La Biblia es un libro
extraordinario, y contiene muchas expresiones de elevación espiritual. En más
de alguna ocasión me han preguntado como discernir que escritos o párrafos los
podemos considerar expresiones de la Divinidad y cuales partes no. Y esto es
verdad porque puede que en ocasiones algunos párrafos o expresiones estén
llenos de iluminación espiritual, mientras que al mismo tiempo estén
entremezclados en algunos casos con épica y opiniones personales de los
escritores.
Sabemos que Esdras y los
sacerdotes exilio y post exilio dieron el toque y retoque final a muchas de éstas
narraciones, colocando acciones puramente humanas y bélicas propias de esa
época a causas divinas apoyadas por profetas o hechas directamente por Dios.
Jesús dio unas pistas
sobre como DISCERNIR al leer las Escrituras:
159:4.2
(1767.4) «Natanael, tú has juzgado correctamente; yo no contemplo las
Escrituras, como lo hacen los rabinos. Te hablaré sobre este asunto, a
condición de que tú nada digas de estas cosas a tus hermanos, pues no todos
ellos están preparados para recibir esta enseñanza. Las palabras de la ley de
Moisés y las enseñanzas de las Escrituras no existían antes de Abraham. Sólo en
tiempos recientes se han recopilado las Escrituras en la forma como las
conocemos. Aunque contienen los mejores pensamientos y los anhelos más elevados
del pueblo judío, también contienen mucho que está lejos de ser representativo
del carácter y de las enseñanzas del Padre en el cielo; por lo tanto, yo debo
elegir, entre las mejores enseñanzas, aquellas verdades que han de recogerse
para el evangelio del reino.
159:4.3
(1767.5) «Estos escritos son obra de los hombres, algunos santos, otros, no tan
santos. Las enseñanzas de estos libros representan el punto de vista y el nivel
de esclarecimiento de los tiempos en los que se originaron. Como revelación de
la verdad, los más recientes son más confiables que los más antiguos. Las
Escrituras contienen errores y su origen es puramente humano, pero ten la
seguridad de que constituyen la mejor recopilación de sabiduría religiosa y
verdad espiritual que hay en el mundo entero en este momento.
159:4.5
(1768.1) «Natanael, no te permitas ni por un instante creer en aquellos
documentos de las Escrituras que dicen que el Dios del amor ordenó a tus
antepasados que salieran a batallar para destruir a todos sus enemigos:
hombres, mujeres y niños. Estos documentos son palabras de hombres, hombres no
muy santos, no son la palabra de Dios. Las Escrituras siempre reflejaron y
siempre reflejarán el estado intelectual, moral y espiritual de los que las
crean. ¿Acaso no has notado que los conceptos de Yahvé crecen en belleza y
gloria a través de los escritos de los profetas, desde Samuel hasta Isaías? Y
recuerda también, que el propósito de las Escrituras es la instrucción
religiosa y la guía espiritual. No son obra de historiadores ni de filósofos.
159:4.4
(1767.6) «Muchos de estos libros no fueron escritos por las personas cuyos
nombres llevan, pero eso no disminuye de ninguna manera el valor de las
verdades que contienen. Aunque la historia de Jonás no fuera un hecho, aun si
Jonás no hubiera existido, la profunda verdad de este relato, el amor de Dios
por Nínive y los así llamados paganos, no sería menos preciosa a los ojos de
todos aquellos que aman a sus semejantes. Las Escrituras son sagradas porque
presentan los pensamientos y acciones de los hombres que buscaban a Dios, y que
nos dejaron en estos escritos sus más elevados conceptos de rectitud, verdad y
santidad. Las Escrituras contienen mucho que es verdad, mucho, pero tú ya
sabes, a la luz de las enseñanzas que habéis recibido, que estos escritos
contienen también mucho que tergiversa la imagen del Padre en el cielo, el Dios
amante que yo he venido para revelar a todos los mundos.
La clave está en
DISCERNIR.
Mucho del material de la
Biblia es revelado y verdadero. Contiene gran sabiduría y verdades
espirituales. En algunos casos hay hasta un nivel de "inspiración"
(diría yo), hay cosas sublimes y elevadas. Los Salmos, los profetas como Isaías
y otros escritos reflejan gran belleza y son inspiradores.
De hecho, los Documentos
muestran que el grado de verdad revelada se incrementa desde los Salmos hasta
los profetas. En libros anteriores hay elementos de verdad, pero la proporción
de temas históricos o bélicos revestidos con tintes divinos es mayor. La
proporción comienza a ser invertida desde los Salmos y profetas, que aún
mantienen toques históricos o de épica israelita de nacionalismo judío, pero claramente hay una mayor concentración y
cantidad de revelación espiritual gradual en torno al Padre Celestial.
Sería una tarea extensa y
agotadora hacer una clasificación literal de cada capítulo bíblico. Pero el
Ajustador interior de cada lector puede ayudar al discernimiento espiritual. Todo
aquello que internamente con la Guía de nuestro Ajustador nos huela a VERDAD,
BELLEZA y BONDAD, PROVIENE DE DIOS.
Todo lo demás proviene DE
OTRA FUENTE. Esa fuente puede ser humana, histórica, fiel a los hechos, algo
exagerada, revestida de épica, distorsionada o atribuida a Dios, etc. y Ahí es
donde podemos y debemos discernir.
Veamos un ejemplo:
“Fractura por fractura,
ojo por ojo, diente por diente; la misma clase de defecto que le cause al
hombre, eso es lo que se le debe causar a él” (Levítico 24:20)
Lo anterior pareciera un
mandato del Padre Universal, pero ¿es así? ¿Que dice nuestro Ser Interior? ¿Que
intuimos? ¿O es más bien una especie de manual de conducta o código penal (atribuido
a Dios para disciplinar) para regular la vida nómada que YA ERA violenta de por
sí misma?
