Es interesante que haya
pistas bíblicas sueltas en el relato que nos indican la localización del Edén
en la costa de Mediterráneo. Esto ocurre porque el Génesis es una obra compuesta por varios relatos que fueron “pegados”
para crear un “libro” final.
Cómo comentamos antes en
la entrada pasada, la idea que el Jardín hubiese estado "encerrado"
en una reserva con protecciones y límites naturales como las montañas que
circundaban a la península (la cual tenía una costa litoral bastante alta
también), era para proteger de las hordas salvajes y del mundo exterior
violento, a la raza violeta que debía multiplicarse pacientemente en su
interior. De hecho, hasta la Biblia nos da pistas que indican que el Jardín
estaba aislado por límites. Una Obra de consulta religiosa admite:
“Es posible que
Edén haya estado rodeado por una barrera natural, quizás de montañas, pues el
registro indica que se colocaron querubines tan solo al E. del jardín, por
donde habían salido Adán y Eva. (Gé 3:24.)” – Obra Perspicacia
Si Adán y Eva hubiesen
sido los únicos habitantes del mundo, no habría tenido un poco de sentido
colocar el Jardín dentro de límites que lo protegieran. Además, la referencia
bíblica concuerda en que el acceso a la península estaba al Este del Jardín.
Lo anterior es reforzado
por la descripción de los ríos que salen del Edén:
“Ahora bien,
había un río que procedía de Edén para regar el jardín, y de allí empezaba
a dividirse y llegaba a ser, por decirlo así, cuatro cabeceras. El
nombre del primer [río] es Pisón; es el que rodea toda la tierra de
Havilá (arabia), donde hay oro. Y el
oro de aquella tierra es bueno. Allí hay también el bedelio y la piedra de
ónice. Y el nombre del segundo río es Guihón; es el que rodea toda la tierra de Cus
(Etiopía). 14 Y el nombre del tercer río es Hidequel (Tigris); es el que va al este de Asiria. Y el cuarto río es el
Éufrates”. - Gén. 2: 10-14
Notamos que se describe que hay un río principal que
procedía del Edén y ése se dividía en cuatro ríos que se regaban y rodeaban cuatro
tierras: Havilá, Cus, Asiria y Mesopotamia.
“Basándose en
la referencia bíblica a “toda la tierra de Havilá”, J. Simons plantea la
posibilidad de que el término “Havilá” englobase toda la península arábiga,
aunque resulta difícil comprender cómo podría ‘rodear’ el río Pisón una zona
tan vasta. (The Geographical and Topographical Texts of the Old
Testament, Leiden, 1959, págs. 40, 41.)” – Perspicacia
Luego tenemos al rio
Guihón y la misteriosa tierra de Cus que según las primeras fuentes bíblicas se
refiere a la zona de Etiopía en Africa. En este texto los
traductores de la Septuaginta
tradujeron la palabra hebrea para “Cus” por el nombre griego Etiopía. Desde
tiempos primitivos el nombre Cus se convirtió en un término más o menos
sinónimo de la antigua Etiopía.
Todo lo anterior ha
provocado un dolor de cabeza a los eruditos bíblicos, porque todo indica que el
Edén no estaba en la ubicación tradicionalmente expuesta. La explicación la otorgan
los Documentos:
Notamos a los cuatro ríos alimentados desde la península de Edén |
(823.4) 73:3.4
El litoral de esta masa de tierra estaba considerablemente elevado, y el istmo
que se comunicaba con el continente tenía sólo cuarenta y tres kilómetros de
ancho en el punto más estrecho. El gran
río que regaba el Jardín descendía de las tierras más altas de la península,
corría en dirección al este por el istmo peninsular hacia el continente,
y de ahí, a través de las tierras bajas de Mesopotamia, hasta el mar lejano.
El río principal salía del Edén, entraba al continente y se
dividía en cuatro ríos que rodeaban las otras tierras descritas:
- El primer río es Pison que rodea la zona de la península arábiga.
- El segundo río es Guihón que rodea la tierra de Etiopía al sur.
- El tercer el Tigris que está al Este de Asiria.
- El cuarto es el Eufrates en la Mesopotamia.
Por lo tanto, esos ríos venían de un río que provenía del Edén. Y éstos últimos llegaban al “mar lejano” que es el Golfo Pérsico.
- El primer río es Pison que rodea la zona de la península arábiga.
- El segundo río es Guihón que rodea la tierra de Etiopía al sur.
- El tercer el Tigris que está al Este de Asiria.
- El cuarto es el Eufrates en la Mesopotamia.
Por lo tanto, esos ríos venían de un río que provenía del Edén. Y éstos últimos llegaban al “mar lejano” que es el Golfo Pérsico.
El Pisón alimentaba la
zona arábiga. El Guihón bajaba por el borde cruzando Palestina y se mezclaba
con el Nilo (desembocadura) y daba la
impresión de llegar a Egipto y luego a Etiopía. Al norte, una rama se conectaba
con el Eufrates el cual en la zona sur se conectaba con la desembocadura de
Tigris en el Golfo Pérsico (ese quizás sería el "mar lejano" en la
tierra bajas de Mesopotamia del que habla Urantia).
