The Expositor’s Greek Testament afirma:
"Hasta el tercer siglo no tenemos ninguna evidencia cierta de la existencia de edificios de iglesia para el propósito de la adoración; todas las referencias señalan a casas para ello".
Robert Banks, erudito neotestamentario, hace esta observación:
"Sea que consideremos las reuniones menores de tan sólo algunos cristianos en una ciudad o las reuniones mayores que comprendían toda la población cristiana, era en el hogar de uno de los miembros donde se tenía la “ekklesía” -por ejemplo en el “aposento alto”. No es sino después de tres siglos que tenemos evidencia de que se construyeran edificios especiales para las reuniones cristianas" (Paul”s Idea of Community /El concepto que Pablo tenía de la comunidad/).
Note los pasajes siguientes:
...Y (los que habían creído, partían) el pan EN LAS CASAS... (Hechos 2:46)
Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús... Saludad también a la IGLESIA* de su CASA... (Romanos 16:3 y 5)
* Congregación
.
Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la IGLESIA que está en su CASA, os saludan mucho en el Señor. (1 Corintios 16:19)
Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la IGLESIA que está en su CASA. (Colosenses 4:15)
...y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la IGLESIA que está en tu CASA. (Filemón 2)
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en CASA, ni le digáis: ¡Bienvenido! (2 de Juan 10)
.
Estos textos bíblicos demuestran ampliamente que, por lo común, la iglesia primitiva se reunía en los hospitalarios hogares de sus miembros (véanse también Hechos 2:2; 9:11; 10:32; 12:12; 16:15, 34 y 40; 17:5; 18:7; 21:8). Por lo tanto, los creyentes del primer siglo no sabían nada respecto de lo que habría de corresponder a un edificio de “iglesia” de hoy.
Tampoco sabían nada acerca de casas que fueran convertidas en basílicas, en las que se fijaran al suelo bancas de madera dura, y un púlpito acompañara al mobiliario de la sala. En tanto que tales rarezas existen en el siglo veinte, las mismas eran extrañas para los creyentes del primer siglo. Los cristianos primitivos simplemente se congregaban en casas habitables comunes y corrientes. Así, pues, el Nuevo Testamento o Escrituras Griegas Cristianas no conoce nada respecto de “edificios/iglesias”. Sólo conoce la “iglesia en la casa”.
Por lo tanto, la idea de un púlpito o plataforma con un atril y varias bancas o sillas para escuchar a los oradores es una idea muy posterior.
¿Qué hacía la iglesia primitiva cuando llegaba a ser demasiado grande para congregarse en una sola casa? No erigía un edificio, sino que simplemente se “multiplicaba” y se reunía en varias casas, siguiendo el principio de “en las casas” (Hechos 2:46; 20:20). A este respecto, la erudición neotestamentaria concuerda hoy en que la iglesia primitiva era esencialmente una red de congregaciones basadas en hogares. Por lo tanto, si existe una cosa tal como una iglesia normal, ésa es la iglesia que se reúne en una casa. O como un autor lo expresó: "Si hay una forma neotestamentaria de la iglesia, es la iglesia de hogar."
No obstante, algunos han tratado de argüir diciendo que los cristianos primitivos habrían erigido edificios especializados, si no hubiesen estado bajo persecución; por tanto, se reunían en hogares para esconderse de sus perseguidores. En tanto que esta idea es algo popular, está basada en puras conjeturas y se conforma pobremente con la evidencia histórica. Bill Grimes, en el libro de Steve Atkerson, cristaliza este punto diciendo:
.
“Muchos descartan las iglesias de hogar primitivas como resultado de la persecución. Sin embargo, cualquier libro de texto de historia de la iglesia habrá de revelar que la persecución de antes del año 250 era esporádica, local (no generalizada) y por lo común resultado de la hostilidad del populacho, más bien que de un decreto de un oficial romano. Asimismo este mito de “persecución” permanente choca con las Escrituras. Hechos 2:46, 47 describe las reuniones de hogar en un tiempo cuando la iglesia tenía “favor con todo el pueblo”. Cuando sí estalló la persecución, el reunirse en hogares no detuvo a Saulo de saber exactamente dónde ir para arrestar a los creyentes (Hechos 8:3). Obviamente ellos no tenían en secreto dónde se reunían” (Toward a House Church Theology ).
El argumento de la persecución es engañoso, por que no había persecución en todo el Imperio. Se sabe que en los lugares en dónde había persecución, se reunían en catacumbas o en lugares más ocultos.
Si leemos el Nuevo Testamento con la intención de entender cómo se relacionaban unos con otros los cristianos del primer siglo, descubriremos que se reunían en hogares por razones que están en armonía con principios espirituales. Como tales, estas razones son aplicables a nosotros hoy con tanta vigencia, como lo eran a los primeros cristianos. Exploremos aquí algunas de ellas.
Todas las instrucciones que los apóstoles dieron respecto de la reunión eclesial, encajan mejor para un ambiente de grupo pequeño como el hogar. Las prácticas eclesiales apostólicas normativas, como la participación mutua (Hebreos 10:24, 25); el ejercicio de los dones de cada miembro (1 Corintios 14:26); edificarse juntos los hermanos para ser una comunidad en contacto directo, intencional (Efesios 2:21, 22); la comida comunal (1 Corintios 11); la transparencia y responsabilidad sinceras de los miembros unos hacia otros (Romanos 15:14; Gálatas 6:1, 2; Santiago 5:16, 19, 20); la libertad de preguntar y de tener diálogos interactivos (1 Corintios 14:29-40); y la koinwníiva /koinonía/ (vida compartida) del Espíritu orientada hacia la libertad (2 Corintios 3:17; 13:14), todas operan mejor en un ambiente de grupo pequeño tal como una casa.
En suma, las más de cincuenta exhortaciones de "unos a otros" que hay en el Nuevo Testamento no se pueden obedecer y llevar a la práctica debidamente, sino sólo en un ambiente casero. Por esta razón, la reunión eclesial de hogar conduce eminentemente a la realización del propósito eterno de Dios -un propósito centrado en el "ser juntamente edificados" de un Cuerpo en la semejanza de El Ungido (Efesios 2:19-22).
El hogar representa la humildad, naturalidad y sencillez de corazón -las características sobresalientes de la iglesia primitiva (Hechos 2:46; 2 Corintios 11:3). El hogar (hablando típicamente) es un lugar mucho más humilde que los imponentes edificios religiosos de nuestros días, con sus elevadas torres, elegantes decoraciones y espaciosos salones. De este modo, la mayoría de los modernos edificios de “iglesia” parecen reflejar más la ostentación de este mundo, que al manso y humilde Salvador cuyo nombre llevamos. Además, tal como se expresó en un comentario, el Templo de Jerusalén fue destruído y esto grabó en los creyentes la idea de que no deberían hacer girar su adoración en torno a un edificio físico. No hacer caso a la dirección del Espíritu Santo sería un retroceso a las obras de la Ley Mosaica y asuntos que eran una sombra de la realidad que Jesús trajo.
Un estudioso comentó al respecto.
”Por contraste, los cristianos primitivos procuraban atraer la atención a su Señor Resucitado, más bien que a sí mismos o a sus propias realizaciones materiales. Lo que es más, por lo regular los gastos generales de un edificio religioso cuestan mucha pérdida financiera a los hermanos. Cuánto más generosas serían sus manos para sostener obreros apostólicos (misioneros) y para ayudar a los pobres, si no tuvieran que llevar una carga tan pesada”- Frank Viola.
Es curioso como algunos cristianos testigos utilizan los mismos argumentos de la Iglesia Católica para justificar la existencia de Salones del Reino, Salones de Asamblea, Sucursales, Catedrales Mormonas, Templos Evangélicos, etc.
Fue durante el advenimiento de Constantino que se comenzó una frenética construcción de edificios destinados al culto. Al principio, Roma concedió privilegios especiales e hizo importantes donaciones a la Iglesia, apoyando la construcción de templos. (Encontramos un notable paralelo con la exención de impuestos que los gobiernos actuales otorgan a las organizaciones religiosas para que éstas construyan edificios). Estos primeros edificios eran básicos, pero con los siglos no tardaron en degenerar en monstruosas catedrales.
Fue con la centralización del poder en un Magisterio, Concilio o Cuerpo Gobernante que apareció la idea de gobernar y controlar a todas las comunidades de la naciente Iglesia Católica. Claro, estamos hablando de la época de la gran apostasía.
Es importante destacar que C.T Russell nunca apoyó la construcción de edificios para las reuniones de congregación. Durante décadas los primeros Estudiantes de la Biblia se parecían mucho a los cristianos primitivos. Fue con la llegada de Rutherford que comenzaron a construirse los primeros Salones del Reino. Precisamente en ésa época se comenzó a centralizar el poder en torno a una Entidad Legal que comenzó a controlar a las congregaciones.
En el pasado, la construcción de las iglesias exigió los servicios de maestros. Los maestros albañiles, que eran arquitectos e ingenieros, diseñaban las catedrales y otros lugares de culto como capillas y templos más pequeños. Es en ese ambiente que nace la Masonería como un gremio o comité de albañiles para construir Iglesias.
Hace poco tiempo, el Estudio de Libro de Congregación para los testigos era lo último que era lo más parecido a las reuniones fraternales del Siglo I. Ésta reunión fue eliminada para centralizar la dirección de los asuntos y supuestamente ahorrar gastos. La Noche de Adoración en Familia se presenta como una alternativa, pero solo el tiempo dirá si será utilizada por la Providencia como un germen de tantos en la colaboración de la Restauración del cristianismo puro.