“Oyeron ustedes que se
dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Sin embargo, yo les digo: No resistan
al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra” (Mateo 5:38, 39)
Jesús de Nazaret armoniza
con nuestro barómetro interno y con la VERDAD, BELLEZA y BONDAD.
“Me tuviste cubierto en
forma protectora en el vientre de mi madre. Tus ojos vieron hasta mi embrión, y
en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días cuando
fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas. Así es que,
para mí ¡cuán preciosos son tus pensamientos! ¡Oh Dios, hasta cuánto llega la
gran suma de ellos!”—Salmo 139:13, 16, 17.
Las palabras anteriores del Salmo están llenas de espiritualidad sublime y elevadora.
Todo PENSAMIENTO de VERDAD
incluso de Dios es siempre aquel que encierra alegría. Nos deja con una
sensación de gozo interno y elevación que nos da alegría. Las Palabras más
Claras son aquellas que encierran verdad.
Todo aquello que demuestra
BELLEZA interior e incluso externa (como la creación) demuestra que viene de
Dios. Esos Salmos o Libros que elevan nuestro espíritu al hablarnos de esa
Belleza provienen de Dios.
Y la BONDAD se relaciona
con la acción sobre el Sentimiento y la Fuerza mas Grandiosa, y es el llamado AMOR.
Los tres son
intercambiables, y cada uno lleva siempre a los otros. No importa en qué orden
se encuentren.
Una vez determinado,
utilizando estas directrices, podemos discernir que mensajes son de Dios y
cuáles proceden de otra fuente.
Pero incluso aunque sean
de otra fuente, como una causa histórica, podemos verlos en su debida
perspectiva como algo que nos da información, como el Libro de los Macabeos, el
cual es visto como una fuente histórica. Lo irónico es que muchos de los libros
internos de la Biblia son históricos y están en la misma categoría que los
Macabeos, son el intento de atribuir a Dios causas humanas.
Ahora, hay partes que integran verdad revelada, mezclada con narrativa puramente humana del escritor:
“Y Jehová ciertamente les
dará a ustedes pan en la forma de angustia y agua en la forma de opresión; no
obstante, tu Magnífico
Instructor ya no se esconderá, y tus ojos tienen que llegar a ser
[ojos] que vean a tu Magnífico Instructor. Y tus propios oídos oirán una palabra detrás de ti que diga:
“Este es el camino. Anden en él”, en caso de que ustedes se fueran a la derecha
o en caso de que se fueran a la izquierda” – Isaías 30:20, 21
Ciertamente la frase en rojo refleja el deseo de mencionar que Dios es un ente castigador ("no lo olviden por si acaso", piensa el escriba). Esto es puramente temor y fruto de la psique humana del escriba y sacerdote que modificó el texto. Pero no se atrevió a oscurecer la frase original de Isaías mostrada en azul, que expresa una verdad sublime sobre que PODEMOS OÍR a nuestro Ajustador cuando nos dejamos instruir por él.
El Espíritu Interior debe ayudarnos a discernir esto.
En las Escrituras Griegas
Cristianas la proporción es más inferior que en las Escrituras Hebreas, pero aún
éstas no están exentas de las opiniones humanas, o interpretaciones de los
hechos.
Algunos de los sucesos de
los Evangelios son narrativas resumidas, modificadas u opiniones sobre algunos
hechos concretos, y representan las perspectivas de cada escritor sobre un
suceso de la vida de Jesús. Por eso en los cuatro Evangelios hay algunas
diferencias en torno a algunos acontecimientos. Pero no debemos perder de
vista, que éstos no son textos totalmente biográficos. Debemos intentar
centrarnos más en el contenido espiritual de los mismos.
Algo parecido en las
cartas de Pablo. El apóstol entrega valiosa información que sin duda obtuvo
mediante revelación. Pablo nos da datos sobre la vida celestial y resurrección,
e incluso diserta sobre la filiación con nuestro Ajustador, el hecho de ser
Hijos de Dios, de llamarle Abba a Dios. Esto es sumamente valioso y revelador.
Pero también Pablo hizo
apuntes interpretativos personales sobre algunos asuntos que él elaboró como
doctrinas. Es así como la expiación o rescate es una proposición teológica de
Pablo para intentar salvar y unificar hacia Cristo Jesús las vertientes judías
tan sumidas en el rito del sacrificio animal y explicar la muerte ignominiosa
del Mesías hebreo, así como presentar a los griegos similitudes con algunas
deidades, como Mitras, quién también se ofrendó.
Pablo también entrega
algunas opiniones personales en las cuales él duda de que estén inspiradas. Por
ejemplo, dice sobre la soltería, el matrimonio y otras cuestiones:
“A los demás digo, sí, yo, no el Señor . . .” De nuevo: “Ahora bien,
respecto a vírgenes no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión.” Y finalmente,
concerniente a la viuda, declara: “Es más feliz si permanece como está, según mi opinión.” (1 Cor. 7:12,
25, 40).
Evidentemente Pablo dio su opinión personal sobre varios asuntos. Lamentablemente
estas opiniones personales han sido explotadas por los clérigos y muchas iglesias
para crear reglas de conducta en muchos asuntos, porque precisamente se toman las
cartas y escritos como un TODO de pura inspiración cien por ciento.
Lo cierto, es que debemos discernir
el Espíritu y el Fruto del Espíritu que nos proporciona Verdad, Belleza y Bondad
para hacer ésta selección al leer los “Escritos Sagrados”.