Cómo hemos escrito en
varias entradas, la evidencia que el Génesis y los otros primeros libros bíblicos
no fueron escritos por Moisés, sino finalmente redactados y editados
posiblemente por Esdras y sus colaboradores es abundante. Las pruebas son muchísimas
y están salpicadas por todas las escrituras hebreas. He citado muchos ejemplos,
pero ahora comentaré uno más. Este aparece en Génesis 36:31:
“Ahora bien, estos son los
reyes que reinaron en la tierra de Edom antes
que reinara rey alguno sobre los hijos de Israel.” (Génesis 36:31)
El escritor del Génesis lo
puso ahí en un tiempo en que ya los reyes de Israel habían existido. Así que
claramente se le pasó este detalle al escriba, y no pudo haber sido Moisés.
Sin embargo, es
interesante destacar que parece que los libros proféticos no fueron tocados totalmente
por la corriente que redactaba el Pentateuco. Muchos otros escritos atribuidos
a los profetas circulaban aparte de la escuela sacerdotal de Esdras, y tardaron
un tiempo en ser aceptados por algunas comunidades más apegadas al
tradicionalismo hebreo y sacerdotal. Este fue un proceso que incluso demoró
algunos siglos. Uno de esos casos es Jeremías. Es interesante una declaración
del profeta que revela que en su tiempo poco antes del destierro, había
comenzado una “manipulación” de los hechos, una “redacción” final que es la que
recibiríamos como la Torah de los primeros libros bíblicos. Leemos:
“¿Cómo decís: Nosotros
somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los
escribas”. (Jeremías 8:8)
Jeremías aquí mencionó que
los que copiaban la Ley, la cambiaban con mentiras. ¿A que parte de la ley se
refería Jeremías? Veamos esta impactante declaración:
”Esto es lo que ha dicho
Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Añadan aquellos holocaustos de
ustedes a sus sacrificios, y coman carne. Porque
no hablé con sus antepasados, ni les mandé en el día que los saqué de la tierra
de Egipto respecto a los asuntos de holocausto y sacrificio. Pero esta palabra sí la expresé en mandato a
ellos, y dije: “Obedezcan mi voz, y ciertamente llegaré a ser su Dios, y
ustedes mismos llegarán a ser mi pueblo; y tienen que andar en todo el camino
que yo les mande, a fin de que les vaya bien”’ Pero ellos no escucharon, ni inclinaron su
oído, sino que se pusieron a andar en los consejos en la terquedad de su
corazón malo, de modo que se hicieron retrógrados en dirección, y no
adelantadores” (Jeremías 7:21-24).
Entonces, para Jeremías,
esa ley sobre sacrificios de animales no era genuina. Solo se había dado un mensaje espiritual mediante Moisés.
¿Y en que parte del Éxodo al momento en que salen de la tierra de Egipto supuestamente Dios les ordena hacer sacrificios?:
¿Y en que parte del Éxodo al momento en que salen de la tierra de Egipto supuestamente Dios les ordena hacer sacrificios?:
“Y cuando Jehová te haya
metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y
cuando te la hubiere dado, dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y
asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová. Mas
todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres,
quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos. Y cuando
mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó
con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre; y endureciéndose Faraón para
no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito,
desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa
yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis
hijos. Te será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial delante
de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte”. (Éxodo
13:11-16)
Por lo tanto, deberíamos
dudar de la autenticidad de las partes del Pentateuco donde esta ley de
sacrificios de animales se entrega.
Cómo indican los Documentos de Urantia, Moisés al parecer no intentó imponer un ritual de sacrificio de animales al momento del Éxodo. Parece que este se desarrolló penosamente años después muy a su pesar, y finalmente se impuso poderosamente tras la partida de Moisés:
Cómo indican los Documentos de Urantia, Moisés al parecer no intentó imponer un ritual de sacrificio de animales al momento del Éxodo. Parece que este se desarrolló penosamente años después muy a su pesar, y finalmente se impuso poderosamente tras la partida de Moisés:
96:4.7 (1057.3)
Moisés hizo un esfuerzo heroico por elevar a Yahvé a la dignidad de una Deidad
suprema cuando lo presentó como el «Dios de la verdad y sin ninguna iniquidad,
justo y recto en todas sus maneras». Y sin embargo, a pesar de esta enseñanza
exaltada, la comprensión limitada de sus seguidores hizo necesario hablar de
Dios como imagen del hombre, como sujeto a ataques de enojo, ira y severidad,
aun a la venganza y fácilmente influido por la conducta del hombre.
Muchas de las frases
auténticas de Moisés fueron envueltas y mezcladas en una especie de crónica
posterior que creó todo el complejo sistema sacerdotal sistematizado burocrático
de sacrificios que Moisés no había presentado de esa forma, y que fueron
llamados la “ley de Moisés”:
97:10.2
(1075.7) Cuando los judíos fueron
liberados por los persas, volvieron a Palestina sólo para caer esclavos de su
propio código dominado por el sacerdocio, de leyes, sacrificios y rituales.
Y así como los clanes hebreos rechazaron la maravillosa historia de Dios
presentada en la oración de despedida de Moisés a favor de los rituales de
sacrificio y arrepentimiento, del mismo modo estos restos de la nación hebrea
rechazaron el magnífico concepto del segundo Isaías a favor de las reglas,
reglamentaciones y rituales de su sacerdocio en crecimiento.
Hay muchas otras pruebas
de esto, la misma Ley fue plenamente elaborada y desarrollada en el Exilio y
presentada posteriormente. Hemos mostrado las pruebas en entradas anteriores, y
hay versículos internos de la Biblia que lo corroboran. La maraña sistematizada para hacer sacrificios declarada en Levítico ciertamente es una obra posterior de los sacerdotes.
96:5.1 (1057.6)
Moisés era una extraordinaria combinación de líder militar, organizador social
y maestro religioso. Fue el maestro y líder individual más importante del mundo
entre los tiempos de Maquiventa y los de Jesús. Moisés intentó introducir
muchas reformas en Israel de las que no queda registro. En el espacio de vida
de un solo hombre condujo a las huestes políglotas de los así llamados hebreos
fuera de la esclavitud y de la actuación incivilizada mientras preparaba los
cimientos para el nacimiento subsiguiente de una nación y la perpetuación de
una raza.
96:5.2 (1057.7)
Hay muy poco registro de la gran obra de Moisés porque los hebreos no tenían en
la época del éxodo un lenguaje escrito. El registro de los tiempos y hechos de
Moisés se derivó de las tradiciones mantenidas más de mil años después de la
muerte del gran líder.
Así que le religión ideal que Moisés quería enseñar trascendía mucho a la ritualista que hablaba de sacrificios y expiación. Moisés intentó fallidamente fomentar una religión mucho más avanzada de la que imaginamos.
Parece que los profetas esencialmente "escaparon" solo hasta cierto punto a esa edición final judía. Por esa razón notamos que en libros como Isaías se declara que los sacrificios de animales para Dios son cosa abominable, y que solo El desea una religión basada en la pureza interior y la fe.
Los profetas eran la "resistencia" contra una casta sacerdotal que intentaba mecanizar y retroceder en la evolución del concepto de Dios a la mera expiación y ofrendas.
Así que le religión ideal que Moisés quería enseñar trascendía mucho a la ritualista que hablaba de sacrificios y expiación. Moisés intentó fallidamente fomentar una religión mucho más avanzada de la que imaginamos.
Parece que los profetas esencialmente "escaparon" solo hasta cierto punto a esa edición final judía. Por esa razón notamos que en libros como Isaías se declara que los sacrificios de animales para Dios son cosa abominable, y que solo El desea una religión basada en la pureza interior y la fe.
Los profetas eran la "resistencia" contra una casta sacerdotal que intentaba mecanizar y retroceder en la evolución del concepto de Dios a la mera expiación y ofrendas.