Animo a los lectores a profundizar en éstos Documentos:
85, 86, 87, 88, 89, 90
¿Cuál es la razón que los Reveladores expongan de manera tan extensa estos asuntos? No es solo para llevarnos por una mera exposición antropológica y sociológica fascinante. Tiene un gran segundo objetivo educativo:
Liberarnos de la Esclavitud Religiosa aún presente en nuestro interior y ayudarnos en avanzar hacia la Religión del Espíritu. Cuando hablamos de ésta esclavitud no debemos pensar inmediatamente en términos de organizaciones religiosas, sino más bien en hábitos diarios de pensamiento y en vinculaciones erróneas que hacemos hacia la Providencia y que de alguna forma obstruyen nuestro auténtico progreso del Alma.
Esta es una lucha larga y amarga que es parte de nuestra evolución como Humanidad. Hasta Moisés tuvo grandes dificultades ya que asociaba constantemente el azar y otros fenómenos naturales con la acción de la Providencia Divina. Y eso tuvo tal impacto que implicó la creación de una narrativa posterior épica que atribuía todo a la Divinidad.
Hoy en muchas de nuestras circunstancias adversas de la vida seguimos vinculando a Dios o a la fuerzas cósmicas de los sucesos que nos ocurren. También tendemos a hacer asociaciones con la "mala suerte", números, fechas y cronologías.
Hay ciertamente una Verdadera Providencia, pero que actúa en el nivel interior espiritual del Alma, más que en la dispensación de hechos del mundo material y transitorio.
Animo nuevamente a los lectores de éste sitio a leer y captar el objetivo de los Documentos anteriormente comentados. Tienen su razón de ser, porque después de exponer lo que es el "pensamiento mágico" en los Documentos 85, 86, 87, 88, 89, 90, éstos nos llevan después al papel importante de la Oración, las Enseñanzas revelatorias de Melquisedek y su aporte en las religiones formales, para finalmente introducirnos en el tema del Ajustador y nuestra Alma, la Religión del Espíritu.
Partimos con la religión primitiva de la magia y superstición, pasamos por la etapa de la religión de la autoridad, y llegamos a la religión del Espíritu, la religión final.