Cuando el Istmo del Edén
se hundió, el río que alimentaba a Pisón y al Guihón desapareció. Esto hizo que aquellos ríos se secaran. Es posible
que el río Jordán sea uno de los restos interrumpidos del Pisón y Guihón,
aunque el Jordán actualmente se alimenta por el Monte Hermón. El Nilo en Egipto
es una desembocadura que posiblemente se conectaba con el Guihón dando la
apariencia de ser una ramificación que llegaba a Etiopia. En cambio el Tigris y
el Eúfrates tienen origen diferente al norte, así que la desaparición del Istmo
de Edén no les afectó.
Ahora bien, realmente
habían cuatro ríos internos en el Edén, y el Segundo Jardín se construyó
posteriormente entre los ríos Tigris y Eúfrates, lo cual generó la confusión
posterior. Sin embargo, es notable que ciertos versículos del Génesis parecen "recortes" que aluden a la ubicación original, y que fueron pegados en los relatos y
descripciones posteriores, cuando la redacción final tras en el exilio en
Babilonia generó la versión final de la Biblia.
Hay otras pistas
fascinantes en otros libros bíblicos que aluden a que el Edén original estaba
frente a Siria. El libro de Ezequiel habla del rey de Tiro y dice de él:
"En Edén, el
jardín de Dios resultaste estar" (Ezequiel 28:13).
Pues resulta que las
costas de Tiro estaban al frente de la Isla de Chipre. Y la cultura fenicia
precisamente tenía a Citium (Chipre) o
Kittim como una de sus principales bases de operación. No hay ninguna
indicación que el Rey de Tiro hubiese habitado en la ubicación clásica entre el Eúfrates y el Tigris donde se cree que estuvo el Jardín.
Como estudiamos en la entrada pasada, la isla de Chipre o Kitim
era famosa desde tiempos antiguos debido a sus abundantes reservas de piedras
preciosas, metales, maderas y cobre. Por lo que la historia parece indicar, Chipre
debió ser la “Kitim” de las Escrituras Hebreas. (Isa 23:1, 12; Da 11:30.) La
isla era famosa no solo por su cobre, sino también por su excelente madera, en
particular la de ciprés, que se exportaba a Tiro, en la costa fenicia, para la
construcción de barcos. (Eze 27:2, 6.)
Pero resulta que Ezequiel
también nos da otra pista asombrosa en la misma endecha contra el rey fenicio
de Tiro:
“Harán y Cané y Edén, los comerciantes de Seba,
Asur [y] Kilmad eran tus comerciantes.
Ellos eran tus comerciantes en suntuosas prendas de vestir, en mantas de
género azul y género de diversos colores y en alfombras de material en dos colores,
en soga retorcida y sólidamente confeccionada, en tu centro comercial”. -
Ezequiel 27:23,24
Aquí se nos habla de un
Importante centro comercial llamado Edén,
mencionado junto con Harán y Cané, que suministraba a Tiro sobre todo prendas
de vestir suntuosas, alfombras y sogas. (Eze 27:23, 24.) Se cree que es una
forma abreviada del nombre Bet-edén, referido en Amós 1:5. Esta expresión
significa la "Casa de Edén". También hay otras expresiones como “Los
hijos de Edén" (2Re 19:12; Isa 37:12).
De hecho es interesante
profundizar en esto, porque a uno de los escribas del texto bíblico se le fue
un detalle que nos demuestra la existencia de los descendientes de los adanitas, como un pueblo aparte:
“¿Acaso los
dioses de las naciones que mis antepasados arruinaron las han librado, aun a
Gozán y a Harán y a Rézef y a los
hijos de Edén que estaban en Tel-asar?” – 2 Reyes 19:12
¿Los hijos de Edén? Es muy
interesante que los Asirios conocían a un pueblo que subyugaron llamados “los
hijos de Edén” que vivían en Tel-asar. Esto claramente indica que no todos los
pueblos eran hijos del Edén o Adanitas.
Parece ser que un reducido
grupo de anditas descendientes de los adanitas siguió viviendo muy cerca del
segundo Jardín. Tel-asar tiene que ver con el pequeño reino de Bit-Adini, junto al cauce superior del
Éufrates, muy cercano a la zona del Segundo Jardín. Parece que los Asirios
redujeron un último reducto de los antiguos adanitas - anditas.
76:3.8 (850.4) Los
adanitas aventajaron sobremanera a los pueblos circunvecinos en logros
culturales y desarrollo intelectual. Produjeron el tercer alfabeto y, por otro
lado, sentaron los cimientos de gran parte de lo que fue precursor del arte
moderno, las ciencias y la literatura. Aquí en las tierras entre el Tigris y el
Eufrates, mantuvieron las artes de la escritura, la siderurgia, la alfarería y
la tejeduría, y produjeron una especie de arquitectura que no fue superada
durante miles de años.
La Biblia contiene varias
salpicaduras que demuestran una existencia de la humanidad antes que Adán y ya
lo hemos tratado en este sitio como aquellos que indican el aumento de los dolores de parto de la mujer (había tenido partos anteriores para que después fueran aumentados los dolores), aquellos que matarían a Caín en otra tierra, la
mujer que encontró en esos lugares, la Tierra de Nod, etc.
También a algunos estudiosos bíblicos les llama la atención el misterioso pueblo de Lais (llamado después Tel-Dan), que tenía características pacíficas como los edenitas, y que ellos "no tenían nada que ver en absoluto con la humanidad" (Jueces 18:28), siendo una especie de grupo no relacionado con el resto de los grupos humanos de la zona, como los "hijos del Edén", y que fueron exterminados cruelmente por los danitas de Israel.
Para concluir esta entrada, es interesante la opinión de un maestro Judío llamado Yehuda Ribco. El habla sobre el Génesis capítulo 5 que es uno de los varios escritos de orígenes diversos "pegados" a la versión final:
También a algunos estudiosos bíblicos les llama la atención el misterioso pueblo de Lais (llamado después Tel-Dan), que tenía características pacíficas como los edenitas, y que ellos "no tenían nada que ver en absoluto con la humanidad" (Jueces 18:28), siendo una especie de grupo no relacionado con el resto de los grupos humanos de la zona, como los "hijos del Edén", y que fueron exterminados cruelmente por los danitas de Israel.
Para concluir esta entrada, es interesante la opinión de un maestro Judío llamado Yehuda Ribco. El habla sobre el Génesis capítulo 5 que es uno de los varios escritos de orígenes diversos "pegados" a la versión final:
"(1) Éste es el libro
de los descendientes de Adam: Cuando Elokim creó al hombre, lo hizo a semejanza
de Elokim.
(2) Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Y
el día que fueron creados, llamó el nombre de ellos Adam (Hombre).
(3) Cuando Adam tenía 130 años, engendró un
hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set."
(Bereshit / Génesis 5)
Notarás que el acápite es:
"Éste es el libro de los descendientes de Adam".
Y que recién cuando contaba con 130 años se
nos cuenta que engendró hijos a su imagen y semejanza, el primero de los cuales
fuera Set.
Si atendemos lo que Maimónides nos enseña en
su More Nebujim (Guía de perplejos libro I, capítulo 7; y basado en el Midrash
Bereshit Rabá 24:6), durante los 130 años que Adam no cohabitó con Javá (Eva), ambos
copularon con otras especies (llamadas demonios por el Midrash, pero que en
realidad se explica como seres físicamente humanos, pero espiritualmente
carentes de la cualidad humana) de los cuales engendraron numerosos hijos,
cuasi (o sub) humanos.
¿Por qué no cualifican
como humanos? Simplemente porque tener la forma de humano,
pero no sus cualidades y potencialidades (espíritu si así lo quieres denominar)
no convierte a un ser en humano. Recién con Set Adam alcanzó procrear un ser
similar a él, en todo descendiente de Adam, tanto en lo físico como en lo
espiritual”. - Fin de la cita.
Es notable como algunos judíos han discernido que el texto bíblico no niega la posibilidad de seres humanos antes que Adán, aunque por evidentes razones más religiosas, nacionalistas y racistas en el aspecto peyorativo (creyéndose herederos directos desde Adán), los judíos no consideraban plenamente "humanos" a los demás pueblos. Sin embargo, es interesante esta apertura.
La expresión hebrea “Estos
son los engendramientos de” en el Génesis 5 es muy demostrativa. Y es raro que no
se mencione a Caín en esta lista de descendientes de Adán. Quizás se crea
porque fue una simiente destruida en el diluvio, es posible la omisión por
parte de los judíos. Y también es posible que Caín no era realmente un hijo de
Adán a "su imagen y semejanza" en el sentido pleno, tal como lo declaran los Documentos.
74:8.8 (837.7) En sus
enseñanzas tempranas, Moisés, inteligentemente, no intentó remontarse más allá
de los tiempos de Adán; puesto que Moisés era el maestro supremo de los
hebreos, las historias de Adán llegaron a relacionarse estrechamente con las de
la creación. Consta que las tradiciones más tempranas reconocieron una
civilización preadánica, por el hecho de que los redactores posteriores, con
ánimo de borrar toda referencia a los asuntos humanos antes de los tiempos de
Adán, olvidaron borrar la referencia reveladora a la emigración de Caín a la
tierra de «Nod», donde aquél tomó mujer.
74:8.10 (838.2) La versión
tradicional judía se cristalizó en torno a Moisés. Debido a que se esforzó éste
por atribuir el origen de la descendencia de Abraham a Adán, los judíos dieron
por sentado que Adán había sido el primero de la raza humana. Yahvé fue el
creador y ha de haber hecho el mundo justamente antes de hacer a Adán, ya que
se supone que Adán fue el primer hombre. Entonces la versión tradicional de los
seis días de Adán se intercaló en la historia y, casi mil años después de la
estadía de Moisés en la tierra, resultó que la versión tradicional de la
creación en seis días se asentó por escrito y, posteriormente, a aquel se le
atribuyó el mérito.
Pero como hemos visto, hay pistas y detalles sueltos en la Biblia, que revelan los deslices de los redactores finales del Génesis.