(498.6) 44:0.15 Todas
estas actividades de los mundos morontiales y espirituales son reales. Para los
seres espirituales el mundo espiritual es una realidad. Para nosotros el mundo
material es lo más irreal. Las formas de espíritus más elevadas pasan
libremente a través de la materia común. Los espíritus elevados no reaccionan a
nada material, excepto a algunas de las energías básicas. Para los seres
materiales el mundo espiritual es más o menos irreal; para los seres
espirituales el mundo material es casi totalmente irreal, siendo tan sólo una
sombra de la substancia de las realidades espirituales.
Notamos que para las
realidades celestiales que son las verdaderas, lo llamado “espiritual” es lo
auténticamente real, más “sólido” y “tangible” que lo material. Los seres
espirituales elevados atraviesan la materia como si no existiera. Pueden pasar a través tuyo, incluso sin percatarse que estás aquí.
(498.7) 44:0.16 Yo no
puedo, con visión exclusivamente espiritual, percibir el edificio en el cual
esta narrativa está siendo traducida y registrada. Un Consejero Divino desde
Uversa, que al azar se encuentra a mi lado, percibe aún menos de estas
creaciones puramente materiales. Discernimos de qué manera se os presentan
estas estructuras materiales visualizando una contraparte espiritual presentada
a nuestra mente por uno de los transformadores de la energía aquí presentes.
Este edificio material no es exactamente real para mí, un ser espiritual, pero
es muy real y muy útil para los mortales materiales.
Es como si los seres
espirituales nos pudiesen percibir con mucha dificultad y ayuda auxiliar como vapor o gases.
Esta visión es muy interesante, ya que los fantasmas, los fugaces seres
temporales que viven en el espacio y tiempo, seríamos en realidad nosotros.
Nosotros somos
fantasmas en la realidad universal, y tal como declara la cinta Interestelar, parece ser que el Amor (que para nosotros es subvalorado),
se presenta precisamente como la realidad “sólida” al otro lado y que nos
conecta con la Dimensión Divina superior. Y ciertamente la comunión espiritual
con Dios y los procesos de adoración y oración interna también nos elevan para “tocar”
sintiendo la otra realidad, la auténtica.
Desde el punto de la
física esto también es real. Si pudiésemos visualizar la materia a nivel cuántico solo veríamos
electrones separados por amplios espacios orbitando núcleos. A nivel atómico la
materia no es realmente “sólida” tal como la vista humana parece procesarla.
Por estas razones es tan
interesante que los Reveladores declaren que la creencia humana en fantasmas o
seres etéreos que atormentan a los humanos es una fantasía total que esclaviza
la mente humana.
(958.2) 87:0.2 El hombre
ha sostenido una larga y amarga lucha con el culto a los fantasmas. Nada, en la
historia de la humanidad inspira mayor lástima que este cuadro de la esclavitud
abyecta del hombre al temor de los espíritus-fantasmas.
La razón es que solo los
seres Intermedios son los únicos entes de naturaleza material sólida que son
invisibles a los humanos. No hay almas en pena, ánimas ni demonios etéreos como
el viento que atormenten a los humanos. Esos miedos son el mal entendimiento de
fenómenos de la naturaleza y del pavor ancestral ampliado por la misma mente
creativa humana.
Sin embargo, los verdaderos seres de naturaleza espiritual
consideran irreal a lo material, ellos son más “sólidos” y “perdurables” que
nosotros, fugaces criaturas del tiempo. Sería un absurdo que intentasen
asustarnos moviendo cosas, ya que para ellos las mismas cosas materiales no
existen y en la mayoría de los casos no las ven.
Lamentablemente la humanidad aún sigue con una esclavitud mental que la encadena a estos miedos, y es difícil liberarse de las limitantes del lenguaje impreciso. Hay hasta lectores veteranos en el libro de Urantia que han usado en más de alguna conferencia expresiones como “materia menos densa” en referencia al mundo espiritual. En realidad lo "menos denso" desde la perspectiva universal sería nuestro estado en esta dimensión.
Lamentablemente la humanidad aún sigue con una esclavitud mental que la encadena a estos miedos, y es difícil liberarse de las limitantes del lenguaje impreciso. Hay hasta lectores veteranos en el libro de Urantia que han usado en más de alguna conferencia expresiones como “materia menos densa” en referencia al mundo espiritual. En realidad lo "menos denso" desde la perspectiva universal sería nuestro estado en esta dimensión.
La verdad es que tardaremos tiempo en depurar nuestros patrones
mentales, ya que tenemos la herencia de las religiones evolutivas milenarias,
con un gran peso sobre nosotros.