domingo, 23 de diciembre de 2018

Java

Hueso craneal de 1937

Durante algún tiempo se creyó que el “Hombre de Java” era el “eslabón perdido”, una especie de “hombre mono” clásico. En 1894 se encontraron algunos restos y en la década de 1930 se encontraron restos en otras zonas cercanas. Estos restos eran sumamente escasos, por ejemplo, solo eran fragmentos de algunos cráneos como se observa en la primera fotografía relativa a los descubrimientos de 1937. Al parecer los Documentos hacen referencia a este descubrimiento:

64:1.6 (719.1) Hace 950.000 años los descendientes de Andón y Fonta habían emigrado a gran distancia hacia el este y el oeste. Pasaron al oeste por Europa hasta Francia e Inglaterra. Posteriormente llegaron a penetrar hasta Java en el este, donde recién acaban de encontrarse sus huesos —el llamado hombre de Java— y a continuación, se trasladaron a Tasmania.

Sin embargo, a diferencia de las creencias aún en desarrollo sobre que los “Hombres de Java” eran “hombres mono” (la interpretación craneal de la imagen de 1922 lo muestra), los Documentos de Urantia explican claramente que eran Andonitas, humanos con un aspecto similar al esquimal, véase:

Andón y Fonta
https://estudiosdelasescrituras.blogspot.com/2017/05/andon-y-fonta.html

Interpretación de 1922
En 1939 otros investigadores trabajaron para definir una relación precisa entre los fósiles de Trinill y Sangiran con los del «hombre de Pekín», denominado por entonces Sinanthropus pekinensis, y concluyeron destacando las semejanzas claves entre ellos, que demuestran que representan una misma forma humana antigua.​

En 1940 Weidenreich reinterpretó los restos de Trinil y Java como Homo erectus iavanensis, pero se renombraron definitivamente por Dobzhansky (1944) como Homo erectus erectus.

Interpretación mas reciente
Las investigaciones posteriores han ido descartando el aspecto de simio. Tenía una capacidad craneal de unos 940 ml, intermedia entre los 1200-1500 del hombre moderno y los 600 ml del gorila. El hombre de Java poseía la porción del cerebro que controla el lenguaje así que podía hablar. El cerebro del hombre de Java era mucho más grande y con un mayor número de circunvoluciones que el del cualquiera de los monos primitivos o vivientes, y tenía más características humanas que simiescas. El hombre de Java adulto medía alrededor de 1,70 metros, pesaba cerca de 70 kilogramos y caminaba en posición erecta. Ilustraciones recientes se acercan mucho más al concepto real, ya adelantado en los Documentos.

Así que claramente el “Hombre de Java” era humano.