tuvieron experiencias al final de la vida que parecían implicar algo más que sueños extraños.

Estas eran vívidas, significativas y transformadoras. Y siempre aumentaron en frecuencia cerca de la muerte.

Incluían visiones de madres, padres y parientes desaparecidos hace mucho tiempo, así como mascotas muertas que regresan para consolar a sus antiguos dueños.

(Cuando los niños están muriendo, a menudo son sus amadas mascotas fallecidas las que hacen apariciones. Jessica, de 13 años, que moría de cáncer óseo, comenzó a tener visiones de su antiguo perro, Shadow. Su presencia la tranquilizó).

Se trataba de relaciones resucitadas, amor revivido y perdón logrado. A menudo traían consuelo y apoyo, paz y aceptación”.

Reportaje completo:


Lo comentado en este reportaje es muy significativo porque muchas de las experiencias cercanas a la muerte o “apariciones” de seres queridos que han muerto o ángeles, han sido históricamente presentadas como la comprobación de las visitas de las almas de los difuntos que regresan a la Tierra a acompañar en el viaje a quienes están a punto de partir.

Sin embargo,  el reportaje aporta una luz interesante porque dentro del amplio espectro de esas “apariciones” están los “bebés” fallecidos e incluso “animales” muertos. Es evidente que esto entonces es una especie de transcripción de una presencia real, pero que es “corporizada” de acuerdo al recuerdo y cariño de la memoria interna de quién está por partir. Esto refuerza lo revelado en el Libro de Urantia:

39:5.11 (438.4) Vuestra idea convencional de los ángeles se ha derivado de la siguiente manera: durante los momentos inmediatos antes de la muerte física a veces ocurre en la mente humana un fenómeno reflexivo, y esta conciencia que se va apagando parece visualizar algo de la forma del ángel guardián, la cual inmediatamente se traduce en términos del concepto habitual que de los ángeles tiene formada la mente de ese individuo.

Puesto que los serafines personales o de grupo nos cuidan y acompañan en la vida e incluso antes de nuestra partida, momentos antes de fallecer, nuestra mente visualiza algo de la forma del serafín, pero puesto que es una “forma” no cotidiana en nuestra mente y realidad, nuestro cerebro “traduce”, “transcribe” o “transforma” esa forma en una imagen reconocible conocida, de alguien a quién amamos a un nivel profundo consciente o casi inconsciente.  Así podría aparecerse un familiar fallecido, un ángel más tradicional, una mascota o hasta Jesucristo. 

Como ejemplo, en la película "Contacto", la protagonista tiene finalmente un encuentro con una entidad extraterrestre con una forma incomprensible para la mente humana, que decide aparecérsele como su padre fallecido, utilizando parte de sus recuerdos. 

Algo así o parecido ocurre en momentos antes de fallecer, pero nuestra mente es la que ejecuta la transcripción o traducción y no el ángel.

Pero independiente de nuestros lazos o creencias (y como se traduzca eso en la mente), lo importante es que SI hay una personalidad amorosa y amable (el serafín) tras la imagen , y esa personalidad seráfica nos transmite una paz singular que nos ayuda a dormir y partir.

Ciertamente a cada instante no estamos solos, ni en la vida ni en la muerte. Siempre somos amorosamente asistidos y acompañados.