Pero el verdadero logro NO debe ser instantáneo, rápido y apurado. La prisa solo lleva al desastre. La victoria y el éxito solo se consigue con un buen fundamento que tarda tiempo en colocarse. Un organismo, sistema o sociedad ya sea mental, social, espiritual o biológico necesita tiempo de adaptación con las etapas previas, para luego absorber y crecer en un siguiente nivel.
El Libro de Urantia está lleno de referencias a este asunto y es quizás una de las enseñanzas más importantes que se repite durante todo el Libro.
- La rebelión de Lucifer fue maligna porque pretendió que las criaturas espacio-temporales se saltasen el tiempo.
- La entrega de enseñanzas prematuras por el método de revolución en vez de evolución llevó a Dalamatia al desastre.
- Adán y Eva si hubiesen sido más pacientes habrían beneficiado mejor a la humanidad con su genética adanita. Pero la impaciencia los llevó al fracaso con funestas consecuencias para la raza humana.
- Cuando prematuramente las enseñanzas de Melquisedek se fundieron con las enseñanzas previas de religiones antiguas, éstas naufragaron en las religiones evolutivas.
- Jesús vez tras vez les enseñó la dura lección de la paciencia a sus apóstoles y destruyó sus ambiciones de ver en sus días cumplidas sus expectativas de visualizar a Israel restaurado a una gloria edénica.
- El que hayan pasado dos mil años desde la venida de Jesús es para moldear a la Humanidad a una madurez espiritual verdadera y establecer verdaderos fundamentos que no estén basados en recompensas egoístas de los creyentes.
- El pecado se fundamenta en la satisfacción y reclamación inmediata de los impulsos en el ahora, en actos impulsivos y precipitados. Esto solo trae problemas y sufrimientos al hombre.
- En la otra vida, se nos disciplinará con respecto a las metas y anhelos infantiles sobre la obtención de deseos inmediatos. Se nos hará madurar y tener una perspectiva tranquila, amplia, prudente y sensata sobre el tiempo. Algo que ya podemos practicar en esta vida para reducir la ansiedad.
- Y tanto las sociedades que sucumben a prácticas revolucionaras como eliminar prematuramente el lucro para hacer experimentos revolucionarios también traen el desastre, sin pasar adecuadamente por etapas de andamio.
La solución a esto a nivel personal es establecer buenos fundamentos en nosotros mismos, por ejemplo, en vez de sucumbir a la desesperación por obtener logros y anhelos, hay que aprender a dejar ciertos asuntos aún no claros en las manos del Padre, y las naciones harían bien en avanzar paso a paso en vez de caer en revoluciones.