Primero veamos la plataforma espiritual que hizo que el Pueblo hebreo fuera de alguna forma "escogido" para una misión de enseñanza:
93:5.1 (1018.6) Aunque sea erróneo hablar del «pueblo elegido», no es equivocación referirse a Abraham como ser elegido. Melquisedek sí dio a Abraham el encargo de mantener viva la verdad del Dios único diferenciado de la creencia común en deidades plurales.
93:5.2 (1018.7) La elección de Palestina como sitio de las actividades de Maquiventa se debió en parte al deseo de establecer contacto con una familia humana que personificara potenciales de liderazgo. Al tiempo de la encarnación de Melquisedek había muchas familias sobre la tierra tan preparadas para recibir las doctrinas de Salem como la de Abraham. Existían familias igualmente dotadas entre los hombres rojos, los hombres amarillos y los descendientes de los anditas al oeste y al norte. Pero, nuevamente, ninguna de estas ubicaciones estaba tan favorablemente situada para la subsiguiente aparición sobre la tierra de Micael como la costa oriental del Mar Mediterráneo. La misión de Melquisedek en Palestina y la subsiguiente aparición de Micael entre el pueblo hebreo fueron determinados en gran medida por la geografía, por el hecho de que Palestina tenía una ubicación central respecto al comercio, las vías de comunicación y la civilización del mundo de aquel entonces.
93:5.3 (1018.8) Por algún tiempo los síndicos Melquisedek habían estado observando a los antepasados de Abraham, y anticipaban confiadamente la aparición en cierta generación de vástagos que se caracterizarían por su inteligencia, iniciativa, sagacidad y sinceridad. Los hijos de Taré, el padre de Abraham, cumplieron en todas sus facetas con estas esperanzas. Fue esta posibilidad de contacto con los versátiles hijos de Taré la que tuvo considerable influencia sobre la aparición de Maquiventa en Salem, en vez de Egipto, la China, la India o las tribus nórdicas.
Notamos que el factor geográfico influyó en la elección de Abrahán para ser un centro de las doctrinas monoteístas que iban a ser implantadas, y no tanto una cuestión genética de "raza superior".
Veamos ahora el factor racial. Un documento nos dice:
45:4.14 (514.4) 12. Moisés, el emancipador de un resto de la sumergida raza violeta y el instigador de la revitalización de la adoración del Padre Universal bajo el nombre de «Dios de Israel».
Se habla de un "resto" de la raza violeta y que estaba "sumergida". Esto tiene sentido ya que se nos cuenta que el pueblo hebreo no tenía un linaje 100% andita como si fuesen el pueblo racialmente superior y especial del mundo:
96:2.1 (1054.6) Los semitas del este eran jinetes bien organizados y bien dirigidos que invadieron las regiones occidentales de la fértil medialuna y allí se unieron con los babilonios. Los caldeos cerca de Ur estaban entre los más avanzados de los semitas occidentales. Los fenicios eran un grupo superior y bien organizado de semitas mezclados que mantenían la sección occidental de Palestina, a lo largo de la costa mediterránea. En cuanto a raza, los semitas estaban entre los más mezclados de los pueblos urantianos, puesto que exhibían factores hereditarios de casi todas las nueve razas mundiales.
Aunque los Documentos taxativamente no lo dicen, ésto me ha hecho pensar que racialmente los judíos son una representación adelantada del destino racial de la Humanidad, cuando todas las razas terminen bien por fusionarse en el futuro del mundo.
Pero racialmente no poseían una tasa más alta de ADN andita. De hecho se nos cuenta algo que desmitifica el hecho que ellos tuviesen una herencia íntegra en sentido racial, tal como se ha intentado transmitir:
96:2.3 (1055.1) Fue sólo después de los días de Maquiventa Melquisedek y Abraham que ciertas tribus de los semitas, debido a sus creencias religiosas peculiares, fueron llamados los hijos de Israel y más adelante, hebreos, judíos y el «pueblo elegido». Abraham no fue el padre racial de todos los hebreos; no fue ni siquiera progenitor de todos los semitas beduinos que fueron mantenidos cautivos en Egipto; es cierto que sus vástagos, al salir de Egipto, formaron el núcleo del futuro pueblo judío, pero la vasta mayoría de los hombres y mujeres que se incorporaron en los clanes de Israel no habían vivido nunca en Egipto. Eran simplemente nómadas compañeros que eligieron seguir el liderazgo de Moisés cuando los hijos de Abraham y sus asociados semitas viajaron de Egipto, a través del norte de Arabia.
Es interesante que hay algunas pistas sueltas que manifiestan ésta diversidad racial a diferencia del mito popular en torno al "judío". Por ejemplo, Abrahán tiene un hijo con una egipcia, una "vasta compañía mixta" acompaña a los israelitas tras el éxodo, Rahab (una extranjera) se incorpora en el linaje crístico, Sansón no tiene problemas al convivir con mujeres filisteas, en la época de David ocurre algo similar con las moabitas sobrevivientes de antaño, y Salomón no tenía asco al casarse con "extranjeras". En otras palabras, la realidad refleja que libremente los "judíos" nunca fueron un pueblo con identidad racial homogénea y única tal como nos han intentado vender.
97:9.11 (1073.1) Mediante estos métodos y con esta
gente, David construyó la ficción de un reino divino de Judá como sucesor de la
herencia y las tradiciones del reino norteño de Israel efrateo, en vías de
desaparición. La tribu cosmopolita de
David de Judá era más gentil que judía; sin embargo, los ancianos oprimidos
de Efraín bajaron y «le ungieron rey de Israel». Después de una amenaza
militar, David hizo un pacto conjunto con los jebuseos y estableció su capital
del reino unido en Jebus (Jerusalén), que era una ciudad de muros poderosos a
mitad de camino entre Judá e Israel. Los filisteos se sublevaron y pronto
atacaron a David. Después de una feroz batalla fueron derrotados, y nuevamente
se estableció Yahvé como «el Señor Dios de las Huestes».
97:9.12 (1073.2) Pero Yahvé debía, por fuerza,
compartir parte de esta gloria con los dioses cananeos, porque la mayoría de los componentes del ejército
de David no era hebrea. Por lo tanto aparece en vuestros registros
(desapercibido de los editores judaítas) esta declaración reveladora: «Yahvé quebrantó
a mis enemigos delante de mí. Por esto llamó el nombre de aquel lugar
Baal-perazim». Y así lo hicieron porque el ochenta por ciento de los soldados
de David eran baalitas.
Ahora bien, los matrimonios con paganos afectaba más bien en un asunto religioso al desviarlos del monoteismo cayendo en la degradación religiosa, más que un efecto racial real. Pero lo cierto es que antes del destierro no había una identidad nacional clara, ni menos racial.
Solo en la época de Esdras, este personaje intenta formar el concepto de "identidad judía" que es el que conocemos hoy. El prohíbe el matrimonio con extranjeras y se ajusta la crónica bíblica para reforzar esas prohibiciones en la forma en que se redacta la Torah en su versión final. Pero las pistas sueltas son tantas y varias, que son imposible de borrarlas y están salpicadas por todo el Antiguo Testamento.
Sin embargo, la "mezcla" racial para los días de Jesús ya era amplia y estaba establecida. Jesús mismo tenía una amplia dote de características raciales diversas. Así que el mito de los judíos como una "raza especial" y que ha mantenido cierta integridad es claramente una leyenda. Lo que agrupaba a los judíos como un pueblo era finalmente la tradición religiosa íntegra monoteísta que pudieron mantener con algo de éxito hasta la época de Jesús.
El hecho de que Jesús no los considerara especiales y el pronto abrazamiento hacia los gentiles del cristianismo también está documentado en el Nuevo Testamento.
Fueron elegidos para la misión de preservar el Monoteísmo. Fracasaron al reconocer al Hijo Autootorgador, y nunca fueron racialmente superiores ni tampoco tuvieron una dignidad especial de categoría sobre el resto de los hombres que también son Hijos de Dios